—Años después—
—Meloween, ya sabes que hacer —dijo una joven mujer de cabello negro y ojos grises, al ver qué su niña iba a salir de la casa.
La pequeña fue corriendo hasta la mesa, y tomó un brazalete, colocándoselo. Su cabello se volvió rubio, y su piel se aclaró, tomando un aspecto más "humano".
—Muy bien, andando —le dijo antes de cerrar la puerta.
—¿A dónde vamos, mamá? —le preguntó juntando algunas ramitas y flores por el camino.
—Al mercado, necesito comprar algunas cosas.
—¿La Dama de blanco también compra cosas del mercado?
—Am no, no lo creo, ella no hace este tipo de magia.
—Algún día seré grande y la asesinaré.
Meradia sonrió divertida, negando con la cabeza.
—Tú eres un hada, no haces este tipo de cosas.
—No tengo alas, no soy un hada.
—Eso fue culpa de tu padre, que te sacó antes de tiempo, y por eso no pudiste desarrollar tus alas.
—Ella mató a mi papá.
—Sí, sí lo hizo, pero no tiene sentido que tú intentes vengar su muerte, o algo así.
—¿Por qué no?
—Porque si tú mueres, habría sido en vano, y tú eres lo único que queda de Melok.
—Pero es una mujer mala, que roba bebés, asesina personas y animales.
—Se volvió un espectro oscuro, pero nada tiene que ver con nosotras ya.
—¿Y si intenta buscarme a mí?
La bruja la acarició la cabeza, dándole tranquilidad.
—Nadie te hará daño mientras estés conmigo, Mel.
"•"•"•"
—Mi señor, la... La dama de blanco está en las puertas del reino, desea hablar con usted.
Eraztek frunció el ceño, endureciendo sus facciones.
—¿Cómo esa mujer logró pasar hasta nuestras puertas? ¿Por qué los guardias no la detuvieron?
—Ella los hechizó.
—¿Los asesinó? —preguntó poniéndose de pie.
—No, pero están hechizados, mi señor. Ella ha dicho que si usted no la recibe, entonces sí se llevará la vida de todos.
—Hazla pasar —le dijo sentándose en su trono una vez más.
Unos minutos después, una mujer de cabello largo, lacio y blanco, entró a la sala del trono. Sus ojos eran completamente negros, su piel pálida, y estaba vestida de negro.
—Me pregunto porqué te llaman como "dama de blanco", cuando estás vestido de negro.
—Por mi cabello y piel —pronunció en un tono ido.
Era un muchacho joven, con apariencia de veinteañero, pero de cierto modo, le recordaba a Melok, sólo que su esposo tenía un aspecto más maduro.
Sus mismos color de ojos y piel, cuando Melok estaba sano, su color negro azabache de cabello, su mirada seria... Se parecía tanto a él
—¿Que es lo qué quieres aquí?
—Necesito luz, necesito traer a Melok de regreso, lo necesito conmigo.
—Eso es imposible, y ya deberías saberlo. Su cuerpo fue destruido, no hay forma de traerlo.
—He creado un nuevo cuerpo para él, lo único que necesito, es más luz —sonrió.
—Y el hecho de que él no será ¿No lo tienes en cuenta? Por más que crearas un cuerpo idéntico físicamente a Melok, su esencia se perdió para siempre. Él ya no existe
—Yo guardo en mí, parte de Melok —le dijo llevando una de sus manos a su pecho.
—Son sólo residuos, por más que le dieras vida al cuerpo que creaste, jamás sería él.
—No lo sabré hasta que no lo pruebe.
—Aquí no encontrarás lo que buscas, Alessia.
—Oh, yo creo que sí —sonrió extendiendo su mano hacia él.
Eraztek extendió ambos brazos hacia ella, y formó un enorme círculo negro a su alrededor, que Alessia fácilmente rompió, antes de comenzar a atacarlo con su energía.
El joven rey se elevó, y su mano izquierda apuntó contra ella, y la derecha hacia arriba.
—¡Samet! —exclamó atrapándola en una jaula energética, haciéndola gritar.
Sus ojos rojos brillaron, y observó como la bruja se retorcía, gritando, haciendo temblar su castillo, antes de hacer estallar la jaula, haciéndolo chocar contra una de las paredes.
—¡Tú quieres sacarlo de mí! ¡Quieres que él no regrese! —gritó llorando, haciendo levitar todo a su alrededor—. ¡Tú planteaste la muerte de Melok! —exclamó lanzando todo contra él.
Y Eraztek cómo pudo contraatacó, esquivando todo lo que Alessia le lanzaba. Estaba completamente fuera de control.
—¡Mabat! —gritó abriendo un portal, antes de lanzarla allí adentro, cayendo arrodillado en el suelo, agitado.
Sus guardias entraron rápidamente en ese momento, ya que Alessia había estado bloqueando las puertas.
—Soberano.
Lo ayudaron a ponerse de pie, guiándolo hasta su trono para sentarlo. Deik entró unos segundos después, mirando preocupado a Eraztek.
—Intenté entrar, pero no hubo forma. Su magia es muy densa, absorbe todo lo que toca.
—L-Lo sé —le dijo agitado, sin poder recuperar el aliento.
Deik lo miró a los ojos y luego miró a los oficiales.
—Salgan todos, busquen a los guardias que fueron capturados, y alimentenlos con humanos. Estén alertas, ellos puede volver.
Cuando los oficiales se fueron, Deik se quitó su casco y luego le quitó la corona y el casco a Eraztek, viendo lo agitado que estaba.
—¿Logró darte con su magia?
—N-No, pero tuve que usar mucha l-luz para intentar encerrarla, y-y luego a-abrir el portal.
—Te dije que no intentaras hacerlo solo ¿Por qué jamás me escuchan? —pronunció molesto.
Deik estaba desde el comienzo con los reyes, incluso, había sido el consejero del primer rey. Así como también del segundo, de Melok, y ahora de Eraztek.
—Si gastas tu luz, te mueres ¿No puedes entender eso?
—Y si no hacía nada, esa psicópata los mataba a todos —le dijo serio, apretando los dientes—. Si tengo que dar mi vida por proteger a mi pueblo, lo haré.
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¡Feliz año nuevo! Muchas gracias por el apoyo ♥️❤️✨ ¡Son las mejores! Les deseo un año lleno de prosperidad, amor y abundancia ❤️✨♥️
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Ofrenda a la bestia
Science FictionSi mi historia fuera un cuento de hadas, hoy estaría rodeada de teteras y muebles parlantes, y no de cadáveres de valientes caballeros.