—¡Te dije que no! —dijo caminando algo rápido, queriendo salir de esa situación
—S-si pero.
—Pero nada, escuche todo lo que tenia que oír, así que ya, se acabo. —afirmó la rubia-fresa irritada.
—Y-yo...
—¡Que no y eso es todo! —volvió a responder la chica de malhumor.
—L-lo se, pero... —dijo siendo interrumpido por el grito de la chica de cabello rubio-fresa, fue como si oprimieran el interruptor de encendido, sus ojos brillaron como nunca y una gran sonrisa se posiciono en su rostro.
—¡¡AMOR!! —gritó llamando la atención del chico de orbes azules, que se detuvo a esperarla.
—Hola linda, nuestra próxima clase es juntos, ¿no? —preguntó dulcemente el oji-azul.
—Si, pensé que no te alcanzaría. —respondió mostrando una tierna sonrisa.
—Claro que no, yo te estaba esperando. —dijo tomando su mano, para empezar a caminar, sin embargo el de orbes azules miro atrás, mandando le una mirada gélida al chico que iba detrás de su chica, este quedo estático.
Después de todo Conan podía dar miedo... mucho miedo.
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