Y todos los hombres reyes (traducción)

Capítulo 6

"Me he dado cuenta de que a veces, cuando no estamos buscando activamente algo, lo que buscamos nos encuentra". - Darryl Webb

" Merlín"

Merlín se volcó sobre el colchón abultado y muy delgado debajo de él, tirando de la almohada sobre su cabeza en un intento inútil de ignorar la voz molesta que lo convocó.

" Merlín "

No No puedo. Oír. Eso.

"Esmerejón"

Merlín se sentó, abruptamente arrojando su almohada a la puerta en un ataque de molestia antes de suspirar con resignación y girando lentamente para que sus pies se encontraran con el suelo frío de la noche. No sabía por qué se molestaba en ignorar al maldito dragón ... nunca le sirvió de nada. Lamentablemente, el hecho de que fuera un dragón y que hubiera vivido durante oh-quién-sabe-cuántos-bleeping-siglos, y por lo tanto había desarrollado una racha obstinada increíble y mucha perseverancia, significaba que no importaba cuánto tiempo Merlín intentara esperar o ignorar la maldita cosa, él siempre terminaba siendo el que cedía, al final.

No es que Merlín no haya intentado resistir, especialmente ahora que tenía razones definitivas para desconfiar y lamentar a la lagartija gigante, ya que engañando a Merlín para que casi sacrificara la vida de su madre sin decirle que eso era posible y todo, no es que él fuera siempre exitoso Y sí, tal vez estaban en términos un poco mejores de lo que habían estado justo después de que sucedió ... pero todavía estaban muy lejos de confiar nuevamente el uno en el otro.

Merlín se abrió paso sigilosamente donde Gaius roncaba alegremente, de acuerdo, así que tal vez sigiloso en la definición de la palabra por parte de Merlín significaba que solo golpeó algo una vez en lugar de varias veces en su camino para escabullirse por la puerta. Por supuesto, la raqueta no despertó a Gaius, y si bien en este momento era algo bueno teniendo en cuenta que Merlín estaba tratando de salir de las habitaciones del médico sin ser escuchado, también era un poco preocupante. Merlín había notado lo cansado que parecía Gaius desde su viaje a la Isla de los Bienaventurados meses atrás. El anciano médico de la corte trató de ocultar el hecho, e incluso hizo un buen trabajo, pero no pudo engañar a Merlín. Fue particularmente complicado engañar a Merlín, que no solo tenía magia para ayudarlo a saber tales cosas, sino que veía a Gaius como su mentor y el padre que nunca había tenido y lo que veía, lo preocupaba.

Siendo realistas, sabía que Gaius estaba llegando allí en años y que la vida no había sido fácil ni particularmente amable para el hombre, pero hasta que notó cómo Gaius hacía muecas cada vez que se inclinaba por una poción o brebaje, o cómo el hombre la mayoría de las veces ahora que envió a Merlín a distribuir sus remedios e incluso a hacer algunos de sus controles y visitas a domicilio en las áreas exteriores de la ciudad, Merlín nunca había considerado que algún día, y parecía que no estaba tan lejos, que el El hombre que había llegado a ver como padre no siempre estaría cerca. Le dolía de una manera que nunca había pensado que lo haría.

Y podía admitir que tal vez su preocupación por Gaius había influido de alguna manera en cómo había recibido a su medio hermano. Merlín nunca se había considerado a sí mismo como una persona particularmente enojada u odiosa, pero al ver a un hermano (aunque parezca medio) a quien no había visto desde el momento en que Merlín tenía cuatro años y Henry era un simple bebé, había despertado a esa persona. ira en él. Oh, sabía que estaba siendo increíblemente injusto con su hermano; después de todo, no era culpa de Henry que su padre hubiera sido un bastardo con odio a la magia para rivalizar con el de Uther. No fue culpa de los niños que Balinor * hubiera decidido engañar a su madre con otra mujer y tener un segundo hijo, un hijo que decidió que estaría mejor lejos de la mancha de su medio hermano mágico. En realidad, no fue culpa de Henry que Balinor hubiera decidido amar a su segundo hijo más que al primero y abandonar a su familia a la pobreza y a una vida de dificultades ... no, realmente no lo era. Pero Merlín no pudo evitar cómo se sentía ... cómo la simple visión del adolescente de ojos verdes le devolvió la sensación de intensa traición, indignidad y odio a sí mismo que Merlín había pensado que había pasado.