24 de diciembre
10:30 p.m.
Eilin pocas veces se llegaba a sentir fuera de lugar y por alguna extraña razón, comenzaba a sentir que ella no pertenecía a ese grupo que se encontraba reunido en el comedor recordando viejos tiempos y actualizándose sobre lo que había ocurrido en sus vidas. Pese a que Noriko se había encargado de acaparar la atención de todos, Yuto, Chinen, Keito y Daiki miraban con cierta desaprobación a Ryosuke, que prestaba más atención a aquella chica que a su novia.
-¿Se acuerdan de aquella vez en la que fuimos a nadar al río? – preguntó entusiasmada Noriko, haciendo sonreír a los chicos, pues aquella vez había sido la primera en la que se le habían escapado al manager. – Ese día Ryosuke y yo nos escabullimos de ustedes y fuimos a pasear por el bosque...
Eilin que ya estaba harta de todo aquello se levantó de la mesa y comenzó a recoger los platos sucios.
-Yo te ayudo...- Se ofreció Yuto, que se levantó casi al mismo tiempo que ella, tomó otra parte de los platos y fue tras Eilin.
Daiki, Keito y Chinen se reunieron con ellos en la cocina y con toda la intención de animar a su amiga, comenzaron a hacer sus bromas comunes, lo cual sacaba pequeñas sonrisas a Eilin. Cuando terminaron de lavar todos los trastes sucios, tuvieron que salir de la cocina y regresar a donde todos seguían platicando, Eilin tomó su celular y no lo soltó para nada.
-Tengo una amiga que trabaja en la producción y me ha contado que el concierto de año nuevo será espectacular... así que espero mi boleto. –Ryosuke miró a Eilin.
-¡Pero si eres hija de uno de los accionistas de la televisora! – comentó Hikaru. – No necesitas que nosotros te demos un boleto.
-Conozco quienes son mis padres, Hikaru... Pero todos los años Ryosuke me ha regalado su boleto, lo cual lo hace muy especial y sé que él no me fallará, acabo de regresar y no podría defraudarme ¿verdad Ryosuke?- Noriko le sonrió a Ryosuke, haciendo que las mejillas de él comenzaran a tener un leve rubor.
-¿Nadie se ha molestado en decirle a Noriko que Eilin y Ryosuke son...?- comenzó a hablar Chinen, pero nuevamente Noriko tomó la palabra.
-Ya sé que son amigos, todos lo somos aquí ¿o no? – preguntó en general, pero mirando fijamente a Eilin, que le sostuvo la mirada sin pronunciar ninguna palabra.
-Hikaru... ¿por qué no le das tu boleto a Noriko? – preguntó Keito, muy quitado de la pena.
-Porque se lo he regalado a la chica que he conocido en la tienda de café.
-No será necesario. – soltó Noriko, muy segura. – Ryosuke... ¿si me darás a mí tu boleto, verdad?
-¿Qué? Sí, sí. – soltó Ryosuke, confirmándole a Eilin, que él no la quería.
Cuando se dio cuenta de que nadie le prestaba atención, Eilin desbloqueó su celular de manera casi imperceptible y mandó un mensaje a una amiga pidiéndole un favor.
"Márcame ¡YA!"
El celular no tardó más de dos minutos en comenzar a sonar y disculpándose ante las miradas curiosas que la cuestionaban sobre quién era el que la estaba llamando, se levantó y fue a contestar a la habitación de Ryosuke.
-¿Qué ha pasado? – preguntó Yun, su mejor amiga.
-Te debo una. – le dijo.
-Lo sé, me has hecho dejar a mi nuevo ligue en la barra del bar. – aquello hizo sonreír a Eilin. – por cierto... van a venir de vacaciones los chicos y quiieren que nos reunamos ¿Te apuntas?