🌱 Capítulo 41 🌱

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—Jessie, ¿cierto? —Yu Na se acercó a la pelirroja con una sonrisa en su rostro.

—Oh, hola. —Hizo una reverencia apresurada.

—Sabes, creo que puedo ayudarte, escuché que aún no eliges un club...

—Ah, es cierto. —Respondió la pelirroja con rapidez. No quiero hablar con ella.

— ¿Qué te parece el club de vocalización? Creo que tienes una linda voz, tengo el presentimiento de que sabes cantar muy bien.

—No, solo lo hago en la ducha. —Rió.

— ¿Pensaste en uno en específico? —Preguntó Yu Na con interés, parece que esta chica quiere quitarme de encima.

—Uhm, no lo sé aún. Esperaré a adaptarme un poco más, —asintió Jessie con convicción— solo necesito un poco más de tiempo.

—A veces todos necesitamos tiempo, es cierto, pero no dudes en llamarme si necesitas orientación. —Yu Na le entregó un papel con su número telefónico— Nos vemos, Jessie.

¿Quién se cree siendo la hada madrina de todo el instituto? Jessie rodó los ojos y metió una de sus chupa chups a la boca. Eun Bi le había advertido de ella, tenia finta de doble cara y parecía ser amable con todos: Choi Yu Na.

La caminata ruidosa a su aula terminó. Esta mierda nunca termina, se dijo a si misma. Las burlas de las demás chicas no le afectaban, en realidad ni siquiera le importaba tener que aguantar los insultos. Tener talla cero en Gangnam parece obligatorio, si ellas vivieran en Santa Monica les dirían planas anoréxicas. La sonrisa de Jessie llamó la atención de uno de los chicos sin que ella se diera cuenta, él iba pasando por alado del aula, pero aún así logró ver lo hermosa que era la sonrisa de la pelirroja.

—Hey, doink, —una de las chicas "rudas" la llamó sacándola de sus pensamientos— estás en el asiento de Minhyuk oppa.

— ¿Y? —Volteó Jessie engreída, de vez en cuando tenía ganas de poner en su lugar a esas chicas.

—Mueve tu gordo trasero antes de que él llegue, doink, —soltó otra de sus amigas— a no ser que...

— ¿Qué me van a hacer? —Preguntó Jessie levantándose de su pupitre— ¿Van a lanzarme harina con agua en el patio trasero?, ¿tomarme fotos distraída y subirlas a las redes?, ¿rayar mi pupitre con palabras vacías? Vamos, házlo y ve como me vale verga.

El aula se quedó en silencio. Las chicas "rudas" no tenían expresión en sus rostros, por un momento creyó que habían muerto, sus pechos planos no se movían según su respiración. Jessie tomó su mochila y salió del aula, sabía que iban a mandarla a detención si es que en ese instituto había. Pelear a palabras con una chica era detención directa en su país, así que ella quería evitarse la discusión con el director. Aunque, en Seúl sólo se castigaba si te veía un superior o profesor, no podías auto castigarte.

—Ya llegó la carne fresca. —Un chico bromeó desde la puerta al ver a Jessie cruzarla.

— ¿Y a ti por qué? —Preguntó un segundo con un rostro angelical.

—Pelear con una tabla parlante. —Bromeó Jessie sentándose en su pupitre.

—Mucho gusto, —sonrió el chico— soy Suho, el que está en la puerta es Sehun, somos amigos desde el preescolar.

—Soy Jessie, —la pelirroja sonrió— Jessie Myoung, vengo como estudiante de intercambio.

—He escuchado de ti, —Suho apoyó su barbilla sobre su mano— y creo que se equivocan, eres más linda de cerca.

—Cuida tu boca, cara de algodón. —Una voz masculina resonó en el aula.

El chico le regaló un guiño coqueto a Jessie para luego alejarse junto a su amigo el de la puerta. La confusión de Jessie hizo que rodara un poco su cabeza, quería saber de quién provenía dicha voz y porque le había hecho caso Suho.

Namjoon estaba celoso de que alguien se le acercara a Jessie, a pesar de estar alado de su más reciente novia a quien trataba más como una mascota. La pelirroja había llamado tanto su atención que no quería que nadie más se le acercara a tratar de conquistarla. Era algo posesivo con quien ni siquiera conocía. Tenía miedo de equivocarse y hacer que Jessie lo odiara, sus nervios le impedían acercarse a invitarla a un café o algo así. Su novia le tocó el hombro sonriente.

— ¿Qué tanto piensas, bombón? —La dulzura de la voz de su novia lo asqueó.

—Lo siento, abejita, terminamos. —Sonrió levantándose de su pupitre para salir de ahí, ignorando el drama que le había armado su novia, solo se centraba en sus pensamientos. Ella no será fácil, pero me gusta, pensó el moreno con codicia.

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