Asi es la vida: Arthur Fleck/Joker x Lectora (TERMINADA)

Capitulo 9

Arthur se dirigió a primera hora de la mañana a comprar un pasaje en tren para ir al barrio rico de Gótica. Wayne vivía allí.

Yo fui al trabajo. Me sentía mal por Arthur. Siempre creyó que su padre se había ido de casa, no que nunca lo había amado. Y menos que era alguien tan importante como Thomas Wayne.

Pasaron unas horas, y regresé a casa, pensando que Arthur estaría allí. Pero no estaba. Pensé entonces que había ido a casa de su madre, asi que tome el autobús y me dirigí hasta allá. Se había hecho de noche.

Tomé las llaves que Arthur me había dado, pero no hicieron falta. La puerta estaba abierta, sin seguro.

- ¿Arthur?

Miré el suelo. Al lado del sofa yacía la señora Fleck, tirada. Y de rodillas a su lado, Garrity y Burke, intentando reanimarla.

- ¡¿Que sucedió?!

Ambos se sobresaltaron. Burke sacó su arma, y apunto hacia donde yo estaba, pero luego se dió cuenta que era yo.

- Señorita Fleck, nosotros…
- Se desmayó, señorita. Sólo le estabamos haciendo preguntas y se desmayó.

Corrí y me senté a su lado, tocando su frente. Le costaba respirar.

- ¡¿Llamaron a una ambulancia?!
- Viene en camino.

Garrity no acabó de decir eso, y oímos las sirenas aproximándose. Bajé las escaleras corriendo. Ocho pisos.

Cuando llegué a la puerta, varios vecinos de la planta baja estaban observando la ambulancia. Ví a los paramédicos bajando la camilla.

- ¡Está en el octavo piso, rápido! ¡No está respirando normal!

Los paramédicos se apresuraron detrás mio. El ascensor estaba en planta baja, gracias a Dios. Subieron con la camilla, entraron al departamento y cargaron a la señora Fleck hacia la ambulancia.

Arthur se acercaba a la entrada del edificio, caminando deprimido, cuando reconoció a su madre en la camilla.

- ¿Mamá? - corrió hacia nosotros. - ¿Que pasó?

Los paramédicos no contestaron. Hablaban entre ellos. Sólo murmuraron "tiene un ataque".

Arthur estaba respirando agitado, preocupado. Subió a la ambulancia, tomando la mano de su madre. Yo subí y me senté a su lado.

- Señor, denos espacio.

Tuvimos que movernos un poco. Arthur tenía las manos en su cabeza. No podía creerlo. Yo le tome la mano libre. Me apretó con fuerza. Me miró. Estaba a punto de reírse, pero se contuvo.

- Señor, ¿Su madre toma medicinas?
- No.
- ¿Disculpe?
- No, no toma nada.
- ¿Cuándo fue la última vez que habló con ella?
- No lo se...

El Hospital era enorme. Su madre fue atendida de urgencia, y trasladada a una habitación. Tuvimos que dejar solos a los médicos para que hicieran su trabajo.

Bajamos a la entrada del hospital. Nos sentamos en un banco. Arthur encendió un cigarrillo, yo me abracé a su brazo, y él tomó mi mano con fuerza.

Algunas lágrimas caían de mis mejillas. Yo tampoco entendía que había sucedido.  No hablamos hasta pasado un rato.

- ¿Tu la encontraste?
- No, Arthur. Entré pensando que estabas allí. Me preocupó que no llegaras a casa. Y encontré a los dos detectives. Sea lo que sea que le pasó a tu madre, fue culpa de ellos.
- Siguen tras de mí.
- Eso creo. Maldito Randall, debió decirles algo para que siguieran creyendo que tu lo hiciste.