VIII

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Emma y Norman corrían de una lado a otro terminado de colocar adornos, haciendo llamadas, subiendo al auto e ir a la tienda, comprar bebidas alcohólicas con identificaciones falsas. Hasta que por fin tener todo lo necesario y terminar de prepararlo todo para la fiesta de la pelirroja.

Norman, Ray, Gilda, Anna, Don y Gillian ayudaban con los postres y la decoración del patio trasero de la casa de Norman que había sido un regalo de cumpleaños del año pasado de parte de uno de sus tíos—Como esta casa estaba desolada 24/7 decidieron ocuparla para hacerle la mejor fiesta de cumpleaños a su amiga de toda la vida—.

—¡Necesito las tijeras!— Grito Anna desde el patio.

—Pero rubia ¿Qué clase propuesta indecente es esa?—Dijo Gillian.

Anna se sonrojo mientras que el resto parecían sorprendidos o se estaban riendo.

—¿Por qué todos mis amigos se hicieron tortilla?—Se cuestionó Emma a sí misma.

—¡¿Qué?!— Anna estaba que echaba humos por la vergüenza.

—¿Entonces es cierto?—Preguntó Ray siguiéndole el juego a Emma y comiendo tranquilo de unos chetos.

—Don acompañame.—Gilda de inmediato dejó la bandeja en donde estaban los postres y se fue corriendo a buscar su libreta de dibujo.

—Eso es nuevo.— Comento Norman tranquilo.

—¡Pronto nos casaremos!—Gillian llego a un lado de la rubia tomándola de la cintura y con la otra soltó confeti sobre sus cabezas.

-¡¡Gillian!!

—Ahora ponte a barrer porque la fiesta aún no empieza.—Ray le pasó un escoba a la de ojos verdes viendo como está solo hacía un puchero.

—Bueno ya que.— Soltó a Anna, tomando la escoba no sin antes seguir con su trabajo de dejar las cervezas en su lugar y beber una escondidas.

—Norman, Ray ¿Podrían traer de mi cuarto el resto de los listones?— Pidió Emma.

Ambos chicos asintieron, uno mas nervioso que el otro, obviamente era Ray el nervioso. No había evitado a Norman ni nada por lo común en los anteriores días pero nunca estaban solos, siempre había como mínimo alguien en su misma habitación, pero ahora no había nadie, todos estaban centrados en el patio, lugar en donde en las próximas horas estaría repleta de invitados.

Ray iba siguiendo al albino, mirando un punto indefinido de la espalda de este mismo y comenzar a divagar. Tener pensamientos pecaminosos así de la nada definitivamente no estaba bien, sobre todo en los que incluía una cama, sus uñas y la espalda de Norman. Se dio una bofetada mental por pensar en esas cosas.

Reaccionó al darse cuenta que ya habían llegado al cuarto de la pelirroja, Norman tomaba las cajas con el resto de listones mientras él se había quedado parado en la puerta viendo cada acción del albino. Hizo un viaje astral— Otra vez—.

Salió de su ensoñación cuando hizo contacto visual con Norman, sonrojándose y este sonreía sereno. Esa maldita sonrisa, lo puede hacer llorar y al mismo tiempo calentar. Eso sonó demasiado hot para su persona.

—¿Me ayudas?— Norman señaló con la mirada la otra caja.

—Si—Respondió rodeando a Norman e ir por la caja en el suelo.

Salieron por nueva cuenta para terminar con los adornos y bocadillos.

Al cabo de dos horas los invitados comenzaron a llegar, hasta que no mucho tiempo después la música del DJ ya se escuchaba a todo volumen.

Te Amo Ray [TPN. BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora