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Alex

Al salir de la recámara de Lucía, me tope con Alondra, a la cual no trate del todo bien, ya que no estaba de buen humor.

-Hola Alex,¿ cómo has estado guapo? - dijo coqueta

-Mira Alondra créeme que en estos momentos no estoy para tu jueguito, así que si me permites, voy a la cocina. -

-Ash, te estás volviendo igual de amargado que mi prima-

Llegue a la cocina y mi celular comenzó a vibrar, tenía varios mensajes, así que decidí leerlos, algunos eran de mi familia, pero los demás no.

"¿Quieres que deje en paz a tu bella novia?"

"Te espero a las 11 en el parque más cercano de la casa de tu novia

" Si faltas seguiré atormentadola"

Aprete los puños, este imbecil me las iba a pagar, le conteste que lo vería ahí, realmente quería que dejará en paz a Lucía.

Salí de la casa a las 10:50 pasas encontrarme con ese hombre, llegué al parque y al parecer el ya se encontraba en este.

-Me alegra que hayas venido--dijo con una sonrisa, la cual quería borrarsela a golpes.

-Al grano- dije desesperado.

-La única manera en que dejaré en paz a tu noviesita, es que hagas que se vaya de aquí, pero con el corazón roto-

-¿Cómo? -

-! Quiero que se vaya de aquí idiota!, pero antes quiero que sufra, y tú eres la causa perfecta -

-¿Y cómo se supone que le haré daño? -

-Engañala, termina con ella, y... - una sonrisa diabolica se formó en rostro--Ya sé, si no me contaron mal, ella y su prima se odian, así que Engañala con su prima, después de eso ella se irá, y podrá seguir con su vida-

-¿Qué diablos?, yo no puedo engañarla con su prima-

-Entonces tendré que seguir molestando a tu novia -

-Esta bien, lo haré, pero donde me vuelva a enterar... - el imbécil no me dejo terminar.

-Tú solo has lo que te digo, y no le haré nada-

-Esta bien - dicho esto me fui del lugar, llegué a mi habitación y me senté en la cama, no pude evitar comenzar a llorar, tenía que dejarla, tenía que dejar a la mujer que amaba.

No quería hacerlo, pero era eso, o que ese imbecil la siguiera atormentando, la amaba demasiado, y no soportaba verla mal, prendí mi celular y vi una foto que teníamos juntos, lloré aun más, eran lágrimas de coraje, impotencia, pero tenía que hacerlo, mi amor por ella eran tan grande que si tenía que morir por ella lo haría.
Me quede observando unos segundos más la foto, realmente era la mujer más hermosa que había conocido

-Perdón mi amor, lo hago por ti- no se en que momento me quede perdidamente dormido.

Mi alarma me despertó, no quería pararme sabía que hoy era el día en el que tendría que desilusionarla...

Entre en la cocina y me encontré con Alondra, y puse en práctica lo que tenía que hacer.

-Señorita Alondra podemos hablar -dije con una sonrisa.

-Claro - dijo coqueta.

-Quería pedirle perdón por cómo le hable ayer -

-Oh, no te Preocupes guapo, se que mi prima puede ser algo estresante -

-Si, en eso tiene razón, pero bueno quería tocar otro tema con usted -

-Dime-

-Le voy a ser sincero, usted me gusta mucho - no sabía ni lo que estaba diciendo.

-Vaya, vaya, pues la verdad es que tu a mi me encantas -

Después de eso, no supe que más decir, sentí como Alondra se acercaba cada vez más, y entendí lo que quería, sin pensarlo la besé. Sus labios eran muy diferentes a los de Lucía, los de Lucía eran suaves, carnudos, sabían a fresa, pero los de Alondra, al menos para mí no eran para nada apetecibles.

Después del beso me percate que Lucía se encontraba viéndonos, en su rostro se veía confusión, dolor, desilusión. Alondra y yo le informamos de nuestra nueva "relación", a lo cual Lucía solo salió rápidamente de la cocina.

Alondra se fue con sus amigas, yo no podía quitarme de la cabeza la imágen del rostro de Lucía, se veía tan mal, se que la estaba haciendo sufrir, y el solo pensar en ella sufriendo, hacia que me sintiera una basura de persona.

Pasaron algunos minutos, hasta que escuché que unos pasos iban hacia a mi, de momento sentí un inmenso dolor en mi mejilla izquierda, cuando volteé, me di cuenta de que era Miranda, la que me había soltado esa cachetada.

-¿Qué te pasa? - dije sobando mi mejilla.

-Eres un imbécil,! ¿Cómo te atreves a jugar con los sentimientos de mi hermana?! - estaba roja del coraje. - Ella te ama, y tú así le correspondes, engañandola con Alondra.

-! ¿Crees que a mi no me dule ver así a Lucía?!, creeme yo no estoy con Alondra porque quiera. -

-¿De qué hablas? - preguntó confundida.

-Si quiero que ese imbecil deje en paz a Lucía tengo romperle el corazón -

- ¿Estas diciendo que todos esto lo haces por Lucía? -

-Si, ayer lo vi y me dijo que esa era la única manera en la que dejaría a Lucía en paz -

-No puede ser-

-Yo amo a tu hermana Miranda, pero queiro verla bien, se que por el momento le dolerá demasiado, pero se que ella me superará, y podrá continuar con su vida, aunque yo no se si podré continuar con la mia-

-Yo... Alex, perdón - dijo eso y me abrazo.

-No te preocupes, lo importante es que tu hermana sea feliz -

- Gracias -

-¿Por qué? -

-Por amar y proteger a mi hermana -

Seguí platicando con Miranda, hasta que Lucia la llamo, al verme, en su mirada solo podía ver odio y dolor, y eso me hacía sentir un enorme hueco en el pecho, las dos se fueron, y yo me diriji a mi cuarto, después de un rato me quedé profundamente dormido.

Mi Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora