XXVI

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—¡Normaaaaaaan!

El aludido detiene la platica que mantenia con Bárbara, su suegra y el resto de sus amigas y madre, para girar y ver a ambas rubias correr en su dirección con unas hojas blancas en mano. Cuando ambas rubias llegan con su destino tratan de recuperar el aire perdido por su travesía, siendo Gillian en recuperarse primero.

—¡Lo encontramos!— Exclama Gillian, extendido las hojas en señal de triunfo.

—¿A quien?—Pregunta Emma.

—¡A Ray!— Responde Anna, quitándole las hojas a Gillian y dárselas al albino.

Todas las chicas y Norman comenzaron a revisar las hojas, contenian copia de una conversación y en ella se muestra la dirección de una casa cerca de la playa a las afueras de un pequeño poblado.

—¿Cómo consiguieron ésto?—Interroga Elizabeth.

—Entramos a casa de Don.—Explica Gillian.

—¿Irrupción a la propiedad?—Pregunta Gilda.

—Sí.

—¿Saben que pueden ir a prisión?

—¡Al diablo con eso!

—Bárbara.—Llama, Norman.

—Dame la dirección, tendré a mi equipo listo.

—Gracias. Emma, necesito que me acompañes, nosotros iremos.

—Esta bien.

Tras dar las órdenes estaba dispuesto a seguir a Bárbara, pero fue detenido del antebrazo por Isabella.

—Trae a mi hijo sano y salvo y consideraré hablar con ustedes sobre el bebé y su relación.

Norman definitivamente si no estuviera apurado con lo de Ray se hubiera desmayado. A espaldas de la adulta vio a su madre, Gilda, Gillian y Anna más que sorprendidas, pero solo se quedaron calladas.

—Lo prometo.—Asiente, y tras ser soltado por Isabella sigue su camino para alcanzar a Bárbara y Emma.

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Bárbara salió con su propio auto, siguiendo al resto de las patrullas que iban primero haciendo escolta después de haber sido avisados de la dirección en dónde se encontraba raptado Ray. Norman y Emma subieron a un auto aparte siendo conducido por el albino. Todos viajaban a alta velocidad, Emma en lugar de estar prestando atención al camión solo miraba el semblante de Norman que parecía estar furioso, decepcionado y sobre todo estresado.

—Norman.

El mencionado le dedica un vago sonido de que la está escuchando, mientras que Emma sonrie y dedica su mirar a sus manos que están entrelazadas en su regazo.

—¿Es Oliver?

La mira de reojo sin detener el auto pero si disminuir la velocidad un poco, para proceder mirar afligido el frente.

—¿Cómo te diste cuenta?

—En las hojas. Alcance a ver cómo estaba puesto el nombre de tu hermano... Igual estoy decepcionada.—Confiesa en voz baja, casi inaudible, teniendo miedo de que un simple sonido más que emita haga a una bomba detonar.

Y Norman no comenta nada al respecto, sabiendo de antemano la situación de Emma

Ella siempre buscaba el lado amable de todos y de cada ser que habitará el planeta, no importará si ese ser tenía todo los requisitos para ser un vil villano, ella siempre veía aquello que todos ignoraba, como una pequeña estrellita casi invisible en la enorme bóveda celeste, en la que miles de estrellas brillaban con esplendor y de extravagantes colores que a ella le llamaban la atención, pero se le hacía mucho más fascinante las que son diminutas y de un brillo común, diciendo que incluso aunque su brillo sea pequeño, se esfuerzan por caber en el enorme universo, y que vale más que la pena reconocer ese enorme esfuerzo. Así era su filosofía y su manera de ver las cosas, no poniendo a todos como lo menos sino como la mejor cosa que alguna deidad en los cielos haya creado, y para que negar que esa es su gran virtud, pero también se pueden aprovechar de esa bondades.

Te Amo Ray [TPN. BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora