Capítulo VII
A la mañana siguiente, la madre de Isabella, se encontró con su esposo, en su salón privado, donde solía reunirse para despejar sus pensamientos. Le había notado que se encontraba algo preocupado, pero no quiso verse intrusa de esos pensamientos que ocupaban su atención. Hasta el instante que él notó su presencia y le sonrió, invitándola a unirse a él.
—Elizabeth Cartwringht es una joven muy agradable. Me ha encantado como prometida para el conde de Greystowe...— expresó Keyra al acercarse a la terraza en donde se encontraba su esposo, Brandon Aldwych, duque de Huntley— ¿En qué piensas?
— Mmm...nada...nada.
—¿Nada?— agregó con extrañeza.
— Simplemente me ha empezado a preocupar la presencia de Terrence Ashworth, del nuevo conde de Essex... Temo que pretenda acercarse a nuestra hija o a la hija de James.
—¿Temes a que quiera hacerles daño?... ¿Crees que su tío le haya educado tan bajo, antes de morir?
—No es innegable que nos odia desde que su tío murió y heredó su título... Es tan verídico que jamás se había interesado en una temporada. Hasta ahora.
—¿Le has expresado tu preocupación a James y a Annette?
—Solo a James... Entenderás que la pobre de Annette no se la vio tan fácil desde que su padre la comprometió con ese hombre. Con Joseph Ashworth, el anterior conde, considerando que era el mejor candidato que una señorita podría encontrar. Podrás imaginar lo que eso significa si mis sospechas son correctas. Además, ahora que Annette ha empezado a acercarse aún más a su padre, y sanado aquellas heridas del pasado, sería como echarle más leña al fuego. No es justo para ninguna de las familias...
Lejos de allí, Isabella había recibido una nota de Alondra, por lo que decidió correr hacia donde sus padres para pedirles permiso. Después de haber llorado por los cotilleos sobre un posible romance entre Matthew y lady Suzanne Wilson, su corazón se alegró de saber que volvía a recibir una invitación de su queridísima amiga, de Alondra. Y lo que más le alegraba era saber que Matthew estaría presente. Se acercó al salón de té, pero no halló a sus padres allí, por lo que se dirigió al salón privado de su padre, y luego de tocar, entró, observado a sus padres con extrañeza. Su padre se veía preocupado, pero al mismo tiempo, reservado. Ella no se inmutó y se acercó y los miró con preocupación, interrumpiendo aquella conversación.
— Los he estado buscando...Finalmente les encuentro. ¿Y esas caras? ¿Ha sucedido algo?
—Nada...—sonrió Brandon al abrazar a su pequeña hija, aunque ya era oficialmente una señorita, para él siempre seguiría siendo su niña—. Sólo hablábamos sobre tu presentación... Cosas de padres—mintió porque no la quería aterrorizar en unas sospechas donde aún no tenía prueba—. ¿Ya has elegido lo que usarás para el baile de presentación de Alondra? ¿O has venido a pedirme algo más?
—Nada más, padre... Con lo que tengo me conformo. Solo he venido para pedir su permiso. He recibido una invitación de Alondra para salir a pasear con Matthew al Hyde Park.
—Solo porque Matthew estará con ustedes, te doy permiso de ir. ¿A qué hora vendrán por ti?
—Después del mediodía... Matthew primero saldrá a cabalgar y luego pasará a buscarnos. Gracias papá...—besó a su padre, al igual que a su madre, y se marchó.
Brandon la miró como un padre que se le hace imposible admitirse que su hija había crecido. Y que pronto encontraría a alguien con quien comprometerse. De niña la había visualizado siendo la esposa de Matthew Cavendish. Ella siempre le seguía y amaba estar bajo su compañía, pero ambos habían crecido y sólo se veían como amigos. O al menos eso era lo que observaba.
—¿Recordando cuando la veías siendo la futura duquesa de Devonshire, al igual que James, cuando a ambos se les metió en la cabeza unir a ambas familias al verlos crecer tan unidos?
—Sólo fue un deseo... Sin embargo, después de todo, decidimos que ellos mismos encontraran su felicidad, sin necesidad de compromisos impuestos. La vida ya nos había enseñado que ningún compromiso impuesto trae algún beneficio, aunque sea lo que se espera.
Ver aquel brillo en los ojos de su esposo, conmovió el corazón de Keyra, era una alegría que no podía ocultar. Él había llegado a su vida para salvarle. Y ahora como padre comprendía otra forma de proteger a quien se ama.
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Cuando Amas a Alguien ( 6ta novela de la serie Todo lo que Soy )
Historical FictionMatthew Cavendish finalmente ha regresado a Londres, permitiéndose un baile de sociedad, al ser la presentación de aquella pequeña niña que su memoria aún recuerda. Ha dejado atrás sus estudios en St. John (Escocia) solo por un momento, sin saber cu...