12

315 51 21
                                        

Te vi entrar por la puerta transparente gracias al vidrio. Mirabas desinteresada los percheros. Me paré enseguida, consiguiendo la atención de Smoky y me acerqué a ti.

—Cualquier consulta a las órdenes —seducí. Me miraste de reojo y levantaste una ceja, ¿qué pasa, Nora? ¿Te encantó que susurrara eso en tu oído? ¿Te excitó?

—No, gracias —volviste tu mirada al frente, tratando de sonar indiferente. Me confundí, ¿qué pasó con todas esas miradas coquetas antes, Nora? ¿No te gusto? ¿No te... Atraigo?

—¿Quieres salir hoy de noche? —cuestioné, formulando una sonrisa. Me coloqué en tu costado, mirando cómo elegías las bragas.

—¿Para que me uses como a cualquier chico? No, gracias —hablaste sin mirarme. Te tomé de la muñeca.

—Nora —llamé. Me miraste a los ojos, indiferente pero supe que cuando me miraste, todo cambió. Tu mano comenzó a temblar y a sudar. Tu labio también tembló y meneaste tus piernas de un lado a otro, nerviosa. Encontré tu punto débil. —Deja de ignorarme y simular que soy una zorra —aunque por ti, lo sería —deja de ser así, sé que no eres así —susurré. Parpadeaste dos veces y te soltaste con suavidad.

—No me conoces —es verdad, no te conozco, pero tampoco quieres que lo haga.

—Es verdad, no te conozco, pero tampoco quieres que lo haga —repetí. Me miraste en seguida y cruzamos miradas.

—Spinel, no soy lo que crees —balbuceaste. Noté tu inseguridad.

—¿Y qué creo? —nuestros ojos se conectaron enseguida, diciéndonos qué era lo que queríamos. Estábamos coincidiendo, ambas queríamos besarnos. Vamos, Nora, no me importa que me mientas, me importa que te mientas. —Ya te lo dije: estás en mi cabeza —supliqué. —No quiero estar sola más... Quiero estar contigo —tomé tu mano. Me miraste angustiada.

—Exacto, estás desesperada, no estás enamorada, solo no quieres estar sola —me miraste suplicante y luego miraste mi agarre. Sabías claramente que podías soltarte, pero querías que yo te dejara ir. ¿Qué pasa? ¿Qué cambió? ¿Acaso...?

—¿Acaso ya no sientes nada por mí? —retrocediste pero no te soltaste. Vi varias lágrimas bajar por tus ojos y me alarmé. Te solté enseguida y tomé tu rostro, entre mis manos. —Eres muy obvia —respondí tu mirada confundida. Rompiste el contacto visual, y observé como una lágrima bajó de tus ojos.

—No quiero que te acerques más a mí, Spinel —entreabrí los ojos y te solté. Dejé salir un jadeo, no lo creo. ¿Por qué, Nora? ¿Hice algo mal? Lo siento tanto, ¿sí?

—Nora —me diste la espalda.

—Ya no somos nada —y ahí fue cuando el coraje se me subió a la garganta.

—Nunca fuimos nada, ¿qué quieres, Nora? Hice lo que querías, ¡me enamoré de ti! Por favor, ¿hice algo mal? —me acerqué. Seguiste caminando hacia la puerta de cristal.

—No sigas, Spinel —negué con la cabeza. Crucé miradas con Smoky que observaba todo, negó con la cabeza. Aún lo recuerdo, ¿tú no, Nora? Volví mi vista a ti, ignorando la respuesta a Smoky.

—¡No entiendo! ¡Siempre soy la mala, ¿no?! ¿Por qué por primera vez no puedo disfrutar de ti? —te tomé del hombro, intentando girarte.

No supe que cuando te giraras, hicieras eso.

Nora | Stevnel [Human Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora