| Capítulo Narrado |
Cuando Neville hizo la aparición en San Mungo, lo primero que hizo fue localizar donde estaba Draco, apenas vió el Patronus había ido disparado hacia allá. No le importó que una batalla estuviera comenzando, que el trío de oro se hubiera infiltrado en Hogwarts o que Snape hubiera huído. Él tenía que ir a ver a su mejor amiga. No se detuvo a pensar que tal vez fuera una trampa, no se detuvo a meditar sobre su seguridad. Tenía que asegurarse de que Marla estuviera bien y que lo que hubiera sucedido no hubiera sido grave.
Cuando vió a Draco corrió hacia él y este comenzó a contarle con todo detalle lo que había sucedido. Los planes que ellos habían ideado y cómo habían quedado echados por tierra. Le contó que Marla había sido secuestrada y torturada por los mortífagos. Y eso le destrozó el alma a ambos, a ambos por igual.
El Gryffindor quedó en estado de shock. No fue capaz de emitir palabra durante horas, horas eternas en las que los medimagos estaban evaluando y ayudando a Marla en el hospital mágico. No fue capaz de decir nada. Quería aprovechar ese instante para rogar por la vida de su amiga, para rogar por su bienestar, para rogar que no le sucediera nada grave.
El tiempo que hubo que esperar en el pasillo del hospital fue eterno para ambos magos, ninguno quería que le sucediera nada malo a la chica. Eran prácticamente incapaces de mirarse, ninguno quería hacer contacto visual con el otro, era demasiado duro, las palabras de aliento no servían en ese instante, sólo se percibía y se sentían la tensión y los nervios entre ellos. Ninguno era capaz de acercarse. El reloj avanzaba y avanzaba sin poder deternerse o volver con el tiempo atrás. Draco acababa de sentarse en el piso, cuando de pronto un medimago salió de donde Marla estaba siendo examinada y tratada. Cuando el mago preguntó por el acompañante de Marla Millicevic, Neville se acercó casi corriendo y Draco se puso de pie de un brinco. El medimago se puso a hablar frente a ellos y a medida que fue explicándoles la situación, el rostro de ambos fue cambiando, fue tornándose serio, hasta llegar a la exasperación. Una vez que el hombre se alejó, dejándoles sólos nuevamente pasaron unos segundos, sólo en ese instante Neville salió del estado de shock en el que se había encontrado. Pescó a Draco por el cuello de su camisa y desaparecieron.
Draco no sabía a donde iban a aparecer, pero cuando se dió cuenta, estaba en medio del caos. Estudiantes corrían por todas partes, un sinfín de magos estaban dispuestos por todas partes, la barrera protectora que estaba protegiendo el castillo estaba siendo rota. Estaban en medio de Hogwarts, la batalla había comenzado. Cuando hubo caído en la cuenta, estaba acorralado contra la pared con la varita de Neville en su cuello.
— ¡Todo esto es tu culpa Malfoy! ¡Tu tendrías que estar en el lugar de Marla! ¡Tú siempre fuiste un desgraciado! ¿Por qué la arrastraste a eso?
— Lo siento en verdad, es mi culpa.
— ¡Claro qué es tú culpa! ¡Es más, deberías morirte! ¿Qué pasaría si alguien te lanzara un maleficio y murieras?
— La verdad es que se lo agradecería. — murmuró el chico con la voz totalmente rota por el dolor.
— Pues no te lo haré tan fácil, te mereces vivir con eso. — espetó Neville soltándolo y cogiendo mejor su varita. — ¡Crucio! — chilló y Draco comenzó a retorcerse — ¡Crucio!
Neville lo necesitaba, necesitaba sacarlo de su sistema. Necesitaba que alguien pagara por lo que le habían hecho a su mejor amiga, tenía que cobrar venganza por ese crimen injusto. Tenía que hacerlo por su amiga que se debatía entre la vida y la muerte en San Mungo. El dolor que Neville sentía era demasiado agónico y profundo, tenía que materilizarlo en algo tan horrible como una maldición imperdonable.
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Querida Traidora [Draco Malfoy]
FanfictionDraco Lucius Malfoy es un canalla, eso nadie lo duda y toda la escuela lo sabe. El príncipe de Slytherin está creado de veneno de serpiente y arrogancia. Sus ojos grises son la máxima expresión del orgullo. Draco Malfoy no conoce el amor. ¿Qué s...