Capítulo 6: No es nada personal (4° Parte)

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-Dios mío.

Páte miraba atónito la escena del crimen. Cuerpos y más cuerpos estaban tirados en el suelo con mutilaciones en el cuello, en las muñecas o en el vientre. Muchos estaban más pálidos que otros por la pérdida de sangre, aunque no vio tanta en suelo salvo por algunos derramamientos y la mancha en la ventana. Un policía se le acercó.

-¿Cuántos?- Preguntó el inspector.

-Ciento cuarenta y nueve personas, señor.

-Qué espanto...

-Pero los registros confirman que falta una.

-¿¡Que!?- Lo miró fijamente.

-Sí, señor. El local registra las personas que entran y salen. Se cuenta también las personas que están en servicio.

-¿No será el homicida quien falta?

-Se registró que un hombre extraño entró, salió y volvió a entrar. Él no es, hay alguien que está faltando.

-¿Habrá escapado?

-¿Antes de que bloquearan la entrada? Es probable.

-Entonces solo hay una respuesta. Ese maldito monstruo hizo todo esto.

-Estimamos que a cincuenta personas se les fue arrebatada la sangre, hombres y mujeres por igual.

-O se atiborró de sangre o escogió a quien devorar. ¿Algún patrón?

-Personas muy pálidas

-Casi todos son pálidos, eso no sirve.- Suspiró.

-¡Señor!

Páte y el policía se voltearon y vieron a dos policías que llevaban a una muchacha.

-Encontramos a esta joven, cerca de aquí.

La tenían tomada de las muñecas. Ella pataleaba.

-¡Suéltenme!

-Tiene las mismas ropas que las mujeres de este local.

El inspector se le acercó.

-¿Qué edad tienes? ¿Tienes familia?

-Tengo dieciocho. No, no tengo.

-¿Hace cuánto estás en este servicio?

-Ayer, pero me escapé antes de cumplirlo.

-¿Viste a alguien extraño o sospechoso?

-...No.

-Señorita, por favor, diga todo lo que sabe.

-Me escapé y me puse a dormir cerca de aquí porque no tenía ningún lugar donde quedarme.

-¿Segura?

-Sí.

-Muy bien. Llévensela. Encuéntrenle un lugar decente donde pueda quedarse o envíenla a un orfanato. Encárguense.

-Sí, señor.- Se fueron con ella.

-Esto no está bien. Ese monstruo debe ser atrapado. No hay ningún patrón que identifique el lugar o las víctimas que escoge. ¡Ya empiezo a odiarlo!

-Comencemos a patrullar por las noches.

-¡No! La oscuridad es su aliada. Lo haremos de día.

-De acuerdo...

-Esto debe publicarse. Tenemos que advertir a las personas. Quiero que limpien este lugar, retiren todos los cadáveres y bloqueen el perímetro. Reúna a los hombres que estime conveniente. ¿Entendido?

Aventuras Parisinas VOL.1Where stories live. Discover now