𝑳𝒊𝒔𝒃𝒆𝒕𝒉 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓

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*Créditos de la imagen a su respectivo autor. *

Sword art online. Ese era el nombre del juego donde ahora la chica de cabellos rosados residía, pues habían quedado atrapados en aquel infernal juego, donde si morían también morirían en la realidad. Lisbeth se convirtió en una herrera con buena reputación, de hecho había pocos herreros en el juego, y la mayoría eran herreros que no hacían el trabajo tan bien como ella lo hacía.

Asuna, la mejor amiga de la herrera, seguido acudía a ella para poder dar mantenimiento a sus armas además de que la recomendaba mucho a todos sus conocidos. Debido a que Asuna era un miembro fuerte de cierta organización de espadachines, casi no podía visitarla por otros motivos que no fueran mantenimiento de armas, pero ese día fue distinto.

— ¡Buen día! — Gritó Asuna desde la entrada de la herrería. Lisbeth salió a recibirla con una sonrisa.

— ¡Asuna! Hace mucho que no te veía por aquí. ¿Vas a necesitar equipamiento? ¿O tal vez mantenimiento?

—No, esta vez solo vengo de visita, estaba por aquí así que aproveche. —Dijo la de cabello naranja, sonriendo a su amiga. Ambas se sentaron en una pequeña mesita que Liz había colocado para sus visitas o "sala de espera". Tenían algunas cosas que platicarse y preguntarse algunas otras, todo fue una plática alegre entre chicas.

Después de un rato, Asuna recordó uno de los temas por los que había querido además visitar a su amiga.

—Por cierto, Liz, ¿supiste de ese nuevo herrero en la ciudad? Dicen que es muy bueno, algunos dicen que es el mejor herrero de todos.

— ¿En serio? No supe nada de algún herrero nuevo. —La de cabello rosa suspiró un poco decaída. —Me quitará el trabajo si es tan bueno como dicen.

—No me preocuparía mucho, Liz. Fui yo misma a esa herrería, algunos de los compañeros quisieron ir así que no me quedó de otra, puedo asegurarte que aunque si era bueno en su trabajo, es muy caro su trabajo. Tú tienes mejores precios, creo que los que te conozcan sabrán que eres la mejor opción. — Dijo la amiga, sonriendo. Lisbeth sonrió conmovida por su intento de subirle el ánimo, intento que fue efectivo.

—Creo que debería yo también dar una vuelta por su negocio, ¿Quién sabe? Quizá pueda aprenderme algún truco para ser mejor. —Dijo la herrera, sonriendo y guiñando su ojo con cierta travesura. Ambas rieron y siguieron conversando por un poco más, luego Asuna tuvo que retirarse.

La pelirosa suspiró y miró hacia la entrada a su taller, si bien tener competencia con buenos comentarios era algo que la hacía tener ideas pesimistas, debía darle una oportunidad al herrero antes de juzgarlo, así que decidió era buena idea ir a hacerle una rápida visita. Asuna le había dejado una nota con la dirección de donde estaba ubicada la herrería.

Liz caminó hacia la tienda, comenzaba a tener mucha curiosidad sobre el tipo de persona que él sería. Cuando estuvo frente a su destino respiró profundamente, tenía que mostrarse como una buena rival en el negocio, dejar claro que ella no era de tomarse a la ligera en cuanto a habilidades para ese negocio.

Entró, la puerta hizo sonar una campanilla que advirtió al dueño que alguien había entrado, él estaba dentro de lo que parecía ser su taller así que gritó:

— ¡Deme un momento! Enseguida lo atiendo.

La pelirosa vio todo lo que había alrededor. Los estantes lucían más lujosos que los de ella, seguramente él mismo los había construido, pues el material se veía difícil de manejar y no cualquiera podría haberlo hecho. Las distintas espadas, hachas, etc., se veían bien, relucientes en cada uno de sus espacios. Se sintió muy por debajo de él.

Oɴᴇ sʜᴏᴛs - Sᴡᴏʀᴅ ᴀʀᴛ ᴏɴʟɪɴᴇ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora