Escapando (Parte 17)

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HolaAaaaaaa guapos.

No quería tardarme mucho en esto, pero ya llegó la dinámica 😎❤️. La pueden encontrar en la cuenta de ig.

No olviden que elegir entre tantos es muy difícil. Los amo ¿Va? Denme paciencia

Si quieren una dedicatoria comenten aquí [.]

Ahora sí a lo que vine...

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Narra Emilio:

Tomados de la mano tomamos el primer taxi, Joaco entro primero, riendo como él lo hace dió los buenos días al conductor y se sentó.

Entre después de él, tomando su mano y mirándolo a los ojos -¿Te imaginas la cara de mi papá?- dije riendo, sinceramente embobado en él, en esa forma tan suya de mirarme y transmitir sus sentimientos.

-Al "Canto" por favor- dije al conductor.

Taxista: -¿El hotel el "Canto"? Es el más lejano joven. ¿Seguro es ese?- dijo mientras miraba por el retrovisor.

Joaquín: -Si, ese por favor. Lo que más queremos es estar lejos de todo.- dijo y rodeo mi mano que posaba sobre su pierna con las dos suyas, remojando sus labios. Disfrute ese momento, como si fuera de los últimos a su lado. Pues sinceramente no sabría que pasaría Después. Una gota de sudor rodaba por su rostro. Se veía increíblemente bien

-¿Que trajiste contigo?- dije soltando un suspiro calmado.

Joaquín: -Solo mi cartera. Con un poco de efectivo.- dijo inclinando los labios ligeramente hacia abajo. De esa extraña forma en la que lo hacía cuando me pedía un beso.

Se lo di, me acerque lentamente a su rostro rozando mi nariz con la suya, río levemente antes de cerrar los ojos frente a mi y tocar tiernamente mis labios con los suyos.

-Bien, haremos la reservación a tu nombre. ¿Hay problema?- le dije cuando soltó mis labios y recargo su frente sobre la mia. Sus pestañas casi rozaban sus cejas, al mirarme, y parpadear apenas un poco.

El camino fue ameno, a las 8:00 a.m. no suele haber mucho tráfico. Al menos no tanto como para no avanzar. Llegamos después de 30 minutos.  El hotel era bello, muy bello, pero si, era el último en la zona. Con salida a la arena y playa privada. No podía pedir más.

Entramos tomados de la mano, nos dirigimos a la recepción y rogamos una habitación. La temporada no ayudaba mucho, al parecer no habíamos pensado en eso, al ser diciembre los hoteles estaban a reventar.

Encontramos una habitación, en uno de los últimos pisos "27" Cuando nos dieron las llaves nos preguntaron por nuestro automóvil, nuestras maletas. Solo respondí con un -El chiste es no cargar nada para no olvidarlo- la recepcionista solo sonrió y nos mostró el elevador.

Narra Joaquín:

27 pisos en un elevador son al rededor de 4 minutos encerrado en una habitación de 2x3. Cosa que para mi niño no es nada grata.

Después de los primeros 10 pisos note un cambio en su respiración, giro su rostro hacia mi, intentando que no lo notará. Pero era algo imposible para mí el no darme cuenta, lo conocía ya tan bien. Que no era necesario que dijera o hiciera algo, su sentir estaba conectado con el mío.

Me acerque a él, rodee su cintura con mis brazos y bese su barbilla, el rió en lo bajo y trago saliva. Volví a besarlo pero está vez a medio labio.

Rodeo mi cuello con sus brazos, dejándolos descansar ahí. Yo me pegue a su cuerpo, si no podía quitarle esa sensación de ahogo al menos podría hacer que sintiera una segunda.

Solo sucedió (EMILIACO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora