🍥 27. No te vayas de mi vida.

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— Al fin... — Dijo Jimin al entrar por la puerta de su casa. — Iré a buscar ropa para tomarme una ducha.

Yoongi asintió mientras veía como subía de a poco las escaleras.

— En verdad muchas gracias por todo lo que has hecho por mi. — Volteó Jimin en medio de un escalón.

— No es nada. — Sonrió y se dirigió hacia el sillón que se encontraba frente a la televisión. — Aquí te espero.

— Sabes... no es necesario que tengas que esperar... — Contestó Jimin con un tono preocupado, pues bien sabía que por culpa suya, el castaño no había podido descansar mucho, no como debía. — Ve a casa para que descanses y hagas tus cosas.

— Estoy bien, no me siento agotado, no después de haber dormido demasiado hoy. — El rubio sonrió ante el recuerdo de cómo lucia en la mañana, sorprendido por la hora que era, y luchando por mantener sus ojos despiertos.

— ¿Estas seguro?... — Preguntó con insistencia. — Ve a comer tan si quiera.

— Mejor vamos ambos, ¿que te parece?.

Jimin inmediatamente tuvo un pequeño pero gran dilema dentro de su cabeza. Por unos instantes pensó en las veces que salía a comer fuera, mucha gente no dejaba posar su atención en él, como si estuviesen burlándose, sus ojos solo se posaban en él como si fuera un bicho raro... claramente comer en lugares públicos lo hacía sentirse cohibido.

— No acepto un no como respuesta. — Mencionó el castaño al ver que Jimin se lo pensaba mucho.

— ¿Y si... pedimos algo y comemos aquí? — Se maldeció al verse con tanta inseguridad. Pues su voz había sonado con tal sensación.

— No te sientas mal por eso. — Jimin volteó a verle tratando de descifrar a lo que se refería. — Yo estoy aquí, a mi no me importa en lo absoluto salir contigo ¿de acuerdo?... y si es por la gente... ¿ellos que?, no les des importancia, Jimin. — Suspiró y siguió hablando. — Si alguien se atreve a decirte algo, o a mirarte mal, yo mismo les parto su cara.

Jimin rió ante lo último mientras sentía como el rubor de sus mejillas, se adueñaba de todo su rostro. De tan solo imaginarle, defendiéndolo, hacia que su corazón palpitara sintiéndose reconfortante. Él realmente estaba tan agradecido de cómo Yoongi, siempre tenía las palabras para todo, aunque él mismo no se las pidiera por que necesitaba "ánimos", él las decía... y eso lo hacía sentir muy bien. Decía y tenía justo lo que su agrietado corazón, necesitaba escuchar.

— De acuerdo. — Sonrió y miró hacia los ojos fugaces que Yoongi portaba. — Vamos a comer, juntos.

Al ver el asentimiento satisfactorio de Yoongi, subió los escalones para así poder llegar a su habitación, más sin embargo, cuando abrió la puerta de esta... su reacción fue de suma sorpresa.

— ¿Q-que pasó... aquí? — Miró a cada rincón y solo podía encontrarse con prendas y objetos tirados por el suelo. — ¡Yoongi! — Gritó.

Yoongi asustado, inmediatamente se adentró a la habitación.

— ¡¿Si?!, ¡¿pasó algo?! — Preguntó alarmado ante el grito del contrario pero su semblante se relajó cuando vió de lo que se trataba. — Ah... esto, lo hicimos nosotros cuando intentamos buscar la linterna. — Rió. — Se me olvido decirte sobre ello.

My Savior [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora