Capítulo IX
Dos días antes del baile de presentación de Alondra, Matthew se acercó a ella buscando su ayuda, como solía hacerlo cuando sentía que debía buscar una segunda opinión. No era habitual de su persona tomar decisiones precipitada, pero desde hacía unos días, no había podido quitarse a Isabella de la cabeza y deseaba compensar su fiel amistad. Ella seguía siendo una buena amiga. Su fiel Isabella. ¿Cómo era posible que hubiese sido desconsiderado en su presentación? Le había robado la petición de un segundo vals, por temor de dañar su reputación tras los cotilleos que hubiesen salido a relucir por un simple segundo baile. El arrepentimiento ahora se había convertido en su mejor amigo. Y quería enmendar sus errores.
—Sabía que te encontraría aquí, ¿leyendo de nuevo?— le preguntó Matthew al observarla en el jardín de su propiedad—. ¿No me digas que el libro de siempre?
—¡Que oportuno eres hermanito menor!... —expresó haciéndose la seria— Sí... Y no estoy para tus burlas...
— ¿Podemos hablar?... Necesito consultarte algo.
—¿Algo? —preguntó con interés—. No me digas... ¿Finalmente has elegido quien será tu legítima esposa?
—No... No aún—sonrió un poco, al saber que su hermana hacía referencia a la señorita Suzanne Wilson y solo buscaba hacerlo enojar, como él lo había intentado hacer con Isabella—. Quería hacerle un obsequio a Isabella, por siempre preocuparse por mí, como una hermana menor. Ambos sabemos que ella ha sido parte de esta familia desde que éramos niños. He estado pensando si sería correcto obsequiarle un presente...
—¿Le has comprado algo? —cerró el libro que tenía en sus manos, mientras su hermano asentía, sorprendiéndola.
—No sé si será propio dárselo antes o después de tu presentación. Y si sea correcto...
—Ya que no eres su hermano, ¿cierto? ¿Podrías enseñarme qué le has comprado?
—Un pequeño prendedor de piedras azules como sus ojos... El día que fui a comprarte un obsequió, lo miré y recordé sus ojos... Parece tonto. Siempre he considerado que sus ojos son hermosos. Y no quiero confundirla o que las personas empiecen a hacer rumores de algo que es más que un gesto de alguien que la quiere como un hermano.
—¿Estás seguro que la quieres sólo como un hermano? —le miró fijamente a los ojos, viendo lo que él todavía no veía aún. Isabella estaba llamando su atención.
Alondra obvió la sorpresa de saber que le había comprado un obsequio también a ella, porque era la primera vez que su hermano se confesaba tan abiertamente sobre algo que él había visto en Isabella.
—Sí...—dudó al expresarlo, por primera vez. Sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña cajita y se la mostró a su hermana.
—Es hermoso... Si quieres mi opinión, es mejor que se la entregues antes. Pídele que lo use junto a su vestido. Hará juego con sus hermosos ojos...—le sonrió, mirando cuanto su hermano había crecido. No obstante, él aún no observaba eso, por ello, no entendía la magnitud de sus sentimientos.
Su hermano se levantó con una sonrisa, mientras se despedía de ella, aún pensativo. Al mismo tiempo que ella decidía no ponerse a leer. Sentía tanta felicidad de saberse afortunada. ¿Isabella podría convertirse en su cuñada? Esperaba de corazón que sí, porque de una cosa estaba completamente segura, tanto Matthew como Isabella habían nacido para estar juntos.
Lejos de allí, la familia de Suzanne Wilson había recibido la invitación que le acercaría más al futuro duque de Devonshire. A Matthew Cavendish. Aquella era la invitación a la presentación de Alondra Cavendish.
— Esa noche debes lucir como toda una dama de la alta sociedad. Necesito que cautives con tus encantos a lord Matthew Cavendish... No nos vendría mal ser parte de su familia— le decía Eloise Wilson a su hija—. Eres hermosa. Y de seguro no ha olvidado el baile que tuvieron el día de tu presentación.
—Madre, no hay más que decir—respondía con una sonrisa frívola y llena de arrogancia—. Déjeme todo en mis manos...Pronto formaremos una alianza familiar con los Cavendish.
— Eso no lo dudo hija...
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Cuando Amas a Alguien ( 6ta novela de la serie Todo lo que Soy )
Historical FictionMatthew Cavendish finalmente ha regresado a Londres, permitiéndose un baile de sociedad, al ser la presentación de aquella pequeña niña que su memoria aún recuerda. Ha dejado atrás sus estudios en St. John (Escocia) solo por un momento, sin saber cu...