22.- Iceberg a la vista

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El momento que vivían les parecía perfecto, una oportunidad maravillosa para olvidarse de las formalidades y huir del mundo sin salir del mismo.

Tras haberse entregado mutuamente, Chrollo mantenía abrazado a Kurapika sobre su cuerpo, exhaustos, satisfechos, completamente enamorados.

Kurapika: (observando el cuerpo de su compañero) estás temblando.

Kuroro: (recuperando el aliento) tranquilo, no es nada.

Kurapika da un beso en su frente, reconociendo el respeto y amor que le tenía, le habría encantado que fuera así eternamente. Ellos solos y nadie más.

Forzando la puerta a patadas por parte de Theta, junto a Tserriednich entraron a la habitación inspeccionando alrededor en cada rincón, pero el chico aún no había regresado. Una corazonada llevó al desconfiado hombre a revisar la caja fuerte del camarote.

Theta: (dirigiéndose a Tserriednich) ¿Falta algo?

Tserriednich encuentra dentro dos documentos nuevos, una carta con un mensaje escrito por el rubio y un dibujo a lápiz, a continuación lee lo que dice la carta, expresando inmensa rabia en sus ojos al ver el dibujo de su prometido posando descarnado tan sólo con el corazón del mar alrededor de su cuello.

"Querido, ahora podrás encerrarnos a los dos en una caja" ~ Kurapika.

A pesar de la amarga traición de Kurapika, el hombre era astuto y sabía pagar con la misma moneda.

Tserriednich: (sonriendo maliciosamente) Tengo una mejor idea.

Un grupo de guardias cargando lámparas iluminaban el interior del sitio, buscando a los fugitivos enamorados.

Se acercaron al auto con rastros de huellas marcadas por la ventanilla trasera, abrieron bruscamente la puerta para encontrar vacío su interior.

Ambos salieron por otra parte riéndose a carcajadas al llegar a la cubierta.

Kuroro: (riendo) ¿viste el rostro de esos tipos? ¿los viste?

Kurapika: (asintiendo mientras ríe también) cuando el barco atraque... voy a irme contigo.

Kuroro: es una locura.

Kurapika: ¡lo sé! no tiene sentido. Por eso lo haría.

Tras decir aquello y mirándolo a los ojos, se anima a darle un beso arriesgándose a ser visto por todos pero restándole importancia, junto a Kuroro estaba dispuesto a hacer cualquier cosa.

Hanzo: (señalando a su compañero vigía) Mira esto, ¡ven! ¿Qué te parece?

Pokkle: (observa a los dos chicos besándose) Tienen menos frío que nosotros.

Hanzo: Si eso necesitamos para entrar en calor prefiero no hacerlo si tuviera que ser contigo (se burla hasta que observa un enorme objeto en el mar bajo la oscuridad) ¡¡Maldito iceberg!!

El vigía tomó el teléfono lo más rápido que pudo y llamó para dar aviso de lo que había visto.

Knuckle: ¿Sí? ¿Qué es lo que ves?

Hanzo: ¡¡Iceberg a la vista!!

Knuckle: ¡Gracias! (Cuelga rápidamente para dirigirse a la cabina principal) ¡iceberg a la vista!

Wolfin: ¡Viren a babor! ¡Viren!

Rápidamente se da la señal a la zona de calderas para que den marcha atrás y eviten el impacto.

Al máximo, el timón llegó a tope.

Redujeron la presión, apagaron las calderas, rezaron a dios para lograr desviarse de aquella amenaza. Activaron el motor en reversa y el barco apenas giraba su curso.

Ni con timón a tope fué suficiente para salvarse completamente del impacto y un terrible golpe crítico azotó el costado del barco a metros bajo el agua.

El golpe deja caer hielo sobre cubierta asustando a los pasajeros que se encontraban ahí.

Chrollo abrazó a Kurapika esperando que aquello fuera tan sólo un susto del cuál olvidarse.

Las calderas se parten y expanden como un abrelatas entrando a la tapa, los pasajeros despiertan con el estruendo y en el piso de tercera clase empieza a entrar agua.

Hisoka: ¿pero qué!? (baja de su cama y cae sobre un nivel de agua que cubre sus pies) ¿qué pasó?

Illumi: (abriendo la puerta y lanzandole un chaleco salvavidas) Hisoka, ¡vámonos!

El ingeniero Leorio, creador del Titanic sintió el temblor de aquel impacto mientras estaba en su oficina y un mal presagio llegó a su mente.

Kuroro: ¡atrás! (empujó a Kurapika antes de que los bloques de hielo cayeran sobre ellos como cristales)

Se activó la alarma que avisaba a los obreros que era necesario evacuar las calderas. Lamentablemente no todos lograron salir a tiempo.

El capitán salió de inmediato al sentir el temblor y se encontró con Pariston, a quien dejó a cargo en su lugar.

Netero: ¿qué fue, señor?

Pariston: Un iceberg, señor, dimos la vuelta en reversa pero estaba muy cerca, traté de virar a tope y...

Netero: (conmocionado) cierren las puertas.

Pariston: Están cerradas, señor.

Capitán: ¡Paren todo! (ordenó a la tripulación) Traigan al carpintero.

Entre los pasillos de segunda clase, todos salían abrumados de sus habitaciones.

Biscuit: (hablándole a un tripulante) disculpe, ¿porqué nos detuvimos? sentí un temblor.

Shalnark: No sé preocupe, madam, perdimos una paleta de la hélice, eso fue lo que sintió, ¿se le ofrece algo?

En ese momento Leorio pasa corriendo con todos sus planos en la mano.

Biscuit: (poco convencida) no gracias...

Hisoka: (cargando sus maletas siguiendo a un grupo de roedores) si las ratas van en esa dirección, yo iré por ahí también.

En otra parte Tonpa iba caminando por el pasillo desesperadamente.

Mientras otros trataban de salvarse, refugiarse, informarse y prepararse. Otros, sólo buscaban arrojar más leña al fuego.

Tserriednich salió del camarote de Kurapika y llamó al primer empleado de seguridad que se encontró.

Tserriednich: (deteniendo al tripulante) ¡tú!

Kortopi: Señor, no es una emergencia.

Tserriednich: Sí, sí lo es, me han robado.

Theta: (aparece intimidando al guardia) Soy la sargento de marina.

Tserriednich: (jaloneandolo dentro del camarote) ¡ahora, idiota!

Kortopi: Sí señor.

Kuroro y Kurapika subían las escaleras rápidamente cuando el capitán junto a otros hombres pasaron muy preocupados a su lado.

Knuckle: El cuarto de calderas está 12 metros bajo el agua y la sala de correos está peor, todo está inundado.

Netero: ¿Puede remediarlo?

Knuckle: No, sólo que las bombas sean más rápidas.

Netero: ¿Vieron los daños de la cubierta inferior?

Botobai: No, ya está inundada.

Aquella conversación fué suficiente para que la pareja entendiera lo grave que era el asunto.

Kuroro: (susurrando a su compañero) esto está mal.

Kurapika: (asiente preocupado) hay que avisar a mamá y a Tserriednich.

Sin embargo, las buenas intenciones de Kurapika no serían suficientes para mitigar el drama del problema que se avecinaba.

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2021 ⏰

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