Mí profesor [AiBaku]

Capítulo 9 : Mí profesor no sirve para las tareas de el hogar

Debido a que había discutido con Aizawa sobre la hora en que iba a buscar a Eri, le dio permiso para que desde ahora fuera él quien la retirará de All Might.

La pequeña albina que un principio estuvo contenta con la noticia luego se mostró un poco renuente y Katsuki sabía que eso tenía que ver con Kota porque como ella el pelinegro era retirado de la institución a la noche por su tía.

Y ahora quedaría solo, con Inko e Izuku. No era lo mismo en lo absoluto para ninguno de los dos.

— ¡Dije que está bien Eri! —grito Kota pero sin estar enojado con ella —Además si estás en casa podrás darle la bienvenida a tú papá, ¿no?

—Pero Kota-kun...—hizo un puchero en señal de tristeza —No quiero, estarás solito esperando ¡Y eso es muy triste! Tú te quedabas conmigo cuando papi no llegaba, es injusto.

Bakugou suspiro detrás de la puerta escuchando su conversación, la albina era realmente buena.

Pero el otro mocoso también lo era.

Kota sonrió hacia la albina y camino hasta ella, le puso su gorra roja en la cabeza haciendo que su trenza se desarmara un poco.

—No estaré solo boba —sonrió el pelinegro —El tonto de Deku se quedará conmigo y también Inko-sensei, no te sientes culpable solo porque te vas a casa.

La albina sollozo un poco y en ese momento el rubio entro, disfrutando ver como Kota se sonrojo ya que estaba muy cerca de Eri y le dio vergüenza que los vieran.

—Eres todo un galán, mocoso —el menor se puso rojo hasta las orejas —Lastima que para estar con ella te faltan años.

— ¡C-Cállate! —tartamudeo y salió corriendo fuera de el salón.

Bakugou rió, su profesor tenía un pequeño gran problema a futuro pero él no diría nada. Presentía que sería divertido.

Pero volviendo a la importante...

Suspiró poniéndose de rodillas en el piso viendo el rostro lloroso de Eri y limpio algunas con su pulgar, la albina atrapó su mano y la puso contra su mejilla haciendo que su corazón se estrujara.

—K-Kacchan, yo estoy muy feliz p-pero —tartamudeo con sus ojitos llenos de lágrimas —No quiero dejar a Kota-kun.

—Lo sé, pulga llorona —la atrajo a sus brazos haciendo que se acurrucara en él —Te daré una buena noticia, yo trabajo aquí y técnicamente no puedo irme hasta terminar mí horario.

Eri no entendía a qué se refería así que decidió ir directo al punto.

—Lo mínimo que dejaras solo a ese mocoso es una hora —dijo serio y divertido viendo la cara incrédula de la menor.

— ¡¿En serio?!

A Katsuki ya no le sorprendió el cambio tan volátil, los niños podían llorar a mares y luego reír como si se les fuera la vida en ello.

Como Eri que apenas se enteró salió corriendo en dirección de Kota a darle la buena noticia.

—Kacchan serías un buen papá —rió Izuku entrando al salón.

Bakugou se sonrojo y le golpeó el hombro.

—No digas estupideces y volvamos al trabajo Deku.

— ¡Sí!

El día en All Might paso como de costumbre rápido, los niños hacían ese efecto en los trabajadores y cuando menos lo pensaron varios ya estaban siendo recogidos por sus padres.

—Eri, hora de irnos —le dijo a la albina que no acostumbrada al cambio de horario había estado dibujando pensado que le quedaba tiempo —Te espero en la entrada.