Llegamos (Parte 15)

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Haaaa bellos y pacientes seguidores 🤠❤️

Estaré preparando un maratón como recompensa de su espera.

Y aunque el barco se hunda... Mi shipp vive ¿Ok?

Andaré pendiente de sus comentarios y votos para empezar a seguirlos... LOS AMO

Ahora sí a lo que vine...

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Narra Joaquín:

Debería estar feliz pues vamos llegando a Acapulco, pero en realidad solo siento el corazón apachurrado... Casi nadie sabe de nuestra llegada, por un momento me siento en una película de prófugos de la justicia. Pues hemos sido silenciosos para no hacer que el fandom se enteré.

Emilio camina distante, no me mira cuando yo lo hago, lo he atrapado mirándome pero cuando lo hago, aparta su mirada de mi, con dolor como si no quisiera hacerlo y su subconsciente lo traicionara.

Juan O: -Emilio apúrate caray... ¿Vas viendo algo en específico o te gusta tropezarte con tus propias maletas? - dijo mientras subíamos a la camioneta.

No lo planee, no creo que él lo haya hecho, o solo fue costumbre... Pero de nuevo me encontraba sentado a su lado, en el par de asientos más estrechos de esas incómodas camionetas, en la parte trasera.

Fui el primero en hablar -¿Cómo estás?- dije apenas en un susurro audible que dudé que escuchará.

Emilio: -No lo sé.- habló igual, con la voz más fría que había escuchado de sus labios. Nisiquiera aquel ¿Y tus guiones? Había sido tan seco.

Callé por unos segundos, no quise soltarme a llorar, pero cada vez ese estúpido sentimiento amenazaba con salir.

-Ayer casi no me hablaste. Me corrigo. No me hablaste.- dije mirando mis pulgares jugar sobre mi pequeña mochila que posaba sobre mis piernas.

Emilio: - Perdón, no se que me pasa. Sabes la presión que tengo, tengo miedo. Mi papá... Él ha hablado con mi madre, no me dirige la palabra si no es por trabajo o por advertencia. - dijo pasando varias veces el nudo en la garganta que se le forma cuando quiere llorar.

Narra Emilio:

Maldita sea, Joaquín me conoce más de lo que creía, sabe que siento, sabe que necesito un abrazo y huir del mundo que nos rodea para ser feliz solo con él, sabe que nadie me llena más que él, sus besos, sus abrazos, él sabe que es irresistible para mí. Pero lo que no sabe es que me daña, daña lo que tengo, daña aún mi estabilidad, daño su vida, daño con mi amor su corazón. Porque no puede ser correspondido, porque somos prohibidos. No quiero dañarlo, pero eso no lo entiende.

Maldita la vez que tontee por primera vez, ese maldito casting, si no hubiera aparecido con esa sonrisa, con ese caminar... Nada de esto hubiera pasado. ¿Porque no se levantó tarde ese día? ¿Porque no se le descompuso el auto a mi suegra ese día?

Comencé a recordar cada momento a su lado, la primera vez que salimos, su aroma al abrazarme en ese parque, esa mirada que siempre estaba para mí, su beso en la fiesta, sus risas escandalosas, todo amaba de él. No, lo odiaba. O ambas. Lo odiaba por permitirme amarlo. Miré su rostro, tenía las pestañas  chinas, como siempre, aunque su mirada estaba perdida en sus propias manos, sus ojos brillaban. Tenía esa luz que lo caracteriza, pero a decir verdad yo estaba opacando esa luz.

-Peero, pero... Aún así te quiero.- solté, sin saber si realmente lo decía.

Pero es que soy tonto, yo no lo quiero, lo amo ¿Cómo no voy a amar a ese pequeño que duerme con cobijas de princesas? ¿Cómo no voy a amar a ese niño que regularmente se tropieza? ¿Cómo no voy a amarlo y todo lo que logra de mi? ¿Cómo no voy a amar sus besos, sus caricias, sus mensajes, sus miradas, sus abrazos? No se puede no amarlo

Solo sucedió (EMILIACO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora