Capitulo 25

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No entendía que me sucedía. La pierna me dolía mucho. Era un fuertísimo calor que la recorría por completo. Y sentía que no podía moverla.

Comenzó a caer sangre al suelo. La gente se acercó corriendo. Arthur estaba a mi lado, agachado, sin entender nada.

- ¡Nadie se mueva!

Dos tipos venían detrás nuestro. No nos habíamos ni siquiera dado cuenta. Y me habían dado un tiro. No le habían errado, pues apenas se acercaron a nosotros, apuntando a la gente, nos pusieron de pie y nos llevaron a un callejón.

- ¡Dejenla en paz! ¡Hijos de puta!
- ¡Cállate, Fleck!

Le dieron un puñetazo que lo dejó en el suelo. Yo lloraba. Por el dolor. Por Arthur. Y por nuestro hijo. Tenía mucho miedo esa noche.

Y lo peor es que los tipos sabían su nombre. Sabían quien era. Lo que no sabíamos era quienes eran ellos.

- ¿Qui... Quiénes son?
- Sólo diré - dijo uno. - que nos envía el señor Wayne.

Thomas Wayne estaba muerto. Tal vez el niño, Bruce, al fin dijo quien era el hombre conocido como Guasón. O tal vez sólo lo recordaba de la vez que fue a su casa. O tal vez fue su mayordomo quien sabía su nombre.

El tema fue que nos atacaron. Dieron una golpiza a Arthur. Me arrastré hacia donde él estaba. Su rostro sangraba mucho. Tenía varios cortes.

Ni siquiera se nos ocurrió preguntar porque. Y no eran estúpidos. Sabían que si nos delataban como los causantes de los disturbios, ellos serían culpables de la golpiza. Y de dispararme.

- Entrégate a la policía, Fleck. O haremos cosas peores que ésto con ella.

Ojalá hubiera acabado allí. Nunca pensé que el tipo se acercaría a mí riendo. Y me acuchillaría el vientre con una pequeña navaja.

Sentía que moría. Y sólo pude ver a Arthur arrastrándose hacia mi, gritando.

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Aún herido como estaba, cargué a T/N hasta la calle principal. Y pedí ayuda a gritos. Sangraba mucho de la pierna. Sorpresivamente, su vientre no tanto.

Un hombre nos llevó hasta el Hospital. T/N fue llevaba de urgencia al quirófano. Yo, por mi parte, fui llevado a una sala en donde una doctora me curó las heridas del rostro y el torso.

Mis ansias sobre T/N eran terribles. Si ella moría, yo moriría con ella.

Expliqué a los médicos lo que había pasado. Y tenía mucho miedo.

Las horas pasaban, y no me decían nada. Hasta que al fin un doctor salió.

- Señor Fleck. Su esposa está bien. Está estable. Su hijo...
- ¿Qué pasó? Mu... ¿Murió?
- No, por suerte. Pero tuvimos que realizarle una cesárea a su esposa. El chico es prematuro. Deberá pasar un par de meses aquí, hasta que sus pulmones y aparato digestivo se estabilicen.
- ¿Puedo verlo?

El médico me observó con un rostro desconcertado. No todo estaba bien. La suerte nunca hace que todo esté bien.

- Señor Fleck. Su hijo...

Bajó la mirada. Exhaló, y puso una mano en mí hombro.

- Su hijo tiene una herida muy grave en su boca. El puñal debió rozarlo apenas. Pero lo lastimó. Las comisuras de su boca están rotas. Cicatrizará, pero será algo permanente.

Sentí que se me dormían las piernas. Estuve a punto de desmayarme. El médico me ayudó a sentarme en una silla.

Y con la sala de espera llena, me reí como nunca antes lo había hecho. El ataque más fuerte que había tenido en toda mi vida.

Asi es la vida: Arthur Fleck/Joker x Lectora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora