Para nadie en el reino era una sorpresa que el único hijo del rey, necesitara buscar una esposa antes de que ascendiera al trono, lo que les había tomado por sorpresa aquella mañana, era el hecho de que la elegida para ocupar el puesto de prometida del príncipe, era la hija de una humilde trabajadora del palacio.
-¿Estás seguro? – preguntó uno de sus mejores amigos.
-Tú te casaste hace dos años Yuto y tú Ryosuke ni digas nada... estuviste a punto de comprometerte con aquella bailarina, si no es porque...
-Mehh... Yuri, no me recuerdes. – Soltó Ryosuke en tono aburrido.
-Lo que nos hace ruido es que sea con ella...- Keito era la persona más elegante que Chinen había conocido, en algún momento de su adolescencia, quiso ser como él.
-Keito... pensé que no hablabas mal de las mujeres. – Comentó Yuto sorprendido.
-No estoy hablando mal de ella... - aclaró Keito.
-Chinen, ya dinos la verdad... ¿Por qué te vas a casar con ella? – preguntó Ryosuke.
-Porque... - Chinen dudó en si contarles o no. – Ella...
-¿Te gusta? – Aventuró Yuto un poco emocionado, de los cuatro chicos, él y Ryosuke eran los más románticos.
-No...
-Deja de dar largas por lo que más quieras... nos tienes intrigados. – Keito por fin había perdido la paciencia, lo que hizo sonreír a Ryosuke, que era una de las pocas personas que sabía que Keito era una persona muy curiosa.
-Si Chinen, ya cuéntanos cuál es el misterio... - Apoyó Yuto a Keito.
-No creo que nos diga nada muchachos, mejor vámonos. – Ryosuke se levantó de su asiento.
-¡Esta bien! ¡Les voy a contar. - Soltó exasperado Chinen, al ver que sus amigos no se rendirían con el tema, decidió que confiaría nuevamente en sus amigos.
-¡Ya cuéntanos! – gritaron a coro sus tres amigos.
-Me molesta que esa chica piense que estar en mi posición es muy fácil... Así que he decidido darle una lección y hacerla ver que...
-¡Estas completa y estúpidamente enamorado! – dijeron los tres al mismo tiempo, haciendo sonrojar a Chinen, pues su secreto había sido descubierto.
