Capítulo 28

1.9K 136 24
                                    


—¡Me estás jodiendo! —Sakura se tapó con un dedo su oído al escuchar el grito escandaloso de su amiga.

—No Ino, no te estoy jodiendo —dijo al tiempo que levantaba la mano para pedir una copa de vino.

—Joder Sakura, tu vida parece una novela de drama —por el resplandor de sus ojos turquesa, supo que Ino estaba a punto de estallar en carcajadas.

—Ni se te ocurra, ¿eh? Maldita —intentó amenazar, pero fue en vano, ya que, ambas comenzaron a reír.

Era tan bueno verla después de más dos meses sin saber nada de ella, necesitaba liberarse con alguien que viese todo desde otra perspectiva. Justamente, Ino la había llamado por teléfono para invitarla a almorzar en el restaurante de siempre, porque quería ser ella quien le entregase la invitación de matrimonio a su mejor amiga. Sin embargo, con lo que Ino no contaba, era con todo lo que Sakura le acaba de soltar. De su fuerte discusión después de compartir habitación los cuatro, de su término con Sasori, de su engaño, y de su amor hacia Sasuke.

Mucho menos, la rubia creyó que ese jodido pelinegro, estaría en una relación de exactamente un mes y medio con Sakura. Si bien Ino estaba al tanto de que Sasuke tenía un rollo con Karin, sabía que no estaba enamorado de ella. Sasuke alguna vez se lo dijo, cuando recién comenzó a salir con la pelirroja. No obstante, ahora era su mejor amiga la que estaba con él. Sabía que Sasuke era un buen tipo, por ese motivo se tomó tan bien el anuncio de ese nuevo noviazgo.

Las vueltas que a veces podía tomar la vida, ¿no es así?

Ino escuchó con atención todo lo que pasó, dándole, en ciertas ocasiones, la mano a su amiga a modo de comprensión. Ella creía que la relación que tenía con el pelirrojo iba derechito al altar, por el tiempo que tenían viviendo juntos y por supuesto, por lo bien que demostraban llevarse. Pero, a veces, las cosas no resultaban como creías y las personas tampoco se comportaban como tú esperabas. En algún momento, Ino, se sintió hasta responsable por haberle contado de que ella practicaba el intercambio, porque eso ayudó a que Sakura avivara todavía más el fuego de su curiosidad. No obstante, la pelirrosa la paró en el acto diciéndole que ella no tenía la culpa de nada. ¿Cómo podía creer eso? Si Sakura era la que quería conocer aquel mundo.

—¿Has vuelto a ver a Sasori?

—No, desde que se agarró a puñetes con Sasuke, no he vuelto a saber nada de él.

—¿No te da miedo que te encuentre sola? —Sakura la miró.

—A veces, pero ya ha pasado tanto tiempo que, no creo que se atreva a meterse con nosotros otra vez —el camarero llegó con su trago —. Gracias —él le sonrió y se marchó —. De igual manera ando más precavida. Hay veces en las que hasta siento un poco de paranoia.

—¿Le has dicho a Sasuke? —ella negó mientras bebía —. No puedo creer que hayan terminado.

Sakura se encogió de hombros al tiempo que trazaba círculos alrededor de la copa —Cuando se fue, me sentí como una maldita traidora y hasta cierto punto le encontré razón, porque en realidad sí me pasaban cosas cuando veía a Sasuke, pero en ese momento no lo quería reconocer por respeto a él y a nuestra relación. Pero después de que lo vi en esa publicación, después de que llamé y lo oí teniendo sexo con otra, me di cuenta de que yo no era la causante de nada. Seguramente, le quedó gustando mucho más de lo que me dijo, o tal vez, se quiso vengar de mí. Quién sabe —hizo una mueca —, pero eso ya no me importa porque estoy en otro punto de mi vida, en donde Sasori, ya no tiene cabida.

—¿Y con Sasuke? —se rio —. Con Sasuke, ¿quién lo diría? El playboy del club está malditamente enamorado.

—No le digas así, Sasuke es un encanto.

SwingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora