Cuatro

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12 de enero.

1:30 de la tarde.

Se suponía que esta elección la tendría hasta cumplir los dieciocho años. No al inicio de una clase en mi nueva escuela.

—Elija —dice el Sr. Wilson.

Una de las últimas clases del día es debate. Los grupos ya estaban formados y ahora me tocaba elegir. Y como ironía de la vida, los grupos son los chicos buenos y los chicos malos.

Vulevo mi vista a Gabriel, obvio, para él fue muy fácil. Los buenos. ¿Y yo? ¿Cómo le hago?

—Srta. Taylor —insiste el maestro.

Balbuceo sin decir nada, hasta que respondo:
—¿No habrá algún punto medio? —sonrío hacia el profesor nerviosa —. O sea, un punto neutro. Teniendo en cuenta que no estoy muy informada del tema.

Ruego porque mi pequeña y un tanto mala excusa funcione.

—¿Sobre los uniformes? —pregunta. Ni siquiera recordaba el tema que discutirán. Que metida de pata la mía —. Por ser el primer día, creo que puede quedarse de expectadora.

Sonrío en agradecimiento y recorro toda el aula hasta el final, el único asiento libre, justo en medio de ambos lados.

—Muy bien —el maestro llama la atención de todos —. Iniciemos con el debate. Mi lado derecho a favor y mi izquierdo en contra de los uniformes.

Saco un cuaderno y un lapicero, aunque no ponga atención, debo hacer como que si para no recibir un llamado de atención.

Veo hacia Gabriel, quien me sonríe divertido y lo odio. No lo sabe, pero con el solo hecho de estar ahí me restriega quien realmente es él, un chico bueno.

Empiezo a hacer garabatos en mi cuaderno para que el Sr. Wilson piense que estoy haciendo algo. De repente, siento dos miradas sobre mi. Levanto mi vista y descubro que los dos chicos de esta mañana se encuentran en esta clase. Uno en cada lado del aula.

Interesante, pienso, mordiendo el lapicero en mi mano.

Ambos chicos me ven con una intensidad muy parecida. Me dejo analizarlos un poco.

El de mi izquierda, el chico bueno, es el que tiene unos lindos ojos azules. Sus rasgos son marcados, pero suaves a la vez. La melena que tiene por cabello se ve muy lacia y suave, de un color castaño claro que le queda bien con su tono de piel. Y ni hablar de su sonrisa, es muy cautivadora.

De ahí, el de mi derecha, el chico malo. Sus brazos. Esa chaqueta le queda tan bien, que resalta sus brazos bien formados. Sus rasgos son mucho más marcados que los del otro chico. Su cabello y ojos son de un negro profundo que te atrapan al instante. Toda su aura tiene un susurro de peligro que atrae a muchas.

—Di algo, River —el lado de los buenos o los que "están a favor" le piden a alguien que argumente.

Me doy cuenta que el tal River, es el chico de ojos lindos con el que hable hoy y al que considero una presa fácil. Genial.

Empieza a hablar, pero no presto mucha atención por estar viéndolo.

Te lo deboras con la mirada, Gabriel me saca de mis pensamientos. Le doy una mala mirada, pero aprovecho para preguntar: ¿Qué sabes de él?

Hasta aquí escucho como Gabriel suspira antes de pensar lo que me dirá. Se llama River Scott, deportista, pero gran chico. Por lo que escuché, tiene muy buenas notas y una buena relación con los profesores.

Ruedo los ojos, casi parece un nerd, pero su apariencia lo salva. Como dije, también es un deportista. Lo que explica la chaqueta, continúa hablando Gabi, es muy bueno en casi todos. Su mayor competencia es Tristan Hunt.

Oscuridad o Luz ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora