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Ahí estaba él...
Era demasiado alto, por lo que pude alcanzar a calcular podría medir cerca de 1.95 metros,tenía un tatuaje en su mano derecha, su pelo era negro y estaba algo despeinado, sus ojos eran de color verde con un poco de color miel en el centro de estos, vaya que eran unos hermosos ojos...

-Lucía, ¿te encuentras bien hija? - mi padre preguntó

- Aah.. Si..Po... Por?? - la presencia de este chico realmente me intimidaba

-Bueno pues, porque llevamos hablándote más de cuatro veces, y tú no contestas, por estar viendo a Alex- dijo mi hermana en tono juguetón

- Ah, no es que me quedé pensando en muchas cosas...¿Quién es Alex? - pregunté confundida

-Alex es tu guardaespaldas , es lo que te estábamos diciendo mientras nos ignorabas hija- dijo mi papá.

-Yy.. ¿En qué pensabas hermanita?.. ¿ En cómo se vería tu guardaespaldas desnudo?, porque no creas que no me di cuenta de que mientras "pensabas", te lo estabas comiendo con la mirada.- quería matar a Miranda, no pude evitar sonrojarme, ya que todos hasta Alex comenzaron a reírse

-No digas tonterías Miranda, y si me disculpan estoy demasiado cansada del viaje, me iré a dormir - dije lo más tranquila que pude

-Esta bien hija- pero antes de que saliera mi madre habló - Lucía pero no te vas a presentar con tu guardaespaldas -

- Oh, amm.. Cierto. Hola soy Lucía y por si acaso no te estaba comiendo con la mirada como mi hermana dijo, yo solo quería examinar a quien sería mi guardaespaldas - dije y sone más segura de lo que creía, el me miró extrañado y contestó

-Un gusto señorita Lucía, y... No se preocupe no pensé que lo que su hermana decía era cierto - dijo algo incómodo

Yo solo le regale una media sonrisa y salí de la oficina, al hacerlo sentí que alguien me seguía volteé y era Alex iba a preguntarle el por qué me seguía, pero después recordé que era mi guardaespaldas y eso es lo que tenia que hacer... Seguirme a todas partes...

-Si se le ofrece algo solo hableme señorita Lucía - dijo totalmente serio.
Vaya si que se tomaba enserio si trabajo

-Mmm si gracias - después de decir eso el se fue.

Entre a mi cuarto, estaba tal y como lo había dejado, quería dormir, pero alguien entró sin avisar. Iba a reclamarle a la persona que hubiese entrando a mi cuarto sin tocar, pero me di cuenta de que era Miranda

- A mi no me vas a engañar!!, yo no soy ninguna tonta eh! - empezó a decir mi hermana, parecía que quería que su voz se escuchara en toda la ciudad.

-¿ De qué hablas?!!, y puedes bajar la voz porfavor?! -

- No te hagas tonta, me di cuenta de cómo mirabas a tu guardaespaldas - dijo con una sonrisa juguetona en si rostro.

-Deja de imaginar cosas, solo lo examine un par de segundos -

-Pues debiste avisarle a tu boca, ya que casi se te caía la baba,.. Bueno tan siquiera deberías admitir que esta muuy guapo, es alto, musculoso, y tiene unos ojos hermosos..
En cambio el mio no es la gran cosa-

-Ok si, no es feo, pero tampoco es el hombre más guapo del mundo - tal vez no era el más guapo del mundo, pero al menos era el más guapo que había visto...

-Hola!, tierra llamando a Lucía!
Ash si que estás demasiado ida, mira mejor descansa y hablamos al rato- antes de que pudiera contestar ella ya había salido del cuarto.

Me dormí al menos 2 horas, realmente say a cansada, al despertar decidí que sería bueno darme un baño, así que eso hice, después me puse unos jeans y un suéter delgado de color lila, entré a la cocina y una voz familiar hizo que mis oídos me dolieran...

- Mi niña!!, cuanto tiempo que no te veo, estás más hermosa que nunca!! - voltee a ver quien era y no lude evitar emocionarme al ver que era mi nana Amelia!

-! Nana!, ¿cómo has estado?, no sabes cuanto te extrañe- dije mientras la abrazaba con todas mis fuerzas.Realmente amaba a esta mujer, era como mi segunda madre.

-Yo estoy de maravilla, y más al ver que ya has llegado, desde que tu madre me dijo que volverías, no paraba de contar los días, las horas, los minutos... - no pudo terminar ya que fue interrumpida.

-Parecía una loca, todos los días hablaba de ti y de lo mucho que esperaba a que llegarás - esa voz...

Era Roberto, él fue mi guardaespaldas cuando yo tenía la edad de Miranda, no dude en correr a abrazarlo.

-Heey!, tú no sabes cuanto te extrañe - dije sin dejar de abrazarlo, el me separó, y me estrujo los cachetes.

-Más bien tú no sabes cuanto yo te extrañe, como olvidar a la niña berrinchuda que cuide hace 4 años -

Al voltear a ver a Amelia me di cuenta de que ya no estábamos solos en la cocina, si no que tambiénn estaba Alex, quien tenía una media sonrisa en la cara, al parecer había presenciado todo, pero no me importó.

Yo seguí hablando con Roberto y Amelia, hasta que se escuchó una voz que provenía de la sala que no era de mi agrado...

-Amelia traeme un vaso de agua ahorita mismo que tengo sed! - esa voz era de Alondra... Mi prima.

Mi Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora