Capítulo 13

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- Deberíamos ir a ver a tu madre al Hospital, Art. Es año nuevo. Tal vez despierte.

Arthur me observó, incrédulo. A pesar de la gran noche que habíamos pasado, él aún sentía rencor hacia su madre. ¿Y como no?

- Está bien, iremos. Luego me gustaría quedarme en casa, T/N. Tengo una sorpresa para ti.
- Por supuesto, Art.

Las sorpresas de Arthur solían ser fascinantes. La última, mientras el reloj marcaba la medianoche, había sido comprometernos.

Se quitó la toalla que tenía alrededor de la cintura para ponerse el pantalón. Sentí el inevitable deseo de besarlo.

Se veía muy atractivo, desnudo, con el agua de la ducha aún goteando de su cabello peinado hacia atrás en su torso, y los rayos de sol que entraban por la ventana y hacían brillar su piel húmeda.

Envolví su cuello con mis brazos y lo besé. Él cerró sus ojos y se dejó llevar. Luego acarició mi mejilla con su índice.

- Eres tan hermosa.

Me hizo soltar una risita. Acabó de cambiarse, y yo fui a darme una ducha.

Fuimos caminando al Hospital. Hacía mucho frío ese día. Estaba lloviendo. Arthur llevaba el paraguas, y me abrazaba con su brazo sobre mi hombro. Yo me acurruqué en él todo el camino.

Cuando llegamos, subimos al elevador y nos dirigimos a la habitación de su madre. Yo ingresé, pero Arthur se quedó hablando con un médico.

La señora Fleck estaba dormida. Se veía débil, aunque ya le habían desconectado algunos tubos.

Escuché algo de la conversación de Arthur con el doctor. Ella podía mejorar o podía sufrir un ataque que podía matarla o dejarla como un vegetal. Todo era cuestión de tiempo.

Arthur acabo de hablar y se acercó a mí. Su rostro había cambiado.

- ¿Que dijo? - pregunté, cómo si no hubiera oído.
- Es cuestión de tiempo. Ella puede vivir o morir.

Luego de esa última palabra, sentía que esa sería la última vez que vería a la señora Fleck con vida.

Sentí que debía dejarlo sólo con ella. Era lo mejor.

- Iré a la cafetería. ¿Esta bien?
- Si.

Me dirigí a la puerta, pero Arthur me hizo frenar.

- Hey.

Volteé a verlo.

- Te amo.

Le sonreí, sonrojada.

- Yo también te amo.

Mientras caminaba por el pasillo, mi sonrisa se desvaneció. La señora Fleck estaba muy mal de salud.

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- Hola Penny.

Estaba sentado en el asiento de visitas. Prendí un cigarrillo, lo cual la hizo abrir los ojos y observarme.

- Penny Fleck. Siempre odié ese nombre.

Di una pitada al cigarrillo. Pensé en el archivo. En mis fotos de niño, todo golpeado.

- Siempre me dijiste que mi risa era una condición médica. No lo es. Es mí verdadero yo.

Por primera vez en días oí su voz.

- Feliz...

La quería. Y mucho. Me había criado. Me había dado valores. T/N lo había dicho muchas veces. "Arthur es distinto a los demás. Es educado, amable, respetuoso..."

Eso si se lo debía a ella, claro está. ¿Pero mentirme? ¿Durante tantos años? No podría perdonarselo.

Menos aún que mi vida hubiera sido una mierda, que todo el mundo se riera de mí, y me maltratara. Tantos golpes y humillaciones durante años, para que ella, en vez de apoyarme, me dijera "es tu condición, Feliz." Feliz.

- Feliz... No he sido feliz un minuto de toda mi puta vida.

Deseaba haber ido, para contarle que iba a casarme. Durante años había soñado con decirle, aunque nunca creí que conseguiría a una chica que me amara.

"Mamá, voy a casarme con T/N. Tendré una familia." Mamá. Ella era la única familia que había conocido. Y no lo era realmente.

"Mamá, saldré en el Show de Murray Franklin en unos dias ¡Es mi sueño! ¡Por primera vez se cumplirá!"

Me enojó el sólo hecho de verla. Aún pensaba en qué le habían dicho los detectives. Tal vez, pensé, eran envíados de Wayne. Tal vez la amenazaron.

Pero si yo era realmente hijo de Wayne, quien había falsificado los papeles, ¿porque ella no hizo algo? Sólo por su amor al imbécil de Thomas Wayne, yo había sufrido durante más de treinta años.

La sociedad me había enfermado más de lo que yo ya estaba. La gente me estaba enloqueciendo. Y en ese momento, la odié por ser la principal responsable de todo.

Pensé que realmente no me amaba. Si me hubiera amado, como T/N, me hubiera defendido. Y nunca lo hizo.

- ¿Sabes lo que realmente me hace reir?

Me puse de pie, y le quité la almohada de detrás de su cabeza. No dejé de observarla a los ojos.

- Antes creía que mi vida era una tragedia. Pero ahora veo que es toda una puta comedia.

Le puse la almohada en el rostro, haciendo que se ahogara. Cuando el medidor de ritmo cardiaco se detuvo, quité la almohada. Estaba muerta.

Observé el sol entre los edificios por la ventana, y exhalé. Acababa de matar a la mujer que había hecho que mi vida fuera una mierda. Y me sentía bien.

Dejé la almohada de nuevo en su lugar. Y me dirigí hacia donde estaba el médico con el que había hablado antes.

- Doctor, - dije, un poco alterado. - mi madre... Dejó de respirar.

El doctor corrió a la habitación junto con una enfermera. No había nada que hacer por ella. Menos mal.

- Lo siento, señor Fleck. De verdad. Le dije que era muy probable que falleciera, pero nunca creí que... Ya sabe... Justo cuando usted llegó...

Me quedé en silencio, observándolo. Le hablé a la enfermera.

- Mi novia está en la cafetería. ¿Puede buscarla? T/N.
- Claro.

No reí, aunque las lágrimas caían de mis ojos. Me había dolido hacerlo. No puedo negarlo. Pero como dije antes, me sentía mejor.

El médico anotaba cosas en su tablilla. Y tapó a mi madre con la sábana.

- Tal vez sólo estuvo esperándome. Para despedirse.

El médico asintió. Observé a mi madre. Parecía que se había quedado dormida. Pensé en lo último que había visto: su propio hijo, o el niño al que había criado como suyo, asesinándola. Que buena despedida.

Cuando el médico se fue, me acerqué a ella.

- Feliz año nuevo, Penny.

PD: Capitulo corto, disculpen, no tengo mucho tiempo, pero voy a seguir actualizando. Se acerca el final...

Asi es la vida: Arthur Fleck/Joker x Lectora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora