Lámpara encendida

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Tu no sabes lo que yo sentí, la cantidad de sensaciones que despertabas en mí. Lo que era para mí que me acariciaras la espalda suave y delicadamente, sutil y amablemente. Del modo en que pronunciabas mi nombre, era diferente. De como me decías que te mirara a los ojos. Lo agusto que me sentía contigo... El hecho de que el mi vals interior quedara presente y de la misma manera todo retumbara cuando era un nosotros, solo esa palabra, en ese mismo instante.

Porque de alguna forma aposte todas mis cartas por tí, y en esta dichosa batalla, si se puede llamar así, perdí. Me quedé sin ases en la manga y no podía hacer nada. Se acabó el hablar de tí, el simple hecho de jugarmela  y acabar perjudicada por tí.

Porque en una lucha de amor sin esperanzas, el perjudicado es el receptor de sentimientos. Podría decirte lo mucho que me ha costado no decir nada de tí, de que el destino en realidad creo que se equivoca. Ya te dije que tu tienes diferentes planes de vida y en ella, creo que estoy fuera de tu alcance. Me encendiste con palabras, me apagastes con errores.

Decepciones, una detrás de otraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora