𝑲𝒊𝒓𝒊𝒕𝒐 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒙 𝑬𝒖𝒈𝒆𝒐

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*Créditos de la imagen a su respectivo autor.*

--- Kirito, Eugeo. Que alegría verlos por aquí ¿alguna misión? --- Preguntó la chica de cabellos [ c/c ]. Los dos caballeros le sonrieron al verla de inmediato.

--- Pasábamos solamente, hacia mucho que no nos saludábamos. --- Dijo Kirito, colocando su  mano sobre la cabeza de la chica para revolver son suavidad sus cabellos a lo que ella sonrió.

La chica era una muy leal sirviente de Quinella, y por tanto, también de Chudelkin. El rubio y el pelinegro eran Integrity knight desde hacia un tiempo, por lo tanto también eran leales a la Clérigo Mayor.

--- ¿Has estado bien? --- Preguntó Eugeo, acercándose a la chica. Ella asintió con una sonrisa, cosa que también hizo sonreír más al rubio.

--- Mi señora Quinella los quiere ver, cuando supe que vendrían asistí enseguida.

--- ¡[ T/n ]!

La chica de inmediato se puso rígida al escuchar que gritaban su nombre, claro que sabía de quien era. Giró lentamente y vio a Chudelkin con los brazos cruzados y mirandola con semblante bastante serio.

--- Si, señor Chudelkin.

--- Deja que los caballeros acudan ante la Clérigo Mayor, no les estorbes. 

--- Si, lo siento mucho. --- Hizo una reverencia de disculpa y se fue del lugar a paso rápido, los dos chicos miraron con recelo al más bajo, odiaban ver que la maltratara tanto como si fuese su dueño.

Entraron a los aposentos de Quinella, ella cada cierto tiempo los citaba para ver los avances y distintas noticias que fueran apareciendo. Además, ella tenía cierto interés en esos dos, los quería para ella sola de una u otra forma, pero cuando ella trataba de insinuarse simplemente agradecían su atención y se iban, no le daban oportunidad a nada y ella comenzaba a sospechar el porque. Su más leal sirviente [ T/n ] realmente era bella, además de inteligente. Cuando ambos iban a esa zona, los había visto detenerse a hablar con ella, incluso al salir solían hablar por horas y horas, ella los había dejado fascinados a ambos pero lo más probable era que ella no lo supiera.

La chica estaba esperando sentada en los escalones cuando escuchó pasos detrás, giro y vio a ambos caballeros sonreirle. Ella de inmediato se levantó y se acercó a ellos con una sonrisa.

--- Me da algo de tristeza que sus reuniones con mi señora Quinella sean tan rápidas, es la única vez en la semana que puedo verlos y vaya que es tan poco tiempo. --- Dijo ella con un pequeño puchero que lleno de ternura a los dos.

--- Te veremos la próxima semana.  --- Dijo el pelinegro con una radiante sonrisa.

Ella pareció poner una expresión más triste, suspiró a la sorpresa de ambos.

--- El señor Chudelkin no  me permite verlos durante mucho tiempo, dice que no debería hablar con los caballeros de mi señora Quinella, son de ella y nada más de ella.

Ambos quedaron un poco boquiabiertos por ello, para nada se sentían propiedad de la Clérigo, no hacían más que protegerla y ya. Eugeo se acercó a la chica y tomó sus mejillas entre sus manos, la armadura estaba fría así que le provoco un pequeño escalofrío a la chica que se vio interrumpido por el calor que le invadió al ver al chico tan cerca.

--- No le hagas caso, tu no debes detenerte si quieres seguir hablándonos. Eres la única razón por la que vengo aquí feliz.

La chica se sonrojó, esbozó una pequeña y tímida sonrisa y asintió. Eugeo le volvió a sonreír y se separó, Kirito miraba con el ceño levemente fruncido, sentía algo extraño en su interior al ver que ella se sonrojaba a causa del rubio. Se acercó a ella, haciendo que Eugeo retrocediera un paso, y le abrazo a lo cual ella se sonrojó todavía más.

Oɴᴇ sʜᴏᴛs - Sᴡᴏʀᴅ ᴀʀᴛ ᴏɴʟɪɴᴇ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora