𝑸𝒖𝒊𝒏𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓

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[ T/N ] - Tu nombre.

[ C/C ] - Color de cabello.

[ C/O ] - Color de ojos.

Mis manos estaban llenas de sangre... ¿Porque? ¿Porque había hecho tal barbaridad? ... Mi hermanita veía horrorizada la escena. Esa mirada estaba dirigida hacía mi, antes estaba dirigida a mi padre, nuestro padre. ¿Porque? Si yo la había salvado...

- Presente -

Caminaba por los pasillos, esos largos pasillos de la catedral central. El recuerdo no se iba, me ponía incomodo eso, porque se supone que no debería pasar. ¿Y si no era un recuerdo? Quizá lo estaba imaginando.

Llegue por fin a la habitación donde reposaba Administrator. Supongo que es obvio ¿no? Soy un caballero de la integridad, fiel servidor a mi señora Administrator.

Entré, por suerte, el maldito de Chudelkin no estaba presente. No quería matarlo, pero su presencia era una molestia para mi, siempre tratando de creerse superior siendo que seguro que necesita de nuestra protección antes que nada.

Me arrodille a unos pasos antes de llegar a la gran cama de mi señora.

- ¿Que ocurre? ¿De nuevo esos pensamientos?  - Dijo ella, soló su dulce voz se escuchaba, no podía verla porque la cama estaba cubierta por grandes cortinas.

- Si, mi señora. Estoy muy atormentado por eso. No quiero seguir así.

- Tranquilo, sólo necesitas que te ayude. Ven.

Me tarde unos segundos en reaccionar, ella me ofrecía pasar pero eso creía que no estaba permitido. Después de todo, ella es superior a mi. Me levanté del suelo y corrí las cortinas un poco, de forma que pude entrar. Mi sorpresa fue grande al ver que ella sólo era cubierta por su largo cabello.  

- Ven, te ayudaré.

Sin dudar más, me acerque a la cama, sentándome en la orilla de esta. Pero no era suficiente al parecer, por que ella palmeó a su lado. Me acerqué más a ella, quedando a su lado. Ella me recostó y se acostó a mi lado, mirando hacia mi.

- No temas, te haré olvidar todo eso. El dolor de esas imágenes en tu cabeza van a desaparecer.

Yo asentí. Cerré mis ojos y ella me dio indicaciones sobre algunas cosas que tenía que decir. Mientras el ritual seguía, algunas imágenes pasaron por mi cabeza.

Ella lloraba, mi hermana lloraba por lo que yo había hecho. Había asesinado a mi padre. Él le gritaba mucho a mi hermana, era un maldito. Yo no me quedaría de brazos cruzados mirando cómo mi inocente hermana se pudría por tanto grito. Entonces lo hice. Yo lo maté. Y ese fue el crimen que me convirtió en un caballero de la integridad. 

Para cuando abrí mis ojos, no recordaba el porque estaba yo en la habitación de mi señora. Pero ella estaba acurrucada a mi lado. A veces me repetía a mi mismo que la amaba, pero luego me convencía de que estaba confundido, solo la admiraba y adoraba cómo todos los demás caballeros. 

Cerré mis ojos de nuevo y dormí, junto a ella.

- A la noche - 

Desperté y unos hermosos ojos me miraban fijamente. Ella sonrió y se apegó más a mi.

- ¿Cómo te sientes?

-Bien, estoy muy bien. Gracias, mi señora.

Yo intenté levantarme, pero ella tomó mi brazo y me volvió a recostar, ahora dejando su cabeza sobre mi pecho.

Oɴᴇ sʜᴏᴛs - Sᴡᴏʀᴅ ᴀʀᴛ ᴏɴʟɪɴᴇ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora