El Sherlock del ayer y hoy se encontraba en su casa, más exacto la biblioteca, se escuchaban uno que otro grito, pero no importa la noche estaba tranquila.
—¡¡Por favor!! ¡Prometo no volverlo hacer! ¡¡AI!! Amor, por favor, ¡¡SHI!! ¡Te lo pido! —gritababa una y otra vez, estar atado a una silla, no era nada lindo, muñecas, brazos, pies y piernas. —¡¡AMOR!! Te lo pido solo suéltame, te juro que en mi vida que no vuelvo a hacerlo!!! SHI!!! ESCÚCHAME!!!
Mientras arriba se encontraba una chica de cabello rubio-fresa leyendo un libro de química mientras escuchaba música, sin prestarle atención a lo que decía su novio
—La vida es linda... por que haces lo que quieras, la vida es linda por que eres el dueño... estas tú solo por que es tuya... y sin importar cuanto grites... nadie te ayudara. —cantaba tan fuerte como podía, era mentira que escucha música, solo era para aparentar, pero si podía molestar a su novio indirectamente lo haría.
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