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Alex

Últimamente Luci se comporta demasiado raro, ya no deja que la abrace, o que la toque, tengo mis sospechas de que esos mensajes volvieron a aparecer, ya que ni siquiera seguimos durmiendo juntos, han pasado 2 meses, en un mes volverán los padres de Lucía, estoy decidido a encontrar el porque de su comportamiento, solo que no he visto el momento adecuado.

-Lucía - ella estaba entrando a la cocina y debía hablar con ella.

-Oh, hola, ¿qué pasa? -

-Necesitamos hablar - dije señalando la silla para que se sentará.

-¿De qué quieres hablar? - se veía nerviosa.

-¿Qué es lo que te está pasando?, y no me digas que nada, porque sabes perfectamente que no estas bien-

-Yo si me he sentido un poco mal, pero creo que estas exagerando las cosas -

-Hace tiempo te hice una pregunta, y ahora te la vuelvo a hacer, pero quiero que me respondas con la verdad - dije viéndola a los ojos

-Esta bien-

-¿Confías en mi? -

-Yo... Claro que confío en ti-

-Entonces jurame que nada malo está pasando, que ese hombre no te ha vuelto a molestar. -

-Yo... Te lo juro--su voz no sonaba pasa nada convencida, y eso me daba rabia, me estaba mintiendo.

-Ok, eso es todo, compermiso- tenía que salir rápido de ahí, ¿por qué diablos no confiaba en mi?.

Pasamos todo el día sin hablarnos, ella solo se la pasaba encerrada en su cuarto, ni siquiera Miranda podía entrar.

-¿Sabes qué le pasa a mi hermana? - preguntó preocupada.

-Ojala, llevo todo este tiempo tratando de sabes que sucede, pero simplemente me dice que no pasa nada -

-¿Crees que la hayan vuelto molestar? -

-Si te soy sincero no creo, estoy seguro, solo que me molestas que no confíe en mi, que piense que la voy a juzgar -

-Ya sé, a nadie quiere decirle, pero la única que se hace daño es ella. -

-Voy a descubrir que pasa hoy mismo, ya veras -

Subí al cuarto de Lucía, al entrar me percate de que ella se encontraba bañándose, su celular se encontraba en su cama, sabía que lo que iba a hacer estaba mal, pero no podía dejar que las cosas así.

Sabía su contraseña, y para mí suerte no la había cambiado, empecé a buscar en sus mensajes, y tal como lo suponía lo encontré, ese imbecil la estaba volviendo a molestar, pero no solo eso molestaba, me molestaba más el hecho de que Lucía me mintiera, lágrimas de frustración bajaban por mis mejillas, decidí esperar a que saliera y enfrentarla.

Salió del baño, y al verme se quedó parada, sin decir y hacer nada.

-¿Por qué? - pregunté casi en un suspiro.

-¿Qué pasa? - preguntó nerviosa.

-¿Por qué Lucía?!, ¿Qué carajos tengo que hacer para que confíes en mi? - estaba furioso.

-Yo no se de que hablas -

- Sabes perfectamente de que hablo Lucía, ese imbecil te volvió a hablar-

-Yo... Juro que iba a decirte, pero...-no la deje terminar.

-Pero nada!!,! En la mañana me juraste que no te había hablado, que confiabas en mi!,! Me mentiste Lucía! -

-Yo... Perdón -

-No Lucía con un perdón no se arregla nada, ¿cómo demonios se supone que te protegeré si tu no me dejas hacerlo? - solo se quedó callada - Se perfectame que no puedo entenderte en lo que sientes, pero trato de ayudarte, quiero ayudarte, protegerte, pero tú no me dejas, no solo tú estas sufriendo por esta situación, Miranda, tus papás, incluso yo, estamos preocupados por ti, porque de momento te encierras y no quieres hablar con nadie. Todos queremos ayudarte, pero si tu no nos dejas va a ser imposible. Yo quiero un futuro para nosotros, quiero que nuestra relación funcione, pero si no hay confianza, esto definitivamente no va a funcionar - dicho esto salí de su cuarto, necesitaba calmarme.

Lucia

Alex se fue de mi cuarto hecho una furia, él tenía razón, yo estaba complicando las cosas, no quería que lo nuestro se acabará, tenía que hablar con él, pero solo cuando estuviera más calmado.

No pude dormir en toda la noche, me sentía mal sin Alex a mi lado, desde que me mandaron los mensajes le pedí que durmieramos separados, estar lejos de él me dolía, pero tampoco lo podía tener cerca, sabía que el me amaba, pero también sabía que su paciencia llegaría al límite, yo lo amaba, y no quería que nuestra relación terminará, pero tampoco podía abrirme tan fácilmente.
Lo sé soy una estúpida miedosa, pero simplemente no podía. A un punto de la madrugada decidí que ya no me importaría mi pasado, tenía que enfocarme en mi presente, disfrutar sin miedo a que un hombre se me acercara, iba a arreglar las cosas con Alex.

En la mañana baje a la cocina, y al entrar mi corazón se partió en mil pedazo...

Alex y Alondra se estaban dando un apasionado beso, mis ojos se empezaron a inundar, pero logré contener las lágrimas, los dos se percataron de mi presencia.

-Primita, espero y no te moleste que este saliendo con tu guardaespaldas - dijo con una enorme sonrisa.

-¿Cómo? - mi voz se oía débil.

- Le aseguro que mi relación con su prima no afectará en mi trabajo laboral señorita Lucía - dijo Alex.

-No, esta bien, yo solo venia por un vaso de agua, compromiso - salí casi corriendo de la cocina, al llegar a mi cuarto sentía un enorme hueco en el pecho, no podía creerlo, ¿en qué momento Alex se había interesado en Alodra?

Miranda entró a mi cuarto, y era imposible disimular que me encontraba llorando.

-¿Qué pasa? - preguntó preocupada.

-Alex tiene una relación con Alondra - dije llorando.

-! ¿QUÉ?!,! Eso es imposible -

-Ellos mismos me lo dijeron hace un momento- Miranda salió de cuarto echando humo. Yo simplemente me quedé llorando, hasta que me quede dormida.

Mi Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora