Narra Shikamaru
Por fin se acabó esta semana, y después de nuestro último encuentro prefiero no verla, han sido días muy problemáticos y ya me hace falta un buen descanso... un tiempo para acomodar mis pensamientos...
Preferí recorrer los pasillos de la universidad en busca de mi lugar preferido para despejarme un poco antes de manejar, afortunadamente por ser fin de semana la mayoría de los alumnos y el personal ya se ha retirado y esto se vuelve un lugar tranquilo...
Seguí caminando hasta llegar a uno de los jardines del campus cuando veo a un pequeño niño sentado abrazando sus piernas, es raro ver niños acá por eso no dudo en acercarme, debe haberse perdido y seguro necesita ayuda.
-Hola pequeño, ¿te encuentras bien? - le preguntó poniéndome de cuclillas para estar más a su altura.
El pequeño levanta su carita con los ojos llenos de lágrimas y mueve la cabeza en respuesta a mi pregunta, luego balbucea- me peldi
-Con quien has venido -le preguntó.
Después de unos segundos de pensarlo empieza a hablar - vine a lecogel a mi mami y vi unos chocolates que le gustan mucho, solté la mano de mi tío y colí a velos pelo cuando quise leguesal ya no lo vi.
Lo miro y me siento extraño, no sé porque ver sus lágrimas me duelen, por un lado me recuerda a mí mismo... pero esos ojos, son tan parecidos a los de... ¡No! Que estoy pensando, creo que es el cansancio que me está haciendo alucinar.- ¿cómo te llamas? -le pregunto para tener más información y señala su polo que tiene unas letras impresas- Dai? ¿Te llamas Dai? -Asiente- ¿cuántos años tienes Dai?
Me mira como analizándome y luego me responde- me dicen "Dai", pelo me llamo Shikadai...Nala Shikadai y voy a tenel 5.
Escuchar ese nombre me deja en shock por unos momentos, pero al ver su carita me recompongo, no es momento de pensar tonterías, es momento de ayudar a este pequeño. Me pongo de pie y le ofrezco cargarlo- Ven Dai vamos a buscar a tu mamá, debe estar preocupada por ti. - lo tomo en mis brazos y empieza a revolotear una sensación extraña en mi pecho que no puedo explicar.
Empezamos a caminar y él comienza a hablar- pol aquí vinimos yo vi ese señol chistoso de lentes. -me dice señalando la foto del rector, lo que me hace sonreír, si ese hombre que es más frío que una tumba supiera que lo han usado de referencia de algo gracioso se le caería la mandíbula de la impresión.
Seguimos avanzando y él me pide que lo baje, parece que algo llamo su atención, quizá lo mejor es hacer que seguridad llame a su mamá en lugar de buscarla por todo el campus- Dai, ¿cuál es el nombre de tú mami? Si me lo dices puedo decirles a los señores de seguridad que están en esa caseta que la llamen para que venga.
-Mi mami se llama... -pero de pronto deja de hablar y alza su cabeza, es cuando escucho a mis espaldas una voz conocida que a empieza llamar su nombre desesperadamente. - ¡Es mi mami! -exclama- ¡Temali...! -se para y sale corriendo a su encuentro.
Mi cerebro empieza a trabajar de forma desesperada después de sus últimas palabras... Me toma unos segundos asimilar lo que acababa de decir... Para empezar él se llamaba "Shikadai"... y no pronuncia bien la letra "r"... entonces su madre se llamaba Temari? ...Y él era un... era un Nara?... y dijo que tenía casi 5, ósea que tiene 4 años y... han pasado unos 5 años desde... será posible que...? No... No puede ser! No... No es posible que...! No... No puedo quedarme así! No puedo dejar pasar esto... es momento de encararla...
Narra Temari
¿Dónde se puede haber metido este niño? Me pregunto a mí misma. En estos momentos quisiera matar a mi hermano, su visita sorpresa se está convirtiendo en una pesadilla ¡cómo pudo haberlo soltado! si él no conoce el sitio, no conoce a nadie... ¡Maldición! Y esta sensación de angustia que ha empezado a crecer en mi pecho...
-Daiiii!!!!! Daiiii!!!! -empieza mi hermano a llamar- Temari tranquilízate no puede estar muy lejos -me dice mientras le dedico una mirada asesina- con lo perezoso que es no creo que se pueda haber alejado mucho...
A pesar que tampoco creo que haya ido muy lejos, no podré estar tranquila hasta que lo tenga en mis brazos- Shikadai!!!! Shikadai!!!! - empiezo a llamar también.
