Capítulo 6: No es nada personal (5° Parte)

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Cuando amaneció, Pauline se levantó y amamantó a su niña. Luego se cambió la bata por su vestimenta habitual. Se despidió de su hija y caminó lentamente hacia la puerta.

-¿Qué hace?

Ella se detuvo y se giró lentamente hacia la escalofriante voz. Él la miraba con un solo ojo.

-¿A dónde va?

-No se preocupe, volveré dentro de una hora.

-No puede irse. Usted debe conseguirme gente.- Se levantó y se dirigió a ella.

Ella se juntó a la puerta.

-Es importante. Volveré, se lo prometo.

-No cometa la estupidez de decirle a la policía, ellos nunca podrán conmigo.

-Lo entiendo. Por favor, se me hace tarde.- Él miró hacia la cuna.

-¿Qué hay de ella?

-Ya se ha quedado sola otras veces, siempre me marcho por las mañanas.-

Él entrecerró los ojos.

-Vuelva pronto.

Ella asintió rápidamente, se puso su velo y se fue cerrando la puerta tras suyo.

La criatura se sentó en la cama a esperar.


No sabía cuánto tiempo había pasado pero ya comenzaba a aburrirse. De repente el infante comenzó a llorar. Él se levantó y se puso enfrente de la cuna.

-¿Ahora qué?

Lo miró fijamente y después estiró sus manitos hacia él.

-¿Qué diablos? ...Si pudieras hablar sería más fácil entender qué demonios quieres. Bola de sangre.

La niñita se rio ligeramente. El insecto mostró los dientes, apoyó sus manos en la baranda y gruñó.

-¡¿Qué pasa?! ¿¡Qué diablos estás mirado!? ¿¡Qué demonios crees que soy!?

Seguía riéndose. Él estiró una mano hacia ella y la picó con uno de sus dedos. La siguió picando, pero no hacía más que reír.

-¿Te parece chistoso?-

Ella agarró su mano y la abrazó. Él se heló. Le impresionó que fuera la primera criatura humana que no le tuviera miedo. No obstante le molestaba su ineptitud.

-Despreciable, te maldigo... ¡Suéltame!- La picoteó y logró zafar su mano. Miró sus grandes ojos. -Tienes los mismos ojos que tu madre...- Sonrió. –Y la misma ingenuidad, bola de sebo.

Ella volvió a reírse.


Minutos después la puerta se abrió. El insecto se volteó y vio a Pauline.

-¿Por qué has tardado?

-No lo he hecho, incluso me demoré menos.

Él frunció el ceño y la niña se rio. Ella se acercó a su bebé.

-¿Cómo está mi dulce niñita?- La tomó en brazos. -¿Don Insecto te cuidó bien?

La niña se rio.

-¿Por qué le preguntas a ella? No va a contestarte.

-Con solo ver su expresión puedo saber que la cuidaste bien.

-¡Se ha estado riendo todo este rato! ¿Segura que está bien de salud?

-¡Por favor, es solo una niñita!

Aventuras Parisinas VOL.1Where stories live. Discover now