Oɴᴇ sʜᴏᴛs - Sᴡᴏʀᴅ ᴀʀᴛ ᴏɴʟɪɴᴇ.

Momentos- Lectora/Lector.

Nota de la escritora (Yo jsjsjs ). IMPORTANTE LEER.

Este capítulo será distinto, aquí están escritos dos capítulos, uno es para lector y el otro para la lectora. Explicaré brevemente:

Haré una serie de capítulos donde ponga juntos el contenido tanto para el lector como para la lectora, tengo planeados 5 capítulos de este estilo, no más ni menos. 

Este tipo de capítulos son algo así como los llamados "headcanons" pero sin llegar a serlo completamente, pues pondré una situación distinta para cada capítulo, un ejemplo, este de aquí es Situación: Celos. Pero el próximo capítulo será una situación distinta. Esto es para que haya un poco de más diversidad de contenido, además de que se me estaban acabando las ideas para seguir escribiendo de más personajes xd. Espero que lo hayan comprendido bien, ahora si, podemos comenzar a leer. ¡Gracias por su atención!   

Quinella / Eugeo.

Quinella x lector.

Situación:

Celos. Cuando una chica se acercó a ti tratando de sacarte plática mientras poco a poco se pegaba más a tu cuerpo, tú la evadías pero ella insistía en estar cerca, realmente te había echado el ojo, así que tu amada reacciona así....

— ¿Qué está pasando aquí? —Preguntó la Clérigo al ver la escena, caminando tranquilamente hacia esos dos.

— ¡Qui...! Es decir, Clérigo Mayor. —Dijiste de inmediato, separando a la chica con prisa para poder colocar la rodilla en el suelo y ofrecerle una reverencia de completa lealtad a Quinella.

Ella sonrió al ver a su amado de ese modo, realmente le gustaba poder contar con que él siempre le sería leal... Ella poco a poco dirigió su mirada hacia la chica que anteriormente parecía tan urgida por tener cercanía con SU amado. La chica de nombre desconocido para ella le miró, tratando de descifrar las intenciones de Quinella para con ella.

— ¿Te importa dejarnos solos? —Dijo Quinella a la chica, poco a poco acercándose más al único hombre presente con la atenta mirada de la otra chica sobre ellos. Quinella llegó junto al chico y se inclinó ligeramente para poder tomar del mentón al chico y hacerle subir la mirada. —Tenemos algunas cosas que hacer él y yo.

Quinella hablaba con una sonrisa de burla a la vez que con picardía. La chica comprendió pero no estaba dispuesta a moverse, entonces Quinella miró al chico y unió sus labios con los de él, formando un apasionado beso que la chica pensó que se devorarían justo ahí.

Quinella pasó su lengua lentamente a la boca contraria, el chico solo atinó a sonrojarse y corresponder en todo momento al candente beso. La chica pronto se sonrojo completamente y, con paso molesto, salió del lugar antes de poder seguir viendo más. Administrator se separó lentamente de los labios del chico, no sin antes dejarle una ligera mordida a su labio inferior. El chico la miró completamente sorprendido.

—Eres mío. No me gustó para nada como ella te veía y mucho menos como se te acercaba. Así que tenía que recordarte a quien pertenecen tus pensamientos y tus besos. —Dijo con un toque de picardía, como solía ser casi por completo normal en ella. El chico sonrió y se levantó para abrazarla de la cintura y pegarla a él.

—Entonces, creo que debes recordarme también a quien pertenezco enteramente.

Quinella sonrió y lo abrazo por el cuello, acercando sus labios nuevamente a los de él.

—Será mejor ir entonces a la cama. ~

Eugeo x lectora.

Situación:

Celos. Cuando un chico se acercó a ti tratando de sacarte plática mientras poco a poco te pegaba más a su cuerpo, tú lo evadías pero el insistía en estar cerca, realmente te había echado el ojo, así que tu amado reacciona así....

— ¡Ujum! ¿Acaso interrumpo algo? —Preguntó el de cabello rubio, acercándose a su amada chica para tomarla por la cintura y despegarla de aquel sujeto desagradable y así abrazarla, de forma protectora mientras mantenía una sonrisa.

—Eugeo. —Dijo ella, mostrando una sonrisa de alivio al ver que había sido salvada por él. Eugeo le sonrió con tal calidez que ella supo que todo estaría bien.

El rubio volvió la mirada a aquel sujeto, quien se había cruzado de brazos y lo miraba altaneramente. Realmente se sentía como si fuera superior solo por ganar en estatura al rubio.

—Lo siento, creo que ella no quiere tu compañía. Soy su prometido. —Dijo el rubio, ahora mostrándose más serio ante aquel grandote de poco cerebro. El anteriormente mencionado pareció sorprendido, al igual que la chica.

Ellos no eran prometidos, solo eran aún una pareja de felices y enamorados novios, pero pensar en Eugeo como un prometido era algo que la hacía feliz y sin duda le hacía ruborizarse.

—Así que te pido de la forma más educada que por favor no la molestes más. Ella no desea tu compañía, así que ambos te estaremos agradecidos si no te le acercas de nuevo.

El otro hombre pareció un poco avergonzado, Eugeo sabía usar bien las palabras, sonar educado mientras lucías amenazante era algo que se le daba bien. Más estando celoso. Por si fuera poco, el chico reanimo sus ganas de seguir alterando a la joven pareja y se acercó nuevamente un paso, pero Eugeo siguió abrazando a su amada, ahora dejando ver la espada que portaba. El chico dio un paso nuevamente hacia atrás. Había escuchado de un espadachín rubio con una poderosa espada, que parecía tener la fuerza del hielo de su lado.

Eugeo estaba dispuesto a defenderla hasta con el filo de su espada, pero el chico simplemente decidió alejarse. Por fin el rubio pudo dejar salir el aire contenido y separó un poco a ___, mirándola a los ojos mientras acariciaba su mejilla.

— ¿Te hizo daño? ¿Estás bien?

La chica se abrazó nuevamente a él y le plantó un beso en los labios, que tomó por completa sorpresa al rubio. Cuando se separaron ella le sonrió.

—Aww Eugeo, ¿somos prometidos? —Dijo con cierta broma. Eugeo se sonrojó de inmediato y trató de desviar la mirada, poniéndose nervioso.

—¡Y-Yo...! E-Ehmm... V-Verás, lo dije para que él se fuera pero no contaba con que seguiría aquí. L-Lo siento por decir esa mentira.

La chica le sonrió y lo abrazó, colocando su cabeza en el pecho del contrario, de esa forma escuchando sus acelerados latidos.

—Algún día, lo seremos realmente.