HIBRISTOFILIA | joshler.

1.9

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⚠️ alerta de smut
(si no quieren leer ésta parte, pueden saltarla.
en el siguiente capítulo estará la acción)

Al llegar a la celda de Joseph, el castaño obliga al teñido a recostarse sobre la cama individual, se sienta sobre su entrepierna y continua besandolo.

—Creo que nos verán— habla Josh mientras continuan con el beso—, ¿es una mala idea?

—Por supuesto que es una mala idea— se separa un momento—, pero me encanta, rosita fresita— suelta aire—. Además, todos están en el receso, tenemos tiempo.

Joseph le sonríe con ternura y vuelve a unir sus bocas en un beso que inmediatamente comienza a volverse más lujurioso.

Josh lo toma por la cintura, desabotona la camisa del castaño y comienza a acariciar su abdomen de arriba hacia abajo; Joseph desabotona la camisa de su contrario al igual, y hace que la piel del teñido se erice cuando acaricia sus pesones y los presiona ligeramente.

El castaño se separa de el beso, lame la barbilla del teñido, baja por sus mejillas hasta su cuello y ahí comienza a dejar pequeñas mordidas.

El aire de la celda comienza a sentirse un poco más caliente, sus respiraciones y los pequeños besos que va dejando Joseph en el cuerpo del teñido son lo único que puede escucharse; el rayo de luz que entra por la pequeña ventana de la celda es un poco molesta, pero no como para detenerlos.

El teñido baja sus manos hasta el cinturón de su contrario y lo saca lo más rápido que puede, mete sus manos debajo de los pantalones y acaricia la entrepierna del castaño rozando ligeramente el pene pero sin tocarlo por completo.

—Juegas sucio— le dice Joseph con una voz jadeante.

—Puedo jugar más sucio aún.

Josh se da la vuelta haciendo que Joseph quede debajo de él ésta vez, le sonríe al verlo de frente y el castaño le corresponde; pega su entrepierna en el trasero de su contrario y comienza a hacer moviemientos lentos, fingiendo embestidas por sobre sus ropas.

—Hijo de...— omite la mala palabra—. Es mejor que me penetres pronto o tendré que hacerlo yo en tí, rosita fresita.

—Shh, espéra.

Los jadeos hacen que ambos quieran pedir por más, sus erecciones se hacen notorias y comienzan a doler.

El teñido muerde ligeramente el labio inferior del castaño, lame su barbilla y comienza a bajar hasta los pesones para lamerlos también. Joseph toma sus propios pantalones y los baja él mismo, Josh hace lo mismo y continua moviendo sus caderas contra el trasero del castaño.

—Uch, méte tu pene ya— pide jadeando.

—Está bien, lo que pidas.

Josh se saca el bóxer haciendo su erección presente, al igual que lo hace con el bóxer del castaño; frota sus penes el uno contra el otro, hasta que se mojan ligeramente. Toma su propio miembro y se masturba para que el líquido se distribuya por desde el tronco hasta la glande.

El teñido introduce dos de sus dedos en la boca del castaño, quien los lame de una manera tan tierna y lujuriosa a la vez; saca sus dedos una vez que están completamente húmedos, los baja hasta el ano del castaño y los restriega sobre éste.

Retira sus dedos, toma su propio pene con una mano y comienza a entrar en el ano de Joseph lentamente; el castaño se queja un poco al principio, pero mientras el teñido penetra más profundo, él se acostumbra a la sensación.

Para ambos, nunca se había sentido tan satisfactorio penetrar o ser penetrado. Sus mentes y cuerpos ahora están más conectados el uno con el otro.

Cuando el pene está completamente dentro, Josh toma la cintura del castaño y comienza a embestir lentamente para no lastimar el interior de su novio; une sus labios en un beso y sus respiraciones chocan a la par de sus jadeos.

Joseph muerde ligeramente los labios del teñido para aumentar la lujuria en ambos, lo cual logra. Las embestidas de Josh se vuelven más rápidas y consecutivas, los jadeos del castaño se convierten en ligeros gemidos de placer.

El teñido se separa nuevamente del beso y comienza a dejar marcas rojas en el cuello de su acompañante. El chasquido de los labios de Josh succionando la piel de Joseph es un sonido complaciente para los oídos de ambos.

El activo acelera sus movimientos hasta el punto en que sus pieles chocando hacen varios sonidos consecutivos. El pasivo muerde sus propios labios y sus gemidos se vuelven más estruendosos mediante el teñido roza su punto dulce.

El pasivo comienza a dejar marcas rojas con sus uñas sobre la espalda del activo; el teñido deja de succionar para lamer los labios del castaño sin besarlo. El calor de sus cuerpos comienza a hacerse más pesado, lo cual indica que ambos se están preparando para llegar al climax.

El activo introduce su pene lo más profundo que puede, hasta que toca por completo el punto P de su novio; el pasivo abraza la cintura del teñido con las piernas y mueve sus caderas para obtener más contacto.

El teñido toma el pene del castaño con una mano y comienza a masturbarlo. Los dos gimen lo menos estruendoso que pueden para no hacer un escándalo y no ser descubiertos.

—Creo que seré el primero en correrse— avisa el castaño entre gemidos.

—Ánda, házlo.

El activo masturba con más fuerza el pene de su novio para ayudarle y mueve sus caderas con más brusquedad. El castaño siente cómo su columna se contrae, lo cual indica que su semen está listo para salir; unas cuantas embestidas más por parte del teñido y el castaño gime a la par que libera su semen sobre el abdomen del hombre sobre él.

El teñido saca su pene del ano de su novio, se masturba lo más rápido que puede y se corre sobre la entrepierna de su acompañante.

Ambos se miran complacidos por unos segundos, se unen en un lento beso y suben su ropa interior al igual que sus pantalones.

—Lo amé— habla el castaño.

—Yo igual.

Vuelven a besarse. Se recuestan el uno al lado del otro, se abrazan y cierran sus ojos involuntariamente.

«Eso-eso fue... ¿fue lindo?».

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