Yoongi atrapó esta vez los labios del mayor, y el movimiento que ambos lograban entre sus labios, era puro gozo de dulzor. El menor, aún sin darse cuenta, movía sus caderas, obteniendo cierta fricción entre sus ropas, y de los problemas que ahora ambos empezaban por tener.
Esa dulzura que ambos podían sentir, no querían que se acabara. Extasiados en el momento, Jimin empujó a su mayor para que este terminara acostado.
Yoongi nunca había conocido esa parte de su pareja, demostraba confianza... si que era una gran caja de sorpresas de las cuales él tenía que descubrir. Pero esto, era juego de ambos, así que también tenía que abrir esa caja interior dentro de él... este era momento de los dos y nada se los podía arruinar.
Yoongi desvaneciéndose ante los toques y besos que el menor daba por su cuello, conoció que era su punto débil. Jimin entre besos, sonrisas ladinas llenas de satisfacción, movía sus caderas obteniendo aún más fricción placentera de la que quería sentir. Ambos estaban desvaneciéndose por si mismos. El mayor tomó sus caderas, y lentamente lo recostó para así, besar sus tiernos labios e ir bajando hasta desabotonar su camisa. Acto, con el que hizo al menor soltar un pequeño suspiro de excitación. Lo estaba disfrutando. Yoongi continuó desabrochando hasta finalmente quitar su camisa y dar castos besos llenos de amor y cariño por todo su pecho hasta bajar por toda el área y quitar en un segundo su propia playera.
— Y-yoongi... espera — Exaltó el menor, recogiendo su playera y cubrir su cara con esta. Acto que, Yoongi entendió. — E-Es que... — Su desconfianza estaba llegando.
Una imagen de su cuerpo, una imagen que le estaba dando a Yoongi. Su burbuja de deseo explotó, ¿como iba a mostrarle un cuerpo así a él?. Pensó sobre todas las cosas. Recordó todo ese tiempo por el que sufrió, quizá no está listo, quizá nunca estaría listo. Su pasado lo atormentaba. Cicatrices marcadas en su piel, mismas que dejaban a borde un pasado del que aún sigue presente. Pequeñas estrías que se marcaban. No era el cuerpo que él quisiera demostrarle a su mayor.
Yoongi apartó con sus manos, esa playera que tapaba el rostro más lindo que jamás pudiese ver. Jimin lo miraba, tratando de analizar lo que sus ojos decían. Sin embargo, sus pensamientos no hacían más que pensar en cosas negativas.
— Aún soy f-feo... — Soltó el pequeño, tratando de arrebatarle su playera al mayor.
— No lo eres, mi amor. — Le devolvió. Con su manos, cálidamente le acarició sus dulces mejillas, transmitiéndole tranquilidad.
— No soy parte de la sociedad en la que viviste, o de la que aún tratas de ignorar. Vivimos en un mundo donde el físico vale más que lo que llevas dentro. — Pasó sus manos a su cabello, enredando sus dedos entre sus hebras. — Te quiero... — Sonríe. — Te amo más bien, te adoro por lo que eres, cada imperfección, estría, rollito y esas cicatrices, son un arte maravilloso al que nunca me cansaría de admirar.
Entre cada palabra que el mayor decía, Jimin olvidaba cada remordimiento. Yoongi era para él, era su gran remedio. Lo hacía sentir en las nubes, tenia a su lado a un hombre que lo amaba con tanta intensidad que todas sus tormentas encontraban paz dentro de si mismo. Es lo que necesitaba.
— Te adoro con todas mis fuerzas. — Fue lo único que soltó el menor y lo que Yoongi necesitaba escuchar para entender, que él también era su vida entera.
Jimin se estiró para besarlo, atrapar esos labios que tanto adoraba, dejándolo embriagante del sabor que estos soltaban. Se dio paso a entregarse, en cuerpo y alma, al hombre que más amaba, confiaba en las palabras del mayor.
Incluso si solo estaba casi semi desnudo, era arte, y Yoongi lo admiraba mientras dejaba besos... estaba profundamente enamorado de su pareja.
ESTÁS LEYENDO
My Savior [Yoonmin]
Romance🍥;; Jimin es un chico que sufre de falta de autoestima debido a su físico, con un pasado que abrió paso a la agonía y soledad. Con tantos problemas que suceden en su vida con el paso del tiempo... él solo quiere ser feliz nuevamente, no más insegur...