Capítulo VIII

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SELINA

No me sorprende que Abele no me ayude, se ha vuelto un ermitaño desgreñado. Pero si, tenía esperanzas de que aún quedara algún rastro del chico que intentó ayudar. Nunca lo juzgué, es cierto que no ideó el mejor plan, pero fue él quien nos dio la ventaja, aunque le costó la vida a la persona que más admiré, fue el plan de Abele el que hizo la diferencia. 

Una vez aterrizo el jet a unos cuantos kilómetros de la aldea en la que se encuentra Carol, decido hacer esos kilómetros en la moto que llevo dentro, necesito llegar a tiempo ya que los ataques han comenzado.

Lo que me preocupa aún más es que Carol no siquiera lo ve venir, tampoco estoy segura de que me recuerde, nos vimos un par de veces, y para ser honesta he cambiado en estos cuatro años. Era una adolescente.

Cuando estoy llegando a la aldea veo un gran perímetro con una cerca muy alta, decido cortarla con un cuchillo, será mi ruta de escape. Inmediatamente entro me cuelo entro las personas que se cruzan tranquilas por el lugar, iré a la enfermería, debe estar ahí.

Por momento me siento observada, sé que hay personas que no me reconocen del lugar, igualmente, no me importa. Tengo que sacar a Carol, vendrán por ella en cualquier instante. No puedo permitir que la rapten, ahora menos, me tendrían a mi también.

Mientras recorro varias casas, están hechas de cañas (son muy resistentes), una de ellas tiene una cruz verde. Aquí debe ser.

Entro- ¡Carol!-. Grito.

- Shh!!- dice una enfermera- no puede entrar a los gritos señorita-. Me lanza una mirada fulminante.

La ignoro- ¡Carol!-. Grito más fuerte mientras ingreso a la zona de las camillas rebuscando entre las personas a Carol.

- ¡Señorita!-. Exclama la enfermera mientras me persigue- No puede estar aquí-. Afirma.

La ignoro y continúo. La veo. Al final del pasillo rebuscando en un placard alguna cosa.

- ¡Carol!-. Vuelvo a llamar su atención.

Voltea, al principio trae el ceño fruncido- ¡Pero qué diablos!-. Exclama molesta.

- Soy Selina, Hayl te necesita-. Le advierto. Su rostro se muestra preocupado. Me reconoce- Necesito sacarte de aquí, vienen a secuestrarte-. Tomo su mano para llevármela.

- ¡No!-. Libera su mano de la mía- Ellos dependen de mi-. Se ve molesta- Alguien debe protegerlos-. Comenta.

Estamos perdiendo tiempo pienso, podrían estar aquí- Alguien más los cuidará, te necesito con vida, Hayl te necesita- la intento persuadir- ven-. Le pido.

- Hayl vendrá por mi si me necesita-. Me responde molesta.

Noto que no me entiende- Tal vez Hayl no pueda, tal vez ya la secuestraron, te necesita, yo también- le digo- no pueden tenerte con vida, si te tienen a ti... La tienen a ella-. Termino y extiendo mi mano.

Veo que extiende la suya titubeante...

Boom.

Somos lanzadas por los aires. Una fuerte explosión impacta en la enfermería. Vienen por nosotras consigo pensar. 

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