Capítulo IX - Suplicio

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Antes de comenzar, había un problema con el capítulo anterior, la función automática de Wattpad (que voy a dejar de usar) cambió el orden de subida de capítulos, así que hasta hoy (03/01/2020) ha sido un spoiler de lo que se avecina... lo siento mucho, chic@s.

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La situación era cada vez más sombría, se avecinaba el desastre y no había nadie que lo detuviese.

    Garikoitz se acercaba cada vez más al empollón que no había sabido dejar su orgullo de genio atrás para mantener su integridad física.

—Quedamos en que si no cumplias desearías ir al infierno porque te torturarían menos de lo que haré yo... así que, dime... ¿Por qué lo has hecho?

    —Son iguales... lo que piense el profesor de cada uno de los dos también afecta....

    —Ah... así que es eso, ¿No? —Gari cogió una barra de un contenedor cercano para amenazar a su presa —¿Tienes mejor nota porque te dedicas a lamerles el culo? Seguro que el pequeño Samuel se dedica a chuparle la polla a todos los profesores... ¿O te gusta mas que te den por culo? 

    Cogió la vara con fuerza y le asestó un golpe.

    —Si al menos fuesen las tías buenas que tienen de profesoras los de la privada... Casi te tendría envidia... Pero nosotros solo tenemos hombre de profesores... Empollón, friki y maricón... Lo tienes todo.

    Sam se protegió con los brazos de nuevo al ver venir otro golpe hacia él, sabía que esto no había hecho nada más que empezar.

    —Seguro que por aquí hay un mendigo que lleva mucho sin follar... ¿Y si te ofrezco gratis a ese mendigo? Nah, seguro que no es marica... Tendremos que hacer que piense que eres algo parecido a una chica, con suerte está borracho y se lo cree...

    Antes de poder reaccionar sintió cómo le agarraban del pelo. Lo solía llevar recogido en la parte de atrás, ya que lo tenía demasiado largo como para ser un chico según su madre. 

    —Esta es la parte buena de los que tenéis el pelo largo de por sí... es mucho más fácil haceros parecer una tía...

    Estiró de la goma, arrancando bastante pelo a la vez que la quitaba, y se la puso en la muñeca para usarla en el momento oportuno. Sentía como le presionaba mucho la muñeca, tendría que darse prisa si quería hacer las cosas bien.

    Sacó la cinta aislante y cortó un trozo con la boca mientras usaba la mano libre para desvestir de cintura para abajo a su presa, que se retorcía bajo el peso de su cuerpo. Con cierto asco agarró la polla y los huevos de quien tenía bajo sus piernas y los juntó con la goma de pelo, haciendo que Sam gritase de dolor, y usando la cinta aislante los pegó en su pierna para después vestirlo de nuevo.

    —Creo que el dolor te hará tener la voz más aguda de por sí...

    La figura se empezó a alejar por el callejón mientras Sam se quedó en el suelo, quejándose de dolor, sintiendo como su miembro era presionado por la cinta aislante, doliéndole cada movimiento que hiciese.

    A los pocos minutos, un mendigo que solía pasar allí las noches lo vio. El pelo largo le hizo pensar que se había encontrado a una joven a la que habían atracado y de la que él se podía aprovechar, pero al acercarse vio que aún tenía el móvil y la cartera, así que los cogió y se los echó en la bolsa.

    Se fijó en la joven, no era muy femenina y era plana, pero tenia buen culo, cosa que apreciaba en una mujer.

    No tardó mucho en bajarle los pantalones y abrirla entera, sintiendo como sangraba, oyendo esos gritos algo graves para una mujer, pero no le importó.

    Siguió moviéndose, nadie pasaba por ese callejón, por eso le gustaba tanto al mendigo, porque era íntimo y podía hacer cosas así. En caso de que le pillasen lo peor que podía pasar era que lo mandasen a la cárcel, eso le daría un techo, comida y agua... No había malas consecuencias por sus actos.

    Cuando terminó se alejó, sin pensar en la que él creía era una joven y alegrándose de haber podido descargar con alguien por fin, pudiéndose centrar algo más ahora en buscar comida.

    Cuando Sam pudo levantarse y librarse de todo lo que le había hecho Gari sintió ganas de matarlo, aunque supo que no sería capaz, así que fue a su casa dispuesto a contarle a alguno de sus progenitores lo sucedido.

    Cuando llegó a la zona rica de la ciudad, se sintió observado. Al verse reflejado en un escaparate se dio cuenta de las pintas que tenía: el pelo largo enmarañado, la ropa manchada del suelo del callejón y los pantalones algo ensangrentados, parecía un mendigo desesperado.

    Se arregló como pudo para continuar su camino, dispuesto a llegar a su destino lo antes posible.

    Al ver la casa se sintió asustado y se achantó, no pudo timbrar para hablar con uno de los padres de quien acababa de ser su victimario. Lo que sí pudo hacer fue asomarse a una de las ventanas. En esa zona de la ciudad las casas eran al estilo de las americanas, una vivienda unifamiliar.

    Al mirar vio el salón iluminado y a Gari y Maite en el sofá, ella sentada sobre el, semidesnudos, a punto de acostarse. Sam empezó a excitarse al ver su cuerpo desnudo a través del cristal, pero se contuvo, no podía estar ahí para ver porno en vivo.

    Se quedó un rato mas aun con su pensamiento anterior, sin moverse de delante de la ventana, viendo como se acostaban y reprimiendo su deseo por el cuerpo de quien observaba.

    Cuando Maite gritó diciendo que había visto a alguien mirándolos desde la ventana se fue rápido a casa para que no le descubrieran.

    Al llegar se metió a la ducha y cogió unas tijeras para cortarse el pelo. No quería mas humillaciones, y menos que le pudiese ocurrir algo similar a lo que le había pasado.

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¡Feliz 2020!

Sé que voy tres días tarde, pero este es el primer capítulo del año 2020.

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Andrea Marauri

Sangre bajo la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora