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La hora del descanso: uno de los momentos en los que pareciera que hay más aire fresco, cuando se puede respirar mejor.

—Josh— la voz de Brendon lo hace girar su vista hacia él—, ¿te gustan las papas fritas en espiral?

—¿A quién no?— responde el teñido con una voz neutra.

—Cierto, pero no hablo de su sabor, hablo de la forma.

Josh hace una mueca confundido y Brendon toma una de las papas fritas que hay en su bandeja.

—Sí, míralas— continúa Brendon—, su forma no tiene ningún sentido, ¿de qué les sirve tener esa forma?

Josh alza los hombros como respuesta y bebe de su café.

—Exacto, no les sirve de nada. Tomen la forma que tomen, tendrán el mismo sabor que una papa normal, eso no las hace únicas ni mejores que otras papas, al final siguen siendo papas.

Tal vez eso parece no tener ningún sentido; pero cuando lo analizas a fondo, cobra un gran significado.

—A veces, eres más sabio de lo que crees, ¿sabes?— halaga Josh.

—Oh, gracias— dice Brendon como si fuese una colegiala.

El teñido ríe levemente y el azabeche celebra susurrando un 'sí'.

—Brendon Urie y William Dun a mi oficina, cinco minutos— escuchan la voz de Bill a través del altoparlante.

Los dos voltean a verse mutuamente con una cara de confusión.

—¿Para qué nos querrá?— pregunta Brendon.

—Vayamos a verlo.

Josh termina su café de un solo trago y Brendon jura no haber visto a alguien beber tan rápido en sus veintiséis años de vida.

—Andando— dice el teñido y se levanta comenzando a caminar.

El azabeche simplemente lo sigue hasta la oficina de Bill y se paran frente a la puerta.

«Tranquilo, no es nada malo, has hecho tu trabajo bien éstos cuatro días y tu padre lo sabe», se dice Josh mentalmente.

Brendon mira de reojo a su compañero, suspira y hace sonar la puerta con sus nudillos. Escuchan un 'pase' del otro lado de la puerta y entran a la par, Brendon cierra la puerta detrás de ellos y los dos posan sus manos detrás de sus espaldas.

—Buenos días— saludan Brendon y Josh al unísono como si estuviesen sincronizados.

—Tengo algo que infromarles— habla Bill sin levantar la vista de los papeles que ordena.

El ambiente se siente tenso; pareciera que el aire acondicionado no sirve, sus manos están sudando mucho; su padre aún no levanta la cara y ya siente su fría mirada sobre él.

—No se preocupen no es nada malo— los calma Bill.

—Todo está bien, todo está bien...— se dice Brendon en susurro pero Josh logra escucharlo al estar cerca de él.

Bill se levanta de su silla, se para frente a la ventana que hay a un lado de su escritorio y divisa esa perfecta vista que tiene del plantel entero.

—Como saben, todos los reclusos se dividen por secciones según lo peligrosos que sean— comienza a explicar Bill.

Josh y Brendon voltean a verse mutuamente y casi pueden observar el nerviosismo del otro a través de su mirada; los ojos de el tintado están un poco achinados y las pupilas de el azabeche están dilatadas.

—Y yo designo el trabajo a los oficiales dependiendo de lo buenos que sean— continúa Bill—. Todos dicen que en la vida no hay niveles, pero se equivocan; los niveles son lo que define todo en la vida.

Bill mira un momento a los reclusos trabajando desde la ventana, se gira hacia los dos hombres que tiene en su oficina y continúa:

—Dos personas pueden ser similares entre sí, pero nunca iguales, ambas tienen capacidades diferentes. Como el sol y la luna: son similares porque ayudan a que la vida en la tierra prolifere, pero son diferentes porque la luna ayuda a regular las estaciones y el sol ayuda a regular el ciclo del agua.

«O como las papas en espiral», piensa Josh, «son similares a otras papas por su sabor, pero son diferentes por la manera en que se preparan».

—¿A qué quiere llegar con ésto, señor?— cuestiona Brendon sin más y con la voz menos temblorosa que sale de él.

—A lo que voy es que las diferencias entre ustedes dos son las que los hacen ser una de mis mejores parejas de trabajo— responde Bill—. Y los mejores siempre tienen que hacer el trabajo que otros no pueden hacer por tener diferentes capacidades.

—¿Y eso quiere decir que nos dará un aumento?

—Muy gracioso, oficial Urie, pero no. Eso quiere decir que, a partir de mañana, su zona de trabajo será el área 3.5.

La oficina se queda en silencio por unos segundos. Al analizar la rapidez con la que se tomó esa decisión parece no tener el más mínimo sentido; no llevan ni una semana trabajando y ya hay un cambio en su área de trabajo. Vaya que Bill Dun es un completo enigma para todos.

—Ya pueden retirarse— habla Bill después de unos segundos de suspenso.

—Gracias— dicen Josh y Brendon al unísono para después salir de la oficina.

El azabeche y el tintando caminan juntos por el pasillo y Brendon suelta una pequeña risa.

—Vaya que tu padre es un hombre misterioso— dice Brendon divertido.

«Y como no te imaginas», responde Josh mentalmente.

HIBRISTOFILIA | joshler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora