Ojalá es un tiempo verbal sin pasado, ni presente, ni futuro. Es un echar de menos con las venas. Es desilusión, es olvido, es melancolía, es imposible, es nostalgia, son ganas. Ojalá es como poner el despertador a las doce, levantarse a las dos y salir de la cama a las seis de la tarde. Ojalá es hacer la maleta solo con dudas. Recorrer tantos kilómetros como ostias me han dado y esperar.