23 de diciembre
09:00 p.m.
-¿Se puede saber que estás haciendo? – preguntaron desde la puerta, sorprendiendo a la chica que se encontraba supervisando la segunda charola de galletas que había metido al horno.
-¡Me has asustado Ryosuke! – lo regañó Eilin, sin poder ocultar la sonrisa que no quitaba desde que había comenzado a cocinar.
-Lo siento... no pensé que te tomarías muy en serio esto de la navidad. – el muchacho se fue acercando lentamente hacia donde se encontraba la segunda mezcla. -¿Esto qué es? –preguntó con una expresión rara en la cara, pues la preparación no se veía muy apetitosa.
-¡Deja ahí! – gritó Eilin y con una pequeña pala de madera golpeó la mano de su novio. – La navidad es una fecha especial. – sonrió nuevamente, pero ésta vez de manera más entusiasmada.
-¿Qué tiene de especial? Nosotros nunca la festejamos, no terminamos de entender todo su ritual. – y ahí estaba nuevamente él y sus diferencias culturales.
-¿Se te ha olvidado que nos hemos conocido en navidad? – preguntó Eilin un poco ofendida. – La primera vez que me invitaste a salir fue en navidad y....- la chica se cortó, pues no quería arruinar la sorpresa que Daiki y Hikaru por error le habían contado que Ryosuke le tenía preparada para navidad.
-¿Y...? – él la miró curioso. -¿Hay algo más que no recuerde que haya pasado en navidad? – preguntó intrigado al ver como ella cada vez se ponía más nerviosa.
-No, no...- ella esquivó la mirada y volvió a sus tareas. – prometo que la cena de navidad quedará espectacular. – dijo entusiasmada. Él negó con la cabeza y se dedicó a mirar como su novia iba y venía por la pequeña cocina del departamento en el que él vivía.
24 de diciembre
08:30 p.m.
-¡Ya tenemos hambre! – gritaron los amigos de su novio que además, eran sus compañeros de grupo.
-No sean impacientes. – La chica sonreía, pues todos se habían mostrado dispuestos a participar cuando ella los invitó a tener una fiesta navideña al estilo occidental. – Ya casí está todo listo. – Sonrió poniendo los últimos recipientes sobre la mesa, sirvió las copas y comenzó a acomodarlos en los lugares que ella personalmente había asignado.
-Yuto va junto a Inoo. – Les indicó. – Yabu, vas a lado de Chinen....
-¿De verdad preparaste tú sola todo esto? – preguntó Takaki sorprendido, pues se había dado cuenta de que todos admiraban la mesa puesta, los platos, los cubiertos, los vasos y las servilletas, todo tenían un toque de ella y se veía muy navideño.
-Se ha encargado de cada detalle. –comentó Ryosuke en un tono entre burla y admiración, pues sabía lo que significaba para ella aquella celebración, ya que se encontraba viviendo en un país diferente que su familia. – No había conocido nunca a nadie que amara tanto la navidad. – confesó cuando ella se metía por quien sabe cuál vez a la cocina.
-Por eso te dijimos que mejor eligieras a una novia japonesa. – bromeó Hikaru, haciendo que todos comenzaran a reírse sin darse cuenta de que ella los escuchaba desde la puerta de la cocina. – Además no creas que se nos ha olvidado... te hemos traído una sorpresa navideña.
Se había sentido traicionada al escuchar aquel comentario, pues ellos habían sido los que le habían contado que su novio planeaba darle el anillo de compromiso esa misma noche durante la cena y al oír que para ellos, una japonesa sería una mejor opción para Ryosuke, le había dolido en lo más profundo de su corazón. Intentó hacer como si nada pasaba, eran tantos los sentimientos que la atormentaban y tantos pensamientos que giraban en su cabeza, que olvidó completamente realizar el brindis y se fue directamente a servir la comida.
