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Él me hace sentir como nadie en el mundo, pero... él no me ama. JungKook no me ama.

¿¡Por qué!? No puedo aceptarlo, pero tengo que hacerlo ¿Que otra cosa me queda? Ya me ha hecho sentir miserable muchas veces, es suficiente.

Limpio mis lágrimas y cierro mis ojos para lograr dormir, aunque sé que no podré hacerlo. Estoy cansada, pero simplemente mi corazón no quiere descansar.

– SuMin – escuchar mi nombre en un susurro salido de sus labios me hace estremecer. No... no más – SuMin... tengo algo que decir.

Me quedo en silencio y suspiro cuando logro que se vaya ¿Qué quería? ¿Acaso no tuvo suficiente con todo lo que me dijo?

Quiero olvidarlo todo.

(...)

Desperté temprano en la mañana y salí de la tienda de campaña. Hoy es nuestro último día en el campamento... vine siendo feliz y me voy con el corazón destrozado.

– Hey – YoonGi llamó mi atención – Están haciendo juegos en grupos... ¿por qué no vas? – su mirada de compasión solo hace que me sienta peor.

– Sí... vamos – di un paso y sentí que aplasté algo.

Miré hacia el suelo y había una pequeña bolcita. La tomé y la abrí, ¿qué es esto? Mis ojos se llenaron de lágrimas. Era el colgante de pareja, fue él. Él lo dejó aquí, pero... ¿por qué?

Fuimos hacia el grupo y allí estaba él. Me puse al lado de Jimin sin mirarlo.

Miré su cuello y tenía el colgante puesto, ¿qué pretende? ¿Aún le quedan ganas de jugar? JungKook no dejó de mirarme en toda la mañana. Ni siquiera en el bus que nos llevó de vuelta a la cuidad, simplemente se mantuvo viéndome.

Nos bajamos frente a la Academia. YoonGi Oppa me dijo que lo esperara para llevarme a casa.

– SuMin... – de nuevo su voz.

– ¡Déjame ya JungKook! No quiero, me cansé. Ya no quiero que te burles de mi ni que me uses – le grité con rabia.

¿¡Por qué sigue aquí!? ¡Quiero que desparezca de mi vista!

– No vengo a eso – se acercó. Puede ver de nuevo el colgante en su cuello – Quiero pedirte disculpas, no estuvo bien, lo sé. Solo quiero que sepas esto, me gustas. Te mentí, todo esto no fue solo por Jimin, sí, quería vengarme y eras perfecta para ello. Pero te quiero de verdad, lo juro. Estoy loco por ti.

– Ya basta... por favor – me alejé.

– SuMin – intentó tocarme.

– ¡No!

Comencé a llorar, duele. Y duele mucho más si sigo viéndolo frente a mi intentado hacerme daño una vez más.

– Eres malo JungKook... realmente malo – lo miré – Eras todo lo que quería, confiaba en tu amor ciegamente...

– Pero te amo – su voz se sintió algo débil.

Cosas que imaginas, ¿JungKook débil? Eso nunca.

– Me voy

Me di la vuelta y comencé a caminar.

(..)

– ¡Le dije a mi hermano que me llevara con él al campamento pero no quiso! Le hubiera partido la cara a JungKook – dijo Lizi furiosa – Debiste darle una oportunidad a Jimin – me miró y se quedó pensando – Ahora que lo pienso... JungKook fue muy malo al usarte de esa manera... pero tal vez esté diciendo la verdad – asintió – Digo... ¿para que seguiría diciendo mentiras si ya lo sabes todo? ¿Qué conseguiría?

– ¿De qué hablas? – oh. Miré hacia la puerta y vi a YoonGi – Tú no sabes nada de ese estúpido, no le des consejos a SuMin si no viste todo lo que ha sufrido por su culpa.

¿Por qué le habla así? La pobre Lizi está avergonzada. Es cierto, ella no sabe nada. Y también es como yo, capaz de hallar a alguien como Kook inocente. Capaz de creer en que puede estar diciendo la verdad, pero no. Sé que está mintiendo y lo único que quiere es burlarse se mi otra vez.

– Lo siento – dijo ella y bajó la cabeza.

– Oye, no te pongas así. Solo dije que no hables como si supieras algo de JungKook – rodeo los ojos – No es para llorar.

– ¡No estoy llorando!

– Bien, si tu lo dices.

– Oppa – lo regaño y él solo se alza de hombros – ¿Qué haces aquí?

– Solo vine a verte, como siempre. Pero ya veo que estás acompañada, vuelvo luego.

– ¿Le caigo mal?

– No, el es así. No te preocupes.

(...)

Luego de la escuela me fui a la Academia, me cambié y me fui al salón de canto. Hoy tendríamos ensayo... pensar en que JungKook nunca me quiso en el equipo y pensar en todo lo que a pasado hasta ahora me hace plantearme que tal vez debería dejarlos. No sé, tal vez si hablo con el profesor me deje entrar en otro equipo.

– Ni siquiera lo pienses – miré hacia la entrada y vi a JungKook parado en la puerta de brazos cruzados.

– No me hables – lo miré mal.

Rodó los ojos – No te hablo, pero ni se te ocurra irte... sé que podemos ganar si estás con nosotros.

– Eso es todo lo que te importa...

– No solo eso... me importa ganar contigo y ganarte a ti, otra vez.

Esa sonrisa... conejo malvado.

– SuMin – Jimin entró con una hermosa sonrisa. Le sonreí también.

– Jimin-shi... – JungKook le habló y ambos lo miramos con los ojos abiertos de par en par.

– ¿Qué? – se alzó de hombros – Necesitamos hablar... voy a pedir disculpas...

¿Qué le pasa a JungKook? ¿Habrá comido algo en mal estado?

– No tienes que pedir disculpas – miré los ojitos de Jimin y estaban a punto de soltar lágrimas – Siento no haberte dicho antes... debí contarte lo que sucedía y así nada de esto hubiera pasado.

Kook se levantó y lo abrazó, sonreí por eso. Jimin debe estar muy feliz.

– No, perdón por no creerte. Fui un tonto.

– No digas eso, fue mi culpa.

– Jimin – lo miró serio.

– Vale – ambos sonrieron.

Las clases terminaron y me fui a duchar antes de irme a casa. Salí del baño y me llevé tremendo susto al ver a Kook parado ahí como un fantasma. Lo ignoré y seguí caminado hacia los casilleros.

Me siguió.

– ¿Dónde está tu colgante? – preguntó con un tono molesto.

– Lo tiré – cerré la puerta de un tirón y comencé a caminar.

– ¿¡Lo tiraste!? ¡No serías capaz! – seguí caminando – ¡SuMin!

This Love; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora