1.2

768 113 153
                                    

La cálida sonrisa de Brendon es lo primero que recibe a Josh cada vez que llega a la sección, y le parece algo agradable. Urie es como una suave brisa de lluvia: su comportamiento no es demasiado fuerte para arrastrarte, ni demasiado ligero para aburrirte. Es... ¿perfecto?

En fin, trabajar a un lado de Brendon es satisfactorio para Josh.

Cuando el turno de Brendon termina, el teñido lo acompaña hasta la puerta para despedirse de él; cuando lo ha hecho, está dispuesto a regresar a su trabajo, pero Bill se posa frente a él.

—Tienes una noche libre— dice Bill seco.

—No entiendo, ¿porqué?— cuestiona Josh.

—Tu madre me dijo que te presionaba demasiado con lo de la apuesta y me obligó a darte ésta noche libre— explica Bill y se retira sin más.

Josh hace una pequeña mueca confundido, se da la vuelta y sale del lugar para comenzar a caminar hacia casa sin pensarselo dos veces. Puede aprovechar ésta noche libre para dormir, dormir bien, no solo dormir cinco minutos en una banca de la sección.

La mente necesita descansar, necesita dormir. Nosotros debemos dejar ir nuestra mente unos momentos, dejarla ser libre, no podemos aferrarnos a ella todo el tiempo. El sueño es la mejor manera de dejarle ir a tu mente.

Cuando llega a casa, tiene una cena solo con su madre. Sus hermanos están ocupados: Aby tiene una pijamada en casa de su mejor amiga, Jordan salió con unos amigos y dijo que no llegaría hasta la madrugada. Y su padre se quedará hasta tarde en la estación de policía, no puede dejar sin vigilancia la sección 3.5 solo por la noche libre de Josh.

—¿Lo has pensado?— cuestiona su madre mientras comienza a limpiar los platos que ensuciaron.

—¿Qué?

Josh se acerca a su madre, se para a un lado de ella y le ayuda a secar los platos.

—Debes razonar sobre lo que quieres, hijo. Presiento que abandonarás muchas cosas.

Decide no responder ante eso. Cuando terminan de limpiar los platos, Laura le desea linda noche ya que se siente cansada y se retira a su habitación para dormir. Josh sube a su habitación al igual, se recuesta sobre la cama y piensa un poco. Mejor dicho, piensa un mucho.

Sí, ha pensado en arrepentirse, echarse para atrás, retractarse, tirar la toalla. Ha pensado en renunciar a seguir intentando ser lo que su padre quiere que sea, y comenzar a ser lo que él quiera. Pero aún no sabe qué quiere.

Ha pasado la mayor parte de su vida complaciendo a su padre, que no se ha tomado un momento para saber lo que él busca en la vida.

—¿Insomnio?— escucha una voz familiar.

Se reincorpora sobre sus codos rápidamente y divisa a Joseph sentado sobre su ventana.

—¿Tú qué haces aquí?— cuestiona Josh.

—Mis compañeros de sección molestan demasiado fácil a los guardias que te suplantan hoy. Me aburrí y salí un rato. Caminando por las calles, se me ocurrió venir a tu casa.

Ahora corrobora lo que su padre le dijo: Joseph escapa cuando se le da la gana. Pero si puede hacerlo cuando guste, ¿porqué regresa?

—¿Cómo sabes dónde vivo?— cuestiona Josh.

—Tú me dijiste que aún vivías con tu familia.

—¿Cómo sabes dónde vive mi familia? Eso no te lo dije.

—Eso no importa.

Josh se sienta sobre la cama.

—¿Sabes?, tu padre tiene problemas— habla Joseph después de unos segundos de silencio.

—¿Por qué?

—Lo denota él mismo. Se nota que necesita hablar con alguien.

—Todos necesitamos hablar con alguien— argumenta Josh.

—Por eso vine aquí.

—¿Qué?

—Los dos necesitamos a alguien que escuche y trate de comprendernos— dice Joseph y dirige su mirada a la calle—. Yo tengo a Dallon y tú tienes al chico de cabellos oscuros y trasero redondo. Los dos tenemos amigos que nos siguen y apoyan, pero necesitamos algo más, necesitamos más de lo que ellos nos están dando. Ellos nos hacen sentir bien, pero no es suficiente, aunque suene cruel.

El teñido se queda sin nada para decirle. ¿A qué viene eso? Bien, pues, quizás sea verdad. Pero, ¿porqué buscar ese "algo" que le hace falta en Josh?

(porque sino no sería
joshler, ahre)

El teñido mira hacia la calle, en la misma dirección que Joseph. Quedarse sin respuestas es estresante, te hace sentirte insuficiente e inútil.

—No te preocupes— habla nuevamente Joseph aún con su vista sobre la calle—. Te daré tiempo para que decidas algo. Si quieres hablar, bien. Si no lo quieres, no importa. No te obligaré a nada. Soy un delincuente, pero eso no quita que soy humano también.

El castaño se dispone a retirarse dando un salto desde la ventana, pero se detiene para decir una última cosa:

—Comprendo tu presión.

Y Joseph da un salto desde la ventana y se pierde entre las calles. Josh hace una ligera mueca de confusión, se recuesta nuevamente y nuevos pensamientos llegan a su cabeza.

«¿Cómo que comprende mi presión?».

HIBRISTOFILIA | joshler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora