Capítulo XI

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Capítulo XI

       La noche que más había temido lady Alondra Cavendish había llegado y era algo que no podía ocultar. Y lo único que le animaba era saber que su amiga Isabella ya había hecho acto de presencia, junto a su familia. Respiró hondo sabiendo que no había vuelta atrás y se animó a bajar cuando fue anunciada, siendo testigo de las miradas de los invitados presentes. Incluyendo a su abuelo materno, quien en esos días se le había autorizado más visitas. Sus padres, el duque y la duquesa de Devonshire, le habían perdonado sus errores. Y las asperezas habían quedado en el pasado.



   Los presentes aplaudieron, al mismo tiempo, que alababan su belleza. Isabella le sonrió a lo lejos, mientras Matthew y Alondra les miraban y eran testigo de que ella estaba usando su obsequio. Y realmente hacia juego con sus ojos azules.



    Los ojos color avellanas de Matthew la contemplaron en medio de la multitud, mientras Isabella ignoraba la presión del deber que él debía cumplir esa noche, al mismo tiempo, que era testigo de cómo su hermana y ella se habían convertido en el centro de atención de todo Londres, en esa nueva temporada.



—Luces hermosa esta noche, Isabella...—le expresó Matthew tomándola por sorpresa, mientras era testigo de cómo otros caballeros buscaban a Alondra para asegurarse un baile esa noche.

—Gracias...—expresó, mientras sus mejillas se sonrojaban—. Como te prometí, estoy usando tu obsequio.

—Hace juego con tus ojos...—al ver que ella no había expresado nada, siguió hablando, para romper ese repentino silencio—. ¿Me concederías el primer baile y el primer vals?

—¿Seguro? —expresó sorprendida.

—No soy de los que bailan varias veces con una señorita... Pero esta noche quiero rectificar mi error, el que cometí en tu presentación.

—Es el baile de tu hermana...

—Desde luego... Pero sabes que ella más que nadie odia estos eventos. Prefiere salir al teatro, a cabalgar en Surrey, incluso pasear por el Hyde Park. Hará todo lo que pueda para salvarse de algunos bailes... Y me ha pedido que te recompense con todos los que no tuvimos en tu presentación.

—¿Por nuestra amistad? —expresó secamente, sin quererlo. Pero empezaba a sentirse herida porque se sentía que él lo hacía por mero compromiso. No porque lo desease realmente—. Gracias, Matthew, pero no es necesario.

—Isabella...

—Dispénseme, lord Cavendish, pero he decidido concederle ese honor a quienes no se sientan comprometidos o obligados al bailar conmigo. —expresó molesta, al darse la vuelta y marcharse.



   Isabella deseaba llorar. Aquello había sido una ofensa a su corazón. No quería las migajas que él pudiese darle. Si se sentía en una mera obligación, ella lo eximía de ese repentino compromiso impuesto. Se sentía furiosa. Había llegado hasta sus límites, por lo que decidió ocultarse en el jardín, al ver que sus padres conversaban con los anfitriones.



—No es justo que juegues con mi corazón de esta manera... No me merezco tus migajas, cuando yo te he dado todo mi corazón... —expresó al sentarse en un banquito ocultó. Secó sus lágrimas y miró al cielo estrellado, sintiendo un nudo en la garganta —. Quizás es momento de darme la oportunidad de ser cortejada por alguien más y dejar de soñar... ¡Basta de llorar! No lloraré más por ti ni por tu indiferencia...



   Y decidió entrar cuando se sintiese calmada por completo y estuviese dispuesta a disfrutar de la presentación de su amiga. Bailaría hasta más no poder. Y abriría su corazón... Sí, es lo que haría.



   Matthew sentía que había cometido un inmenso error, cuando había observado que Isabella tardaba demasiado en entrar de nuevo. El anuncio de un siguiente baile, sin su presencia, le había obligado a invitar a lady Suzanne Wilson cuando sus padres no vieron propio que rechazará el deseo de Lady Eloise Wilson de dicho honor, cuando iniciaba uno nuevo y no se encontraba presente la dama que él buscaba.



   Y fue un golpe bajo para Isabella, cuando ante sus ojos, veía a dicha pareja bailar juntos, mientras que Suzanne se observaba muy a gusto con Matthew. ¿Tan rápido se había olvidado de que le había pedido ser su pareja de baile? ¿Y tenía que bailar, entre todas las damas presentes, con lady Suzanne Wilson? Eso era demasiado. Matthew había acabado de decepcionarla esa noche.



—Lady Cavendish, ¡qué gusto es verla entre los presentes! —expresó alguien que interrumpió sus pensamientos.

—Lord Wilson... Buenas noches...—expresó por cortesía, temiendo el motivo de su acercamiento.

—Perdone si la he interrumpido. Quería preguntarle si me otorgaría el siguiente baile.

—Por supuesto...—aceptó, sin inmutarse ni pensar en lo que hacía.

—Pasaré por usted más tarde, entonces...

—Hasta entonces...



    El enojo se había apoderado de ella. Estaba celosa de ver a Matthew bailar con Suzanne. Y de pronto, se odió a sí misma, porque estaba siendo egoísta. Esa noche no le pertenecía a ella, sino a Alondra. Además, lord Christopher Wilson no era culpable de las decisiones de Matthew. Y no debía ser injusta con él, porque él realmente deseaba bailar con ella esa noche, por lo que ella le daría ese honor. Y posiblemente esa sería la oportunidad que necesitaba para abrirle al amor las puertas de su corazón.

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Hasta aquí el prometido maratón. ¿Qué les ha parecido? ¿Qué creen que pasará?

Cuando Amas a Alguien ( 6ta novela de la serie Todo lo que Soy )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora