Capítulo 6

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El lunes en la mañana, Sakura se levantó muy temprano. Debía avanzar con esa portada de una buena vez, ya le había dado varias vueltas al proyecto y se puso una meta. Iba a terminarla antes de que Sasori se fuera de viaje, para poder así disfrutar de unos días a solas con él. Se calzó sus tacones negros y se puso de pie para ir hasta el espejo a maquillarse. Ese día, vestía una falda tubo de color negra ceñida a sus piernas e hizo juego con una blusa blanca holgada, y se tomó el cabello como siempre, en una coleta alta que dejaba al descubierto cada facción de su bello rostro. Se puso labial carmín.

Le dio un beso a Sasori que aún estaba medio adormilado y salió del Penthouse, rumbo a su lugar de trabajo. Por suerte, el tráfico a esas horas de la mañana estaba ligero, por lo que no se demoró tanto en llegar hasta las instalaciones de la agencia. Su secretaria en cuanto la vio se acercó hasta ella, para hacerle entrega de la lista de modelos que Sakura había requerido el viernes anterior. Al entrar a su oficina, el aroma que había en el lugar era exquisito, y se dio cuenta que se debía a que su taza de café estaba sobre el escritorio, sonrió.

Mientras el portátil se prendía, tomó asiento. Abrió la carpeta y comenzó a ojear las fotos de las chicas seleccionadas por Tsunade. Las repasó una y otra vez, hasta que encontró la indicada. Su nombre era Hinata Hyūga, de cabello azulado y unos ojos medio raros, pero era muy bonita. Además, sentaba perfecto para lo que lo que ella andaba buscando. Agarró el teléfono marcando directamente al celular de Tsunade, y después de diez minutos el trato para que esa chica fuese la modelo, estaba cerrado. Suspiró con deleite.

Estuvo toda la mañana trabajando en esa revista que pronto sería lanzada al mercado, pero había un pequeño inconveniente. Kakashi, tenía la dirección de correo del dueño y Sakura debía contactarse con él para poder enviarle las dos portadas que había creado. Se puso de pie y salió de la oficina, le dijo a Matsuri que estaría en el despacho de Kakashi, por cualquier inconveniente que pudiese haber durante su ausencia.

Caminó por los pasillos saludando a medio mundo. Cuando por fin estuvo frente a la puerta de su jefe, abrió de golpe. Su rostro se puso tan rojo como un tomate, se tapó la boca para no dar un grito de sorpresa por lo que sus verdes ojos estaban viendo. Sin embargo, ladeó la cabeza curiosa y con la sonrisa a punto de salir de sus labios apretados. ¿Quién lo iba a imaginar?

Kakashi estaba de espaldas con el pantalón y el bóxer hasta las rodillas, con ese culo blanco al aire. Demonios que le hacía falta un buen bronceado. Se movía como un poseso. Por sus costados, Sakura vio un par de piernas que rodeaban sus caderas, pertenecían a la mujer que gemía abrazada de él. Tenía un buen gusto para los zapatos, pensó. Apretó los ojos mientras su risa comenzaba a descontrolarse. Maldito y pervertido Kakashi, estaba teniendo sexo en su oficina el muy desgraciado. Los gemidos se estaban escuchando demasiado fuertes por lo que Sakura cerró la puerta, con ella adentro.

—Estás tan bonita —dijo.

—¡Oh! Kakashi, dame más mi potro —Sakura, se tapó la boca con ambas manos porque necesitaba con desesperación ahogar la carcajada que amenazaba con salir —. Eso es, más adentro —pidió con un jadeo.

¡Dios! Que risa, potro. Mierda, no cabía ni la menor duda que así llamaría de ahora en adelante a su jefe. Un momento, ella conocía esa voz. ¿Dónde carajo la había escuchado antes? Tragó saliva mientras apoyaba la cabeza en la muralla. Maldita mirona, se maldijo. Le había hecho demasiado mal ir a ese club de intercambio, lo voyerista se le estaba haciendo un puto vicio. Pero es que demonios, era tan absolutamente fuera de común ver a su jefe follando en el lugar de trabajo que, no aguantó la tentación de ver cómo se desenvolvía en ese ámbito. Si, como no, lo que quería era mofarse de él y reírse en su propia cara.

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