09

355 51 22
                                        

No siempre supe valorar tu presencia, mejor dicho: nunca la valoré. En el momento que estuviste en mis pensamientos, te quise sacar; en el momento cuando tenía sueños donde las posibilidades románticas entre nosotras sucumbían, también te quise sacar; cuando salíamos seguidamente, me quise alejar. Siempre era lo mismo conmigo. Era obvia tu atracción hacia mí y también era obvio mi asco hacia ti. Si fueras hombre, quizás pudieramos estar juntas, pero no es lo mismo.

Varias veces he ido al bar gay, para escuchar alguna melodía por parte de Sardonyx, pero termino llevándome a la cama a un enrulado amigo.

Dudando en varias ocasiones, iba a donde te reunías con Connie, sentándome cerca a propósito para llamar tu atención. Tú me mirabas, sonrojada, y te removías, echándome miradas. Podía asegurar que me comías con la mirada, por algo, yo usaba vestidos ajustados. Me encantaba provocarte, Nora. Tampoco te quedabas atrás, en varias ocasiones, te acercabas con Connie, mostrando tus finas y largas piernas. Moviendo ocasionalmente tu vestido para que se vieran tus muslos. No juegues con fuego, Nora, que te puedes quemar. Llamas mi atención, no quiero nada contigo pero tampoco quiero tenerte cerca, ni siquiera quiero tenerte lejos. A veces, en sueños, logro tenerte entre mis labios y tocar con mis dedos, tus suaves piernas depiladas y tus glúteos no tan desarrollados, gracias a la poca grasa que tienes. Lo admitiré en este libro, Nora, me encantas demasiado. Me atraes. Pero hay algo en mí que dice que no puede dejar que algo entre las dos pase, como si quisiese protegerme. ¿De quién, Nora? ¿No es obvio? De ti, Nora. De ti. De tus labios color rosado. De tus piernas deseosas. De lo que hay bajo de tu vestido. De tus sostenes simulando pureza y ternura. ¿Qué escondes, Nora? Pareces muy predecible. Necesito algo que cambie lo nuestro. Algo que me carcoma por dentro. Algo que me diga: dios, Nora no es Nora. Así que dime, Nora, ¿qué es lo que ocultas? ¿Qué hay bajo ese maquillaje natural? ¿Qué hay bajo esos ojos inocentes? ¿Qué hay bajo esos vestidos indecentes? ¿Qué hay bajo esa personalidad tierna y tímida? ¡Dímelo, Nora! No aguanto más comiéndome la cabeza por ti, Nora. Estoy podrida de ti. Estoy podrida de toda esta situación. ¿Por qué no me hablas, Nora? ¿Acaso te diste cuenta de lo cruel y confusa que soy? ¿Acaso te diste cuenta de la mierda que soy? Dímelo, Nora, te reto: dímelo.

—Spinel —llamó aquel morocho. Me giré y miré su rostro. Aquellos ojos avellana que llegaban a comerme con la mirada. Esa pelvis que me volvía loca en las noches. —¿Estás bien? —aplané los labios. ¿Cómo le digo a él que es solo un despecho? Todo es tu culpa, Nora. Me pones nerviosa. Me haces hacer cosas que yo no quiero. No quiero gemir tu nombre en medio del sexo con el mejor hombre del mundo. No quiero. Me niego.

—Sí, lo estoy —mentí. Él gateó hasta mí y me abrazó de la cintura. Lo sé, lo sé. Dije que nada de contactos románticos, pero ya se me hizo inevitable sentir sus caricias. El solo imaginarme que tú me las haces, Nora, me encanta.

—Sé que no es cierto. Te conozco —reí.

—Te estás cogiendo a una zorra que gime un nombre ajeno y que solo te busca para eso —él se encogió de hombros. ¿Por qué no le molesta? Me confunde.

—Yo también pienso en una chica cuando tengo sexo contigo, no te sientas mal —besó mi hombro. Se sentó a mi lado. —Pero pienso que todos merecen amor aunque tú no lo sientas —simplificó. ¿Eso debo hacer contigo, Nora? ¿Debo darte amor aunque no lo sienta? ¿O acaso tú haces eso? ¿Soy solo un juguete más para ti, Nora? No voy a admitirlo, ¿sí? ¡No lo admitiré!

—¿Eso crees? —balbuceé. Él asintió repetidas veces. Me atreví a plantar un beso en su frente. —No te mereces el mal, Steven, no me mereces —él asintió.

—Lo sé, pero aquí estamos, disfrutando del otro, ¿no? —dejó otro beso en mi hombro. —Vamos a dormir, Spinel —se acostó nuevamente en mi cama. Mordí mi labio inferior y me acosté con él, apoyando mi mano en su pecho depilado.

—Eres muy afeminado, Steven —bromeé juguetona. Él acarició mi cabello suelto y rió.

—Me lo dicen a diario —me abrazó y yo me apegué a él.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸
Srry not srry. Pero estoy de vacaciones así que voy a tardar.

Dicho esto: If you like this chapter give me a star (like u ;) and follow me for more. Bye, stars.

Nora | Stevnel [Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora