Sintiendo (parte 19)

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CAPÍTULO ESPECIAL:

Eeyyyy BandAaa ahora sí agarrense que vengo puesta pa tirar... 😏😏

Los amito mucho, espero que les guste mucho y lo compartan con sus amigos puerks como todos nosotros 🤠❤️.

Yo no me hago responsable de futuros traumas, antojos o sentimientos ajenos en su persona. Después de esto se les solicita con toda la seriedad posible, leer ambos testamentos de  la biblia completos y rezar tres padres nuestros. Por su comprensión gracias 😎👌

Ahora sí a lo que vine...

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Narra Emilio:

Caminamos por la playa tomados de la mano, el agua cristalina del mar mojaba nuestros pies, el sol estaba en su máximo resplandor y yo... Yo solo podía mirar la belleza natural, la belleza del mundo, la belleza del mar, la belleza de Joaquín.

Sus pestañas ligeramente húmedas por el ambiente y sus labios rosados hacían un contraste erizante con el sol.

-En verdad eres hermoso, aún todo sudado y son el cabello más largo te ves genial- dije una vez que habíamos entrado al agua. Las olas nos rozaban las caderas, Joaquín daba pequeños saltos para esquivarlas y yo solo miraba atento cada uno de sus movimientos. Siendo, él, tan tierno, pero a la vez tan sensual ... Tan, tan. Tan Joaquín.

La electricidad que él causaba en mi era penetrante hasta la médula. Sus carcajadas eran preciosas hasta el punto en qué la gente que nos rodeaba sonreía inconscientemente al verlo tan feliz, claramente yo también.

Joaquín: -¿Me cargas?- dijo y estiró sus brazos hacia mi como un pequeño niño risueño lo haría. Sonreí ante tal vista y asentí, rodeo mis hombros con sus brazos recargandose en ellos con sus codos y rodeando mi cintura con sus piernas.

La cercanía de nuestros cuerpos era totalmente ajena a mi, me ponía a delirar con su simple roce que tenía al acomodarse entre mis brazos.

-No te muevas así- susurré junto a su oído y deposité un beso casto en su frente.

Joaquín: -Lo siento, en un rato lo recompensaré lo prometo- dijo y recargo su cabeza en mi pecho, hundiéndola en mi cuello y respirando en mi.

Sintiendonos rodeados del mar, un pequeño dolor punzante se apoderó de mi pecho. ¿Estaba pensando en eso? ¿En verdad quería invertir los papeles? Si, las pocas veces que lo habíamos hecho, yo era el activo. Pero esa semillita de curiosidad me dejaba helado. Si. Si lo quería así. No había poder humano que detuvieran mis ganas de sentir a Joaquín, de verlo delirante en mi.

Narra Joaquín:

Pasamos toda la tarde dentro del mar, la gente nos miraba un tanto raro, pues nuestros cuerpos se pegaban cada vez más. Llegó un momento en el que el agua del mar nos llegaba al cuello, pero el cabello permaneció seco.

Al salir del agua y encontrar una enorme piedra en la arena nos dimos a la tarea de buscar piedras o caracolas. Emilio tenía el pelo húmedo por alguna razón y no se le movía pero para mí era sumamente incómodo pues al estar seco el viento que nos agitaba también lo hacía con mi cabello

Emilio: -Mira, quítate el paliacate- dijo pasando sus manos por mi cuello subiendolas hasta donde quedaba el nudo del mencionado- Y pontelo en la pierna, mojas tu cabello un poco y así ya no te tapa la vista chiquito- dijo y se hinco una vez que lo había desamarrado.

-Eres arte- susurré para mí, ignorando que pudiera escucharme.

Emilio: -¿Por qué?- dijo una vez que hizo un doble nudo en el paliacate que rodeaba mi pierna.

Solo sucedió (EMILIACO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora