Capítulo IV
—Tengo que admitir una cosa esta noche...
—¿Qué Matthew?
— He observado que te has convertido en una excelente bailarina... Y he empezado a angustiarme. Simplemente deseo poder saber si mis torpes pies podrán seguir tus pasos. No deseo arruinar tu primer vals. —le sonrió con dulzura.
— No seas mentiroso, eres un gran bailarín. He visto cómo has bailado con algunas de las invitadas presentes.
—Sin embargo, exageras un poco... Con ninguna he bailado un vals donde todos los presentes nos observan, por ser parte de familias tan admiradas. Creo que muchos podrían sacar conclusiones y hacer comentarios.
— No me interesan, ¡que hablen!... Soy una afortunada al estar bailando con el futuro duque Devonshire. Mi gran amigo de la infancia...—<< y mi amor >>, se expresó en su silencio.
—No, el afortunado he sido yo, porque he sido el elegido para este primer vals.
—Y si sigues hablando, considerare en otorgarte el siguiente. —sonrió, mientras él la hacía girar.
—Sabes que eso no es propio. Harías que los cotilleos nos sigan el resto de la temporada.
—¿Le temes a los cotilleos?
—No, solo que temo que te lastimen. Algunos no saben cuánto pueden herir sus palabras. Y deseo de corazón que encuentres a alguien que de corazón te valore. Esta temporada me ocuparé en cuidar de ti y de Alondra... Deseo lo mejor para ustedes...
—Gracias...—fingió una sonrisa, aunque sentía que su corazón se rompía en ese instante. Porque él no se veía como ese alguien que podía hacerle feliz.
Matthew Cavendish se apartó de ella cuando el vals termino finalmente, regresándola posteriormente a donde le esperaba su familia. Y luego se despidió, dejando claro que bailar un segundo vals con ella no era correcto.
—¿Sucede algo? —le preguntó Alondra al ver que Matthew se había alejado, ella se disculpaba con los invitados presentes, para salir un momento al jardín a respirar un instante. Excusándose que los pies le dolían un poco y quería descansar un poco.
—Solo quiero descansar un poco, antes de volver a bailar... No me he detenido de bailar y mis pies desean un poco de descanso.
—¿Te acompaño?
—No quiero que dejes de disfrutar por mi culpa.
—Eres mi mejor amiga y me encuentro aquí por ti... Recuerda que odio los bailes. Pero tenía que estar aquí por ti, no iba a dejarte sola.
—Gracias...—expresó Isabella y aceptó que Alondra la acompañará, sin expresar el dolor que sentía al sentir que Matthew no había aceptado volver a bailar con ella, al no querer que hablasen de ella.
A la mañana siguiente, ese día, simplemente sería una noche de ensueño. Una que recordaría como un momento de alegría y posteriormente de tristeza. Había disfrutado de la compañía de Isabella y de Matthew, de eso no podía quejarse. Pero se sentía dolida al ver que él siempre la vería como su amiga de la infancia. Y nada más.
Mientras todos dormían, ella se había levantado al no poder seguir durmiendo. No quería llorar más de lo que había llorado, por lo que decidió salir al jardín. Necesitaba respirar lejos de las cuatro paredes de su asfixiante habitación, porque si seguía en aquel lugar, seguiría llorando como lo había hecho al refugiarse allí, después del baile.
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Cuando Amas a Alguien ( 6ta novela de la serie Todo lo que Soy )
Historical FictionMatthew Cavendish finalmente ha regresado a Londres, permitiéndose un baile de sociedad, al ser la presentación de aquella pequeña niña que su memoria aún recuerda. Ha dejado atrás sus estudios en St. John (Escocia) solo por un momento, sin saber cu...