Capítulo VIII
Isabella no podía ocultar su inmensa felicidad, cuando había visto a Alondra y a Matthew llegar a su propiedad en busca de ella. Y lo amable y gracioso que había estado Matthew, haciéndole ver que sí había escuchado algunos de los recientes rumores, los cuales eran completamente falsos. Además de hacerle saber qué se proponía a hacer para no generar otro como ese. No deseaba encontrarse rodeado bajo un mal entendido que le hiciese tomar una decisión que no deseaba. Aún no había encontrado a nadie que llamase su atención en los recientes eventos sociales de esa temporada. Y lo único que ocupaba su interés era cuidar de Alondra y de Isabella, como había prometido hacer.
—¿Habías estado preocupada por eso, Isabella? —le preguntó Matthew tomándola por sorpresa.
Sus mejillas se habían sonrojado como siempre. Delatándola ante una confesión que no podía ocultar.
—Me preocupe por ti... No es que lady Wilson sea una mala elección, pero esa noche fue muy claro que no le agradaba ver a Alondra entre los invitados presentes. Y por eso no me agrada. Dispénsame por eso.
Matthew se río a carcajada ante aquella confesión, la cual ciertamente había sido correcta. Y era por ello que él había acudido a reparar lo que la presencia de su hermana había causado.
—En su lugar, yo también hubiese estado preocupada por ti, querido hermano...—expresó Alondra, en defensa de su amiga.
—Es agradable saber que tengo quienes se preocupen por mí y teman por mi futuro...
—No es gracioso que te rías de mí...—expresó Isabella, fingiendo hacerse la ofendida, sabiendo que en su silencio disfrutaba de esos momentos junto a él.
—Dispénsame... Es que jamás pensé que realmente te creerías esos rumores sobre mí.
—Pues escucharlos de esas dos señoras, fue muy creíble. Hablaban con mucha seguridad... Y conoces muy bien que pocas cosas de las que hablan, son falsas.
—Eso es cierto—expresó Isabella—. Muy pocas veces se han equivocado, por lo que la gente siempre está pendiente de los últimos cotilleos de dichas damas.
—Solo les encantan hacer cotilleos sobre sus perspectivas sobre los demás. El hecho que han acertado en algunos de sus cotilleos, no indicaba que tendrían éxito con el que han hecho sobre mí y sobre la señorita Wilson. No quiero a nadie que se sienta eclipsada por mi hermana. Sólo a alguien que brille junto a ella. Alondra es importante para mí, por lo que no toleraría estar cerca de alguien que la desprecie.
—Es conmovedor saberlo, querido hermano...Yo tampoco podría estar cerca de alguien que desprecie a mi familia y a ti...—dijo y le apretó su brazo derecho con cariño, antes de decidirse alejarse un momento.
Isabella observó a su amiga retirarse y aprovechó su ausencia.
—Alondra es un hermoso ser humano con un corazón inmenso. Quien no se permita conocerla realmente es alguien tonto. Alondra sería la cuñada que toda señorita educada desearía tener. Es una hermana... Es...—y sintió que estaba hablando de más cuando observó que Matthew la miraba con interés, mientras Alondra se había retirado un poco, dejándolos solo.
—He de suponer que, por tu comentario, estás buscando tener una cuñada que sea como mi hermana. ¿Algún pretendiente ha cumplido con esa exigencia?
—Me temo que no...—y deseó haberse mordido la lengua antes—. No es fácil complacer a la hija de un duque.
—Suenas tan parecida a Alondra que me asustas...—intentó hacerle enojar de nuevo, deseando ver esa mirada llena de reproches con la que lo miraba cuando se enojaba con él.
—No lograras hacerme enojar de nuevo...—sonrió, haciéndolo sonreír también.
Alondra se había alejado un poco, decidiendo que lo mejor era dejarlos un momento a solas, al ver a los lejos una niña vendiendo sus rosas favoritas. Sin saber, que cerca de allí, alguien había decidido bajarse de su carruaje para acercarse a ella. Al verla sola.
Un momento más cerca de su persona. Un instante más que facilitaba todo su plan de ser visible ante ella. No la podía olvidar. Se le había mentido en la cabeza. Y siendo una Cavendish había razones suficientes para no olvidarla. Sonrió cuando observó que a la pequeña niña se le había caído la moneda con que ella había comprado aquellas rosas de color rosado.
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Cuando Amas a Alguien ( 6ta novela de la serie Todo lo que Soy )
Historical FictionMatthew Cavendish finalmente ha regresado a Londres, permitiéndose un baile de sociedad, al ser la presentación de aquella pequeña niña que su memoria aún recuerda. Ha dejado atrás sus estudios en St. John (Escocia) solo por un momento, sin saber cu...