Y de pronto veo su cabecita asomar, grita y sale corriendo hacia mí... el alma vuelve a mi cuerpo ahora que sé que está bien.
-...mami me peldi!! Tío Kanky dijo que me esconda pala asustalte pelo me moví y no pude volvel -empezó a hablar mi pequeño mientras me abrazaba.- Un señol me enconto y me estaba ayudando a buscalte.
-Shikadai no puedes soltar la mano de tu tío e irte corriendo, qué pasa si no te encontramos, si no te encuentra alguien y te ayuda -le regaño, no lo podía evitar, nos hizo pasar unos minutos de extrema angustia- y que pasó con tu coletita porque tienes el cabello así?
-Tío Kanky dice que así no me leconocelan y te podía asustal cuando te viela.
-Está bien, déjame arreglar tu coletita y dime quien te ayudo para darle las gracias.
Después de peinarlo, me toma la mano y me jala hacia la persona- Es él... el señol que se palece a mí... -me dice sonriendo.
Alzó la mirada y me encuentro con la persona menos esperada. -Shikamaru... -apenas logró pronunciar su nombre, mientras que él me devuelve una mirada perturbada.
-¿Shikamalu? -pregunta Dai- ¿polque dices el nombe de mi papi? -dice inocentemente sin entender lo que está sucediendo.
Estoy tan aturdida y no puedo reaccionar, pero siento que alguien se acerca por atrás y pone su mano en mi hombro...- Nara - escucho a Kankuro decir, con un tono serio dejándole claro a Shikamaru que no estoy sola.
-Nala? -repite Shikadai mirando de mi hermano a Shikamaru - ¡Yo también soy Nala! -exclama con emoción- ¿Tú también eres Nala? -le pregunta a Shikamaru con una sonrisa en sus labios...
Y yo no puedo aguantar las lágrimas que empiezan a caer sin cesar. Mi mayor secreto está siendo revelado y ni él ni yo estábamos preparados para enfrentarlo.
Trato de recomponerme y oigo a Shikamaru, que apenas logra responderle- Si... soy un Nara...
Shikadai sonríe y no puede evitar seguir preguntando- ¿Y cuál es tu nombe?
Mi corazón empieza a latir desenfrenadamente, está a punto de revelar su identidad y no sé cómo recibirá mi pequeño la noticia.
-Soy... soy Shika... Shikamaru... Nara Shikamaru -le dice entrecortadamente y con la respiración agitada.
Mi hijo se queda inmovilizado por unos segundos tras escuchar su nombre, lo mira detenidamente con sus ojitos brillando de la emoción y le pregunta sin pensarlo más- ¿Tú eles mi papi?
Todo se empieza a mover como en cámara lenta, y veo como Shikamaru cae de rodillas, y alza los brazos temblorosamente hacia él para que vaya, lo cual mi pequeño no duda en hacer, corre y lo abraza con toda la fuerza que su cuerpecito tiene, mientras Shikamaru le dice- Si yo... yo creo... creo que soy... soy tu papi... - le responde sin ya poder contener las lágrimas, estrechándolo con toda su fuerza y ambos empiezan a llorar desconsoladamente.
-Papi polque has taldado tanto en buscalme, te he extañado mucho - le dice Shikadai rompiéndonos el corazón a todos con sus sinceras palabras.
Esto ha sido mucho más difícil de lo que me imagine, sabía que en algún momento nos íbamos a volver a encontrar, pero jamás pensé que sería de esta forma, tan solo volví a pisar Konoha y nuestros caminos se volvieron a cruzar...
Volteo ligeramente y veo a mi hermano restregando sus ojos tratando de recobrar la compostura... Y me recuerda que también debo hacerlo, tengo un hijo por quien velar y él es mi prioridad.
-Papi no lloles... -le dice Shikadai tratando de secar sus lágrimas- Ya no estes tiste - y lo vuelve a abrazar.
-Perdón hijo... -le dice apenas- perdón... por no buscarte antes... Y no estoy triste... has sido una sorpresa muy grande y no puedo evitar estar así... -Pone sus manos en su carita y se miran nuevamente, son dos gotas de agua y nadie lo puede negar...
Respiro una vez más antes de poder hablar, es momento de afrontarlo, es tiempo de hablar...
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¿Cómo olvidar el dolor? (ShikaTema)
Fanfic...Por favor escúchame!!! Tenemos que hablar - Me dijo Temari con un tono desesperado, después de varios minutos de mirarnos en silencio. ¿Como encontraste mi casa? -pregunté con el rostro sorprendido, seguía preguntándome a mi mismo que hacía en mi...