Y todos los hombres reyes (traducción)

Capítulo 10

" La mejor manera de destruir a un enemigo es hacerlo amigo". - Abraham Lincoln

Harry sintió que su cabeza se disparaba por los ingredientes que estaba preparando con tanto cuidado ante el sonido de una voz cada vez más familiar.

"…¿aquí?"

El rascador más viejo de Cayo respondió: "Ahh ... Príncipe Arthur. Ha pasado un tiempo desde la última vez que visitó estas habitaciones ... "

Harry no sabía si divertirse o irritarse por el tono astuto insinuante. Cayo fue un poco dolor de cabeza para él. El hombre le recordó una mezcla del Albus Dumbledore en el que alguna vez había creído, la parte de la máscara del abuelo, y la parte amable pero débil de Remus Lupin. Era fácil de cuidar, pero no había forma de ocultar el hecho de que el hombre tenía muchos defectos ... su cobardía, uno de ellos.

Harry imaginó que Gaius sería y podría haber sido un gran hombre; alguien que pudiera dirigir a otros y ayudarlos con sus magias si no hubiera sido amigo de Uther. Al igual que el leproso venenoso que era Uther, infectó y retorció a todos a su alrededor ... dejando al hombre poco más que un médico viejo y cansado ... demasiado temeroso de sus propias habilidades para defender a aquellos como él. Fue triste ... y a pesar de que realmente le gustaba el hombre y se llevaba bien con él, Harry no pudo evitar sentir lástima por él.

"Ah ... sí ... supongo que sí ... ¿está tu aprendiz aquí? Necesito hablar con él. Arthur ignoró la mirada sospechosa y muy sabia que le enviaban con facilidad.

"Hmmm ... bueno, estás de suerte, Henry!"

Harry suspiró, sabiendo que no podía continuar fingiendo que no estaba al tanto de la repentina presencia del príncipe y que, incluso si podía, tendría que enfrentarse y hablar con el enfurecido rubio eventualmente. El hecho de que había pasado casi una semana desde la horrible búsqueda que habían emprendido, no había facilitado este conocimiento.

Dejando su cuchillo y tomando todo el tiempo que pudo para lavar los jugos de los ingredientes de sus manos, Harry finalmente salió de detrás de la estación de preparación (realmente solo una larga mesa oculta por varios calderos y bastidores de ingredientes. Pero daba la ilusión de estar separado de las habitaciones principales) a donde Arthur estaba parado algo incómodo al frente de la habitación.

Cayo había vuelto a pretender leer su libro de texto sobre antídotos. No es que haya engañado a nadie.

"¿Puedo ayudarlo a su alteza?" Harry se escuchó a sí mismo preguntando con rigidez. Todavía estaba un poco molesto por el evidente desaire que el príncipe le había estado dando las últimas semanas. No tenía idea de lo que el Príncipe esperaba lograr al venir aquí ... o qué podría querer para el caso. Después de todo, había dejado perfectamente claro que tenía muy poco interés en Harry por su continuo silencio desde el "incidente" (el nombre que Harry había acuñado casi sin besar).

Observó con una pequeña cantidad de alegría vengativa cómo las esquinas de los ojos azules de Arthur se tensaron con desagrado ante su fría dirección. Sirve el culo real gigante bien!

Arthur lanzó otra mirada al anciano que estaba a solo unos metros de ellos y se giró ligeramente para abrir la puerta del pasillo. —Quiero hablar contigo. Quizás deberíamos continuar esta conversación en algún lugar un poco más ... privado ”le lanzó una mirada fulminante a Gaius sobre la última palabra. No es que el hombre pareciera arrepentido en absoluto, dado su giro de labios casi engreído